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Entrevista con el estudio Macías Peredo —Especial de arquitectura joven en México

27.08.2013

El estudio de Salvador Macías y Magui Peredo ha estado a cargo del Pabellón de México en la Exposición Shanghái –en colaboración con Atelier ARS e I.Orozco– (2010), las Oficinas Hidalgo (2010) –con COA Arquitectura–, la Casa Arenas (2011), las Oficinas Toyo (2012), el Pabellón Eco (2013), la Casa Atlas (2013) –en colaboración con D.Sandoval, M. Valverde y F.Gutiérrez–, la Casa Chacala (2013), la Exportadora de sal (en proceso) –con 3Arquitectura y COA Arquitectura– y el Vivero Metropolitano (en proceso). Ambos son arquitectos por el ITESO y maestros por la Universidad Politécnica de Cataluña. Su estudio fue uno de los cinco que seleccionamos en Código 76 en nuestro artículo 5 arquitecturas mexicanas. El relevo generacional.

Ahora, como parte de nuestro especial de arquitectura mexicana joven, los entrevistamos.

¿Pueden contarnos cómo fue el proceso para fundar y establecer su despacho?, ¿qué tipo de oportunidades y/o dificultades encontraron en el camino?

Nuestro estudio es la evolución de una oficina que anteriormente formábamos 3 arquitectos. Esta primera experiencia nos permitió aprender sobre lo que significa llevar una oficina de arquitectura con toda la dificultad que esto implica -una especie de maestría posterior a los años de estudio-, donde pudimos experimentar una variedad de temas, casos y proyectos que contribuyeron a ir definiendo nuestros intereses. De ahí que, después de un tiempo, decidimos apostar por nuestro propio despacho.

Tuvimos la oportunidad de que uno de los primeros proyectos ya independientes fuera la propuesta para el Pabellón del Museo Experimental El Eco de este año. Tanto la realización del pabellón como la difusión alrededor de él, nos ha abierto puertas nuevas.

¿Se puede hablar de una identidad en la arquitectura contemporánea en México?, de ser así, ¿cuáles serían sus rasgos distintivos, o los intereses que atiende?  

Aunque para nosotros en México siempre ha existido una fuerte cultura arquitectónica que se distingue de otras regiones, y que tiene que ver con los procesos constructivos del lugar, los oficios, la mano de obra transmitida por generaciones, con la economía, las condiciones climáticas y la relación con el paisaje natural y urbano; en la actualidad no encontramos un cuerpo de arquitecturas que establezcan rasgos que las distingan de otras latitudes. Por el contrario, este es un momento donde existe una gran apertura a la diversidad, la heterogeneidad e incluso la importación de arquitecturas, lo que establece una pluralidad en el paisaje arquitectónico del país.

Aun así, reconocemos y nos identificamos con ciertos casos aislados que aún se interesan por hablar y relacionarse íntimamente con el lugar y todo lo que esto conlleva. Tal vez estas construyen una cierta identidad sin pretenderlo, simplemente porque dan continuidad a aquello que también atendió a estos principios.

¿Existe algún proyecto reciente —de arquitectos o despachos mexicanos— que haya llamado particularmente su atención?, ¿por qué?

Es difícil pensar en solo una obra que haya llamado particularmente nuestra atención en México. Recientemente realizamos un viaje de estudios por la Península de Yucatán en la que visitamos dos obras reveladoras para nosotros: la Casa Sisal y la Casa Experimental de Salvador Reyes y Josefina Larraín (Reyes Ríos Larrain Arquitectos) donde el aprovechamiento de los recursos y procesos disponibles en esta zona del país, están en perfecta sincronía con las necesidades de una arquitectura contemporánea. Del mismo modo nos hemos sorprendido de la magnífica intervención para habilitar una antigua penitenciaría en el Centro de Las Artes de San Luis Potosí por Alejandro Sánchez donde se combinan una buena gestión, un buen proyecto y una excelente manufactura para conseguir una obra pública de calidad poco común. La Galería Kurimanzutto de Alberto Kalach en la Ciudad de México, una propuesta claramente tectónica, que se aleja de la industrialización desmedida, donde la estructura, los ensambles, amarres, labrados, y materiales en su estado natural, exhiben un proceso artesanal que nos interesa considerablemente y que es poco visto en estos días.

En la Escuela de Artes en Oaxaca de Mauricio Rocha (Taller de Arquitectura) la materialidad orgánica y el trabajo de exterioridad en su secuencia de patios nos ha sorprendido al hacernos recordar en ellos las plazas y recintos de vestigios prehispánicos o patios coloniales. El Hotel Endémico en Ensenada, de GraciaStudio, sin ninguna pretensión más allá de una lógica y claridad constructiva nos hacen ver que no se necesita más. Y por último, mencionaríamos al Spa Jiva en Querétaro de Jorge Ambrosi (Ambrosi Etchegaray) donde la claridad compositiva, el trabajo refinado de la obra, la cuidadosa selección de materiales y la espacialidad indefinida entre paisaje exterior e interior nos alienta a pensar que las cosas más sencillas pueden ser las más poderosas.

Y en su caso, ¿qué proyecto —si tuvieran que escoger uno­— identifica su lenguaje y discurso arquitectónico?

Una de las obras que más nos interesan es de orden doméstico La Casa Atlas hecha en colaboración con Denisse Sandoval, Miguel Valverde y Francisco Gutiérrez. Este proyecto ha sido para nosotros la oportunidad de trabajar muy de cerca con la mano de obra, donde pudimos aprender el proceso constructivo de ladrillo de lama aparente y el concreto visto. Nosotros mismos coordinamos y construimos la obra, lo que fue un gran aprendizaje, la visitamos todos los días durante casi un año. Además el proyecto pretende poner en tensión dos lenguajes distintos: uno más rustico y artesanal y otro más preciso e industrializado. Como si se acondicionara una preexistencia para hacerla habitable. La espacialidad se entiende como un trabajo de exterioridad, donde el emplazamiento se recoge con el interés de rodear la casa de un jardín salvaje. En ella se resumen varios de los temas que nos interesan, la construcción del paisaje, la tensión entre lo industrializado y lo  artesanal, la evidencia del proceso constructivo y el uso de los materiales en su expresión natural.

¿Cuál es su perspectiva de la escena de la escena actual en México, sobre todo con respecto a los apoyos a jóvenes arquitectos, la generación de proyectos como el Pabellón Eco, etc.?

Probablemente sea un lugar común el hecho de que los despachos jóvenes que tienen oportunidad de hacer obra inicien sus primeros trabajos en una escala menor, muchas veces doméstica y por lo tanto restringida al conocimiento público. De ahí que los concursos de arquitectura sean un instrumento valioso para darse a conocer. Desgraciadamente los jóvenes estudios en México tienen poca posibilidad de participación en los concursos de obra relevante, a veces por estar centralizados en las ciudades importantes y otras porque hay poca accesibilidad a los escasos concursos de obra pública.

Dentro de estos pocos intentos, sin duda hay que aplaudir la valiosa aportación del Museo Experimental El Eco que impulsa y difunde nuevos estudios de arquitectura con el concurso del Pabellón que organiza cada año. Si El Eco tiene la capacidad de organizar algo así, no vemos porque otras instituciones públicas no puedan tener el mismo interés. Esto abriría posibilidades que promuevan a nuevas generaciones de arquitectos en el país.

www.emparquitectos.com


Especial de Arquitectura joven en México

01. Opinión: Arquitectura del enclave-implante —La imposición del pragmatismo en México
02. Entrevista con el estudio Macías-Peredo
03. Arquitectura sin complacencias: Entrevista con Alejandro Hernández
04. Entrevista con Juan Carral

05. Entrevista con Estudio MMX
06. 10 despachos jóvenes de Arquitectura en México


[27 de agosto de 2013]

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