Cn

La individualización de la moda —Entrevista con Gilles Lipovetsky

29.10.2013

Gilles Lipovetsky es uno de los filósofos posmodernos contemporáneos más célebres de los últimos 20 años. En la entrevista que le hicimos para Código 77, el autor de El imperio de lo efímero expone sus polémicas opiniones sobre el vínculo entre la moda y la política en las sociedades actuales. Reproducimos aquí un fragmento de la conversación.

En La era del vacío mencionas que terminó la era modernista: no existe confianza en el progreso, la ciencia, la tecnología, ni la revolución. Las sociedades priorizan al individuo. Si esto es así, ¿cómo explicar las revueltas que han ocurrido desde 2008 alrededor del mundo: la Primavera árabe, los indignados en España, los estudiantes de Chile, las recientes manifestaciones de rebeldía en Brasil?

Evidentemente no es una contradicción. Lo que vemos hoy ocurre en todo el mundo. Hay una exigencia más grande de democracia y libertad, incluso en los países árabes. El fenómeno es complejo. La aspiración a la libertad y a la autonomía siguió extendiéndose desde la época de La era del vacío. La revolución individualista está en marcha, aun en los países islámicos.

Hay que hacer una distinción entre la ideología oficial, la ideología del Estado y las prácticas sociales. En estos territorios podemos ver una proporción más grande de mujeres haciendo estudios universitarios o que, a pesar de llevar velo, controlan su fertilidad más que antes. En el caso de España hay una situación de desempleo, etc. Los individuos protestan, luchan para mejorar sus condiciones de vida, por lo tanto el fenómeno es mayor e irreversible. Es una revolución que acompaña la modernidad. A medida que la modernización de las sociedades progresa, la individualización toma distintas formas.

En Europa conocimos un individualismo contestatario en los movimientos de las décadas de los sesenta y setenta. Hoy ya no hay contestaciones radicales del capitalismo o de la economía de mercado, pero vemos la reivindicación de los homosexuales o el avance de la mujeres en su lucha por conquistar la autonomía. Aunque hay reversos más o menos afirmados de lo religioso o las tradiciones, se trata de fenómenos poco relevantes comparados con la dinámica de la individualización.

Las personas que integran estos movimientos sociales han producido una simbología y una forma de vestir específicos. No obstante en El imperio de lo efímero mencionas que «la moda no sólo ha permitido mostrar una pertenencia de rango, de clases, de nación, ha sido además un vector de individualización narcisista». En ese sentido, ¿la moda puede estar ligada a un ideal político y no solamente a un rango económico o a «un culto estético del Yo»?

La moda tal como la analicé en El imperio de lo efímero no es solamente la indumentaria sino también una lógica, una estructura, una forma que se integra al mundo del consumo. Los teléfonos, por ejemplo. Cambiamos más nuestros teléfonos que nuestros pantalones de mezclilla. Lo mismo sucede con el cine o los programas de televisión, los deportes o los modos de vida. Todo tiene una dinámica de reposición extremadamente rápida.

Cuando me refiero a la lógica de la moda pienso que controla esta sociedad de consumo e hiperconsumo. Y tiene un impacto sobre la vida política, porque con esta sociedad están los medios de comunicación. La gente está informada y quiere vivir el presente. La gente ya no vive para el más allá. La felicidad es el premio y en ese sentido la moda trabaja en la democratización de las sociedades.

Aspirar a vivir bien y a disfrutar la vida nos aleja del mundo de grandes vuelos y de las aventuras nacionalistas o revolucionarias. Esto permite crear democracias más cool, más flexibles, con menos pasión, pero al mismo tiempo con menos violencia política. No podemos decir que la moda ha creado ideales, pero fortalece la búsqueda del bienestar, la felicidad y la autonomía de las personas.

Si en El imperio de lo efímero: La moda y su destino en las sociedades modernas expones que la moda es el principal instrumento de dinamización modernizadora, ¿se puede utilizar con otros propósitos, contrarios a lo efímero y la seducción?

No lo creo. En todas partes opera como una lógica de seducción, entertainment. Es una lógica de modernización e individualización. No veo cómo puede operar en un sentido contrario. No obstante, puede suceder como en China, donde minimiza las intenciones de derrocar al partido único. Allí todo sucede como si la gente fuera más atenta y estuviera deseosa de mejorar su nivel de vida, disfrutar los viajes, ver la televisión, en lugar de instalar una democracia liberal.

En China hay contestatarios, gente que protesta, defensores de los derechos humanos, pero todavía no llega el momento en que la sociedad pueda amenazar a su partido único. De esta manera, la moda puede servir para adormecer provisionalmente las intenciones de exigir libertades democráticas. ¿Durará mucho tiempo? Es difícil de decir. Mientras más se desarrollen estas lógicas más se acercarán a la autonomía y, a su vez, al ámbito político.


Lee la entrevista completa en Código 77.


Especial de moda: Sociedad, política y tecnología

01. Ensayo: Ónix y harapo. Moda de la protesta, por Luis Diego Fernández
02. Entrevista con Gilles Lipovetsky (fragmento)
03. Opinión: Retro, Cyber y Natural. Moda y tendencias, por Lucrecia Escudero
04. Retos de la moda en México: Encuentro de Carla Fernández y Trista
05. Entrevista con Dylanne Lee, dúo de fotógrafos mexicanos


[29 de octubre de 2013]

siguiente

Newsletter

Mantente al día con lo último de Gallery Weekend CDMX.