El diseño industrial es sin duda una de las disciplinas que ha tenido mayor crecimiento en México en los últimos años. La creación de nuevas opciones de estudio y el crecimiento del mercado interesado han favorecido un aumento en la calidad de los productos, así como en las propuestas de despachos y diseñadores. El coleccionismo de diseño es ahora una opción posible, además de que ya existen en el país museos, ferias, exhibiciones y eventos dedicados a esta disciplina.

En Código hacemos una breve lista de algunas tendencias que se perciben en el diseño industrial mexicano.

La importancia del proceso
Lo que cuenta en los objetos de diseño no es únicamente la idea final, sino también que sean el resultado de una investigación. El proceso es ahora el factor que le da peso al objeto. Es así como podemos observar un gran interés por el origen de los materiales, los fenómenos sociales que generan y la historia de las formas, por ejemplo. También es visible una gran experimentación que precede al resultado final.

La vuelta a lo local
El interés por aprovechar los materiales y el trabajo artesanal local es cada día más notorio. Se busca recuperar técnicas, materiales e inclusive lugares de fabricación. Esto favorece la idea de que el diseño mexicano tiene una identidad característica, sin dejar de ser contemporáneo y global.

Una forma, varios usos
Se busca que los objetos tengan más de un uso; para conseguirlo, se exploran las posibilidades de la forma. Sillas que también son libreros, macetas que pueden ser usadas como fruteros y lámparas que funcionan como mesas son ejemplos de ello.

Venta independiente
Los nuevos despachos están explorando formas innovadoras e independientes de vender sus productos. La venta en línea es una de las opciones más recurridas, pero esta tendencia también explica el reciente interés por los bazares colectivos, en donde los compradores pueden conocer en persona a las marcas que siguen a través de las redes sociales y publicaciones especializadas.

Diseño en colaboración
La colaboración es uno de los esquemas de trabajo más usados por el diseño en México durante los últimos años. Uno de los motivos es el incremento de la profundidad en el proceso, ya que en muchas ocasiones se necesita de especialistas en técnicas y estudios externos al diseño para perfeccionar el objeto. Esto también ha propiciado el surgimiento de colectivos en los que varios diseñadores o creadores de distintas disciplinas se unen para desarrollar colecciones mucho más conceptuales.

Accesibilidad
Cada día son más los diseñadores mexicanos que deciden enfocarse menos al pequeño sector del diseño de lujo. Es así como podemos encontrar objetos con precios menos elevados, pese a que no están producidos en serie y tienen una alta calidad en materiales y acabados. Otro factor que favorece la accesibilidad es que compra se realice directamente con el diseñador.

Materiales crudos
La búsqueda de materia prima sencilla de conseguir, local y accesible ha propiciado el uso de materiales crudos. Además, estos recursos suelen utilizarse de forma natural, sin exagerar en el acabado. Piedra sin lijar, madera sin barnizar y cerámica sin hornear son algunos ejemplos.

La llegada a los museos
El acercamiento del diseño a museos y galerías es otro de los fenómenos que hemos podido observar en los últimos años. Las piezas se exponen en instituciones o en espacios independientes, con lo que adquieren un carácter mucho más artístico que el que se percibe al ver el mismo objeto en una tienda.

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Para conocer más acerca de las piezas de la galería, busca el ensamblaje de Código 79.

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[6 de enero de 2014]