Cn
Retrato de Tania Candiani. Cortesía de Air Project Glenfiddich
Tania Candiani, Comunidad Hi-Fi (2013)
Tania Candiani, Comunidad Hi-Fi (2013)
Tania Candiani, Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa (2012)
Tania Candiani, La Magdalena y otros estudios de campo (2013)
Tania Candiani, Perspectógrafos, del proyecto La Magdalena y otros estudios de campo (2013)
Tania Candiani, La Magdalena y otros estudios de campo (2013)
Tania Candiani, Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa (2012)
Tania Candiani, Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa (2012)
Tania Candiani, Refranes (2008)
Tania Candiani, Refranes (2008)
Tania Candiani, Refranes (2008)
Tania Candiani, Serendipia (2013)
Tania Candiani, Serendipia (2013)
Tania Candiani, Sobre el tiempo (2008)
Tania Candiani, Sobre el tiempo (2008)

Perfil: Tania Candiani. La nostalgia por lo obsoleto

29.09.2014

En el trabajo de Tania Candiani los procesos de investigación son ejercicios clave para descubrir las lógicas simbólicas de los elementos cotidianos —el lenguaje, el texto, el tiempo, las cosas…— y los relatos que se esconden detrás de lo material. En esta búsqueda, la cultura se convierte en un texto y la artista en su principal traductora. Cada contenido en el escenario de la realidad representa una posibilidad para generar asociaciones entre los objetos y las personas, y entre el tiempo y el espacio. “Lo que me interesa es contar historias o darle a la gente un par de pistas para que construyan su propio cuento”, explicó la artista en una entrevista con Código.

Las metodologías aplicadas por Candiani (México DF, 1974), como la observación, la plática o el paseo, recuerdan a la figura del “artista como etnógrafo” que Hal Foster propuso para sustituir la noción del “artista como productor” trazada por Walter Benjamin en su famoso ensayo de La obra de arte en la era de la reproductibilidad técnica (1936). El artista como etnógrafo, de acuerdo con Foster (en El retorno de lo real. A vanguardia a finales del siglo, 2001), es un intérprete activo de la cultura, no sólo se involucra con ella sino que también la decodifica.

Así, en los proyectos de Candiani se puede observar que el terreno de lo social es también un terreno artístico y estético. Cuando se involucra con una cultura, parece narrar y trazar un mapa de su realidad. Los resultados no son sólo objetos artísticos autónomos sino procesos que invitan y exigen al espectador una mirada continúa que trascienda la contemplación material. En La Magdalena y otros estudios de campo (2013) la artista se involucró con la historia, la memoria y las dinámicas cotidianas de la comunidad del pueblo de Honda, en Colombia. Realizado como parte de una residencia artística, el proyecto consiste en 5 piezas que hablan del pasado y el presente de la región: La Magdalena, Perspectógrafos, Herbarios, Tiempo circular y Taller de instrumentos.

Para el video Tiempo circular, por ejemplo, Candiani trabajó con la banda de guerra local para hacer una acción sonora que representara —con movimiento— la posición de las manecillas del reloj, que en Honda parecen marchar de forma extraordinaria. Debido al intenso calor que azota al pueblo, los habitantes establecen sus dinámicas cotidianas en una temporalidad fragmentada: inician muy temprano, hacen una pausa al medio día (cuando las temperaturas son muy altas) y en la tarde vuelven a comenzar otra jornada, como si se tratara de un nuevo día.

 

 

Una de las piezas más significativas e importantes del proyecto es La Magdalena, donde se puede ver una canoa navegando por el Río Magdalena mientras un gramófono abordo transmite el vals “El Danubio azul” de Johann Strauss. El video expone las problemáticas históricas del lugar definidas por su geografía. Durante gran parte del siglo XX, el río fue la principal fuente de desarrollo comercial hasta que se construyó una carretera que dificultó la pesca y el tránsito por mar. Así, la artista utilizó una canoa vieja, en desuso, como símbolo de un progreso fracturado.

 

 

La nostalgia por lo obsoleto también se puede ver en proyectos como Comunidad Hi-Fi (2013), que implicó la restauración de una consola vieja y un sintetizador analógico a través de la práctica del Hazlo tú mismo. Su objetivo: revisar la importancia de socializar el conocimiento e invitar a la gente a crear objetos musicales que cumplen con los estándares de calidad Hi-fi. Por su parte, en Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa (2012) la artista se inspiró en los experimentos del científico Athanasius Kircher para crear “autómatas” y máquinas comunicantes. Como parte del proyecto, Candiani instaló un dispositivo en el espacio que solía ocupar el antiguo órgano del ex Convento de San Diego —actualmente el Laboratorio Arte Alameda. El nuevo instrumento era una máquina parlante compuesta por un teclado musical y una máquina de escribir, capaz de transmitir frases de novelas de ciencia ficción o mensajes escritos por los visitantes. Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa se exhibió en el LAA y en 2013 recibió el Premio Ars Electrónica en la categoría de Arte híbrido. Y el 8 de octubre se inaugura ela Basílica Matere Usmiljenja, como parte del Festival Kiblix, en la ciudad de Maribor, en Eslovenia.

 

 

 

Otra de las constantes en el trabajo de Candiani es la exploración del lenguaje oral y escrito. En Refranes (2008-11) recolectó dichos populares para diseñar posters que después formaron parte de una instalación en espacio público. La pieza, que se realizó en la ciudad de México, San Francisco y El Cairo, involucró una investigación sobre la lógica del discurso y el uso del lenguaje y su evolución a través del tiempo.

El interés de Candiani por las narrativas está asociado con sus estudios en literatura. Ella no tuvo una formación artística formal, de ahí que su práctica apunte al trabajo interdisciplinario y no se agote en el discurso estético. Su encuentro con el arte fue azaroso y afortunado. Comenzó estudiando Letras Hispánicas en la UNAM, pero tras la huelga de 1992 decidió abandonar la escuela y emprender una carrera independiente como editora, escritora y correctora de estilo. Dos años más tarde se mudó a Tijuana para trabajar en una editorial. La efervescente escena artística y musical que se vivía entonces en la ciudad fronteriza determinó sus gustos e intereses. Proyectos como InSite —enfocado en mapear las dinámicas sociales y políticas en la zona fronteriza entre San Diego y Tijuana— impulsaron su camino. El resto es historia.

Recientemente Tania Candiani fue seleccionada para representar a México en el programa Artistas en residencia, organizado por Glenfiddich en su destilería ubicada en Duftown, Escocia.

 

 

[Actualizada]

[29 de septiembre de 2014]

siguiente

Newsletter

Mantente al día con lo último de Gallery Weekend CDMX.