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Gil de Montes, Tongue Tied(1978). Vista de instalación de la exposición No Movie en Los Angeles Contemporary Exhibitions (LACE). Fotografía de Harry Gamboa Jr.

Pacific Standard Time: LA/LA, nuevas narrativas del arte latinoamericano

Reseña 11.10.2017

Tania Puente

De septiembre de 2017 a enero de 2018, el sur del estado de California (EU) se realizará Pacific Standard Time: LA/LA, de la Getty Foundation.

De septiembre de 2017 a enero de 2018, el sur del estado de California, Estados Unidos, será el espacio donde se concentrará Pacific Standard Time: LA/LA, una iniciativa de la Getty Foundation. Se llevarán a cabo poco más de 70 muestras, junto con otras actividades, como charlas, conferencias, visitas guiadas y talleres, referentes a relecturas e investigaciones exhaustivas en torno al arte latinoamericano y latino —entendido como las manifestaciones artísticas creadas por artistas de origen o ascendencia latinoamericana, cuyo punto en común radica en su experiencia migratoria en Estados Unidos.

Reunidos alrededor de un huso horario, el tiempo del Pacífico, los proyectos que conforman PST: LA/LA cuestionan la temporalidad hegemónica y los relatos instituidos de la historia del arte. Ya no hay un solo tiempo, ni una manera unívoca de narrar aquello que hace 40 años se redujo al concepto operativo de «arte latinoamericano». Por el contrario, se despliegan múltiples producciones artísticas y culturales que, desde este foco, componen una cartografía de redes, intercambios y posicionamientos, recubierta por diversas temporalidades, identidades y lógicas dislocadas.

En la era Trump, donde las intolerancias recalcitrantes y actos de violencia discriminatorios, machistas, racistas, homofóbicos y xenófobos se fortalecen y ganan terreno cada día, PST: LA/LA se activa como un dispositivo que le hace frente al discurso oficial desde el uso del poder blando, en este caso, de la cultura. Mapear, unir, enunciar y exhibir se convierten en herramientas de resistencia, cuyo punto de articulación no está fincado en un dogma, sino en una relación dialéctica. En términos de Georges Didi-Huberman, estas exposiciones son máquinas de guerra: desterritorializantes y potentes, sus efectos irán más allá de los tiempos exhibitivos acotados. Son, en suma, dispositivos de pensamiento que alteran radicalmente nociones instituidas y se despliegan de manera dialógica, más que con respuestas, como interrogantes.

Entre las exposiciones destacadas de este evento se encuentra Radical Women: Latin American Art, 1960-1985, producida por el Hammer Museum, perteneciente a la Universidad de California en Los Ángeles. Bajo la curaduría de las investigadoras e historiadoras del arte Andrea Giunta y Cecilia Fajardo-Hill, se exhibe el trabajo de 120 artistas y colectivos formados por mujeres, provenientes de 15 países, con un recorte temporal que se centra en las producciones creadas entre 1960 y 1985, un punto clave para el desarrollo del arte contemporáneo. La propuesta curatorial plantea una reescritura frente al relato historiográfico patriarcal; en esta ocasión, son las mujeres quienes toman posición como agentes desde la conjunción de dos ejes: el cuerpo y lo político.

La muestra da inicio con la pieza audiovisual de la peruana Victoria Santacruz Me gritaron negra (1978), en la que la artista, acompañada de un grupo de performers, planta su cuerpo y alza su voz para clamar sin temor ni vergüenza que es negra. Un increpante «¿Y qué?» resuena y se expande por toda la sala, con una fuerza emotiva inusitada. Es ese el registro que permea el recorrido por los núcleos que componen la exhibición.

Desde este cuerpo político, algunas de las artistas incluidas en la muestra se piensan y toman postura desde su autorretrato, como el caso de Lourdes Grobet, Judith Baca y Yolanda López. Incluso éste es repensado en términos antropométricos. En un potente planteo museográfico y curatorial, dentro y detrás del mismo muro sobre el cual se proyecta la obra de Santacruz, se emplaza la obra de la artista peruana Teresa Burga, consistente en un estudio antropométrico de su cuerpo, con un registro de sus latidos y ritmos internos, así como de sus dimensiones corporales. Hay un sentimiento de rebelión frente al biopoder: la voz y el color de piel afuera; adentro, la apropiación de la antropometría.

Asimismo, se ponen en tensión las relaciones de familia, la maternidad, la sexualidad y el goce, en obras como las de Magali Lara, Johanna Hamann, Marta Palau, Graciela Gutiérrez-Marx y Feliza Bursztyn. Estos abordajes plantean al cuerpo como herramienta, un territorio personal que trasciende lo íntimo hacia la confrontación con las imposiciones sociales y adoctrinantes que proceden de las estructuras heteropatriarcales que ejercen su poder sobre él. En un núcleo contundente y contemporáneo, las representaciones de la ausencia reverberan entre concatenaciones lineales de fotos-carnet en la pieza de Luz Donoso; cuerpos ocultos y martirizados, cubiertos por sábanas y lanzados a la intemperie, como los que aparecen en la obra de la argentina Diana Dowek, o los gestos políticos implicados en la intervención urbana con cruces en el pavimento de la chilena Lotty Rosenfelt, todos ellos como respuesta frente a la desaparición sistemática acontecida durante las distintas dictaduras latinoamericanas.

Pacific Standard Time: LA/LA. Performance.

Judith F. Baca, performance Vanity Table (1976), durante la exposición Las Chicanas: Venas de la Mujer en el Woman’s Building. Cortesía del Getty Research Institute, Los Angeles.

En correspondencia combativa y feminista, en el Museum of Contemporary Art, MOCA, se exhibe la retrospectiva de la artista brasileña Anna Maria Maiolino. Esta muestra exhaustiva pone de relieve la poética de Maiolino, oscilante entre exploraciones identitarias y personales, con posicionamientos políticos y cartográficos. Su condición de migrante es uno de los temas centrales de su producción, en los que se cruzan diferentes componentes culturales indisociables de su propia construcción personal. En una instalación reciente, una de las salas del MOCA fue recubierta, por una parte, de pastas, sorrentinos y ravioles de arcilla colgando de las paredes, mientras que intestinos y deposiciones del mismo material parecen adquirir movimiento sobre las duelas de la sala de exhibición. Hay una atención particular a los materiales, a lo cotidiano, a las evocaciones del hogar y también a lo abyecto, rasgos innegables de la condición humana.

En el MOCA Design Center se emplaza la muestra colectiva Axis Mundo: Queer Networks in Chicano LA. Esta investigación expositiva rastrea y mapea diferentes expresiones de la disidencia queer y chicana, ancladas en prácticas artísticas, performáticas, musicales y contraculturales. El trabajo de archivo desvela los modos de comunicación y difusión de los protagonistas de este movimiento: limitadísimos y clandestinos tirajes de fanzines, arte correo y registro audiovisual de conciertos, lecturas y acciones públicas. La dimensión afectiva de estas redes se vio trastocada por la aparición del sida, por lo que el activismo jugó un papel muy importante dentro de la producción de estos artistas y colectivos, entre ellos Mundo Meza, Teddy Sandoval, Patssi Valdez y ASCO.

Entre las muestras que presenta el LACMA en el marco de PST: LA/LA destaca Home – So different, so appealing. Curada por Mari Carmen Ramírez, Chon Noriega y Pilar Tompkins Rivas, la exposición explora las diferentes nociones de habitabilidad, aquello que nos refiere al hogar y que indisociablemente nos constituye de manera identitaria. Además de la inclusión de obras icónicas, como Splitting (1974) de Gordon Matta-Clark, hay una reconsideración de piezas más intimistas que se valen del mobiliario casero, los colores con los que pintamos las paredes, el acomodo particular de libros y objetos en estantes y bibliotecas caseras para romper con la normalización del concepto de hogar. Sobresale Le Sacre (1992), del argentino Guillermo Kuitca, una cartografía sobre colchones basada en el método del montaje, en donde no es posible reconstruir ni una sola ubicación. Al quebrar con la lógica del mapa, Kuitca anula su uso como dispositivo de ubicación para mutarlo en una acumulación y superposición de ciudades, rutas y recuerdos que yacen en un soporte evocativo de lo privado.

Estas maneras de habitar, de transgredir, de conceptualizar y usar el tiempo y el espacio dados son, indiscutiblemente, tomas de postura y estandartes de un terreno indispuesto a ceder frente a los gestos opresores y políticas de control. PST: LA/LA es un ejercicio y ejemplo de cómo construir y resistir desde la academia, la institución y el borde.

 

 

Tania Puente

Es investigadora y crítica de arte. Actualmente cursa la maestría en Curaduría en la UNTREF, Buenos Aires, Argentina.

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