La teoría, actualmente, puede ser un vehículo creativo: la presentación de una idea puede rebasar los límites del trabajo académico e ingresar a las esferas de la obra artística. El beneficio es que la teoría tiene diversas ramificaciones, diversos parámetros con los que puede abordarse una sola inquietud, un tema único.

Una de las posibilidades teóricas más enriquecedoras en la labor artística es la reescritura. La reescritura no es paráfrasis (y mucho menos plagio): la reescritura altera la estructura misma del texto y transforma sus significados: el texto se vuelve polisémico, sus implicaciones pueden encajar en distintas circunstancias.

En el MuAC se inaugura Mi última vida: una gramática africana a partir de Roland Barthes, del belga Vincent Meessen, exposición en la que se ponen en marcha los criterios de la reescritura.

Mi última vida gira en torno a las secuelas del imperialismo francés; también analiza la figura de Roland Barthes (gran deconstructor de conceptos clásicos) y el papel que jugó en la construcción del pensamiento contemporáneo.

Tomando como punto de partida la obra de Barthes y, en específico, su obra Mitologías —texto en el que Barthes analiza las estructuras de las ideologías modernas—, Vincent Meessen elabora una reflexión en torno a los fenómenos políticos del colonialismo y el post-colonialismo.

Meessen partió de la portada de la revista Paris Match de 1955 —que muestra a un cadete africano saludando a la bandera francesa y que el semiólogo usó como referencia en Mitologías— para filmar Vita Nova, un filme en el que rastrea a un joven en Burkina Faso para hacer patente la superficialidad del colonialismo e incluso hacer notar la relación entre el abuelo materno de Barthes y la colonización de Costa de Marfil.

La exposición estará abierta hasta el 2 de febrero.

www.muac.unam.mx

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[28 de noviembre de 2013]