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Alejandra Álvarez Bello, Regina Kuri Martínez & Camila Ureña Peña, render de con vista interior de galería - Ampliación del MAM (2016). © Álvarez, Kuri y Ureña
Alejandra Álvarez Bello, Regina Kuri Martínez & Camila Ureña Peña, render de la vista del patio con puente - Ampliación del MAM (2016). © Álvarez, Kuri y Ureña
Alejandra Álvarez Bello, Regina Kuri Martínez & Camila Ureña Peña, imagen renderizada del apeadero - Ampliación del MAM (2016). © Álvarez, Kuri y Ureña
Alejandra Álvarez Bello, Regina Kuri Martínez & Camila Ureña Peña, Corte A-A' - Ampliación del MAM (2016). © Álvarez, Kuri y UreñaCorte
Alejandra Álvarez Bello, Regina Kuri Martínez & Camila Ureña Peña, Plano general del proyecto - Ampliación del MAM (2016). © Álvarez, Kuri y Ureña
Alejandra Álvarez Bello, Regina Kuri Martínez & Camila Ureña Peña, Plano general del proyecto - Ampliación del MAM (2016). © Álvarez, Kuri y Ureña

Una intervención utópica al Museo de Arte Moderno

18.08.2016

Imaginado y erigido en 1964 por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez en colaboración con Rafael Mijares, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México es sin duda uno de los espacios expositivos que guardan entre sus muros un episodio importante de la arquitectura mexicana. Aun con su escala discreta y una fachada que se esconde entre los árboles del Bosque de Chapultepec, este espacio alberga una colección de obras de artistas como Remedios Varo, Manuel Álvarez Bravo y Manuel Felguérez, así como de Gunther Gerzso, Mathias Goeritz, Francisco Toledo, Patricia Aridjis, Miguel Calderón y Pablo López Luz.

Con este contexto en mente y en búsqueda de soluciones innovadoras, el Colegio de Arquitectos y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) convocaron a 28 universidades de la zona metropolitana para generar propuestas para la ampliación del museo. Un jurado conformado por Enrique García Formentí, José Luis Cortés y Ernesto de Alba, dio a conocer recientemente el fallo a favor de las universitarias Regina Kuri Martínez, Camila Ureña Peña y Alejandra Álvarez Bello, alumnas de la Universidad Iberoamericana, quienes fueron asesoradas en el desarrollo de su proyecto por el arquitecto Jorge Alessio Robles.

En entrevista con Código, comentaron que su propuesta se compone por tres ejes esenciales: un espacio expositivo subterráneo, la conservación y reutilización del museo existente y la unión del recinto con el Bosque de Chapultepec hasta la Estela de Luz.

Después de analizar el espacio y entender las limitantes, el equipo concluyó que era esencial conservar el espacio original y la vegetación existente para propiciar un espacio limpio y funcional que no compitiera con la belleza del edificio principal. Así, resultó viable la idea de sumergir el espacio expositivo y con ello solucionar los problemas actuales de transportación y manipulación de las obras. Dentro de este espacio subterráneo, Kuri, Ureña y Álvarez proponen la entrada de luz natural mediante patios internos que además funcionan como receptores de los árboles existentes. Las salas expositivas se abren entre muros de concreto blanco y gradualmente se ajustan al terreno mediante rampas ligeras que facilitan la circulación dentro de ellas.

La decisión de trasladar el área de exposiciones conservando el edificio existente hizo posible la reubicación del área administrativa así como la creación de espacios adecuados para llevar a cabo talleres y eventos pequeños. Además, el equipo ganador tomó ventaja del espacio, se deshizo de las rejas colindantes y añadió un restaurante, un auditorio, un estacionamiento subterráneo y una serie de taludes que destacan al museo a la vez que pueden convertirse en puntos focales para la recreación.

Un gran acierto es la visión a nivel urbano: las futuras arquitectas notaron la gran área de oportunidad existente en la actual conformación del eje que se despliega sobre Reforma y corta abruptamente en la unión con Circuito Interior. Bajo el concepto de generar un corredor apto para el paso peatonal y el fácil acceso a la zona de Chapultepec, proponen la integración de espejos de agua desde el Lago de Chapultepec, un segundo acceso al museo por medio de una rampa que conecta bajo el Hemiciclo a los Niños Héroes y la reforestación de la zona que separa al MAM de la Estela de Luz.

Arriesgada, pero cuidadosa, la propuesta que han desarrollado desde hace medio año busca proveer alternativas viables y funcionales a un espacio cuyas condiciones circundantes no le han hecho justicia. Y aunque el concurso funciona principalmente como un receptor de ideas más que como una convocatoria de intervención real, los proyectos desarrollados son un reflejo de la dirección hacia la que apunta la arquitectura contemporánea.

 

[18 agosto 2016]

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