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Lucy Skaer, Una casa más pequeña (2017). Vistas de instalación. © Agustín Garza. Cortesía del Museo Tamayo

«Una casa más pequeña». Lucy Skaer en el Museo Tamayo

Destacado 17.07.2017

Mariana Ávila Flynn

El Museo Tamayo presenta una exposición con el trabajo más reciente de Lucy Skaer, quien fue nominada al Premio Turner en la edición de 2009.

Nominada al premio Turner en 2009, la artista Lucy Skaer (Cambridge, Reino Unido, 1975) se caracteriza por tener una línea de trabajo muy particular, que radica en la minuciosidad que pone en el tratamiento de los elementos que componen cada una de sus instalaciones, objetos y pinturas, así como en el elemento simbólico que se expresa en cada una de sus piezas.

Actualmente el Museo Tamayo exhibe Una casa más pequeña, donde presenta el trabajo que ha desarrollado a lo largo de los últimos cinco años, el cual está en constante proceso. La obra consiste en la reutilización de algunos objetos que solían componer la atmósfera y el espacio de la casa de su padre, el lugar donde creció, para mostrarlos como piezas extraídas de su contexto original y trasladarlas a un nuevo lugar, convirtiéndolas, a su vez, en materiales de composición con una importante carga simbólica.

Los objetos —que se encuentran distribuidos en la sala central del museo—, al ser reconfigurados en piezas cargadas de memoria, han perdido su utilidad y reinventan la cotidianidad de un espacio y tiempo definidos. De manera simultánea, las piezas son acompañadas por una serie de fotografías que muestran la ubicación o uso original de cada uno de los objetos, lo cual permite que el espectador se traslade a distintos lugares y temporalidades en una misma sala de exhibición, logrando una lectura propia en la disposición y utilización de los objetos como generadores de espacio y memoria.

Lucy Skaer, Una casa más pequeña (2017). Vistas de instalación. © Agustín Garza. Cortesía del Museo Tamayo

Esta forma de dar un nuevo valor a los objetos se puede ver, por ejemplo, en You, Me, You, You, Me, You, la colección de monedas de su padre que ha sido convertida en una especie de escultura que permite apreciar la colección completa en una pieza única que amalgama, literalmente, distintos valores y orígenes. En este proceso de transformación de la morfología de los objetos existe una parte de su esencia que se pierde; sin embargo, existe también cierta nostalgia que se mantiene capturada, y que, a su vez, es confrontada por el hecho de que los objetos se encuentran fuera de su entorno. De la misma forma, se exhiben distintos elementos que son combinados entre sí: obras realizadas a partir de peldaños —que fueron parte de la escalera de la casa— que se fusionan con objetos domésticos, como una taza de cerámica, o piedras que se incrustan en superficies de madera —el piso de la casa ahora convertido en cajas, Eccentric Boxes— que dejan marcas que se asemejan a las cicatrices.

En la manera en que cada una de las piezas ha sido trabajada es fácil apreciar una técnica rigurosa, regida por el sentido de pertenencia por parte de la artista hacia la transformación de los objetos y el espacio.

Una casa más pequeña se estará presentando hasta el 17 de septiembre.

Mariana Ávila Flynn

Es arquitecta por la Universidad Iberoamericana. Es coordinadora en el área de comunicaciones del despacho Ambrosi|Etchegaray. También ha colaborado en el desarrollo de proyectos arquitectónicos, de investigación y editoriales de la misma oficina.

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