En el cuento “Canastitas en serie” (Canasta de cuentos mexicanos, 1956) Bruno Traven narra la historia de un indígena originario de Oaxaca que, además de dedicarse a su milpa, ocupa su poco tiempo libre en tejer canastas para venderlas a precias ridículamente bajos. Con este relato, Traven ponía en evidencia el valor subestimado que los mismos mexicanos otorgan a la artesanía y la obra de mano nacional. Inspirado en este texto, el diseñador Christian Vivanco (San Luis Potosí, 1983) creó una colección de muebles para niños.

Diseñada en colaboración con Nido muebles, la serie siguió un proceso de fabricación artesanal en talleres de diferentes lugares de la República Mexicana —cada uno especializado en el trabajo con un material: felpa en San Miguel de Allende, mimbre en Tequisquiapan y carpintería en Teotihuacan.

Las formas, por su parte, están basadas en elementos muy básicos; el principal: la canasta. Aunque cada una de las piezas tiene una función en específico, su diseño invita a los niños a construir el sentido y la historia de cada objeto a través del juego. Tal como describía Traven las canastitas: “Una vez terminadas, servían para guardar la costura, como centros de mesa, o bien para poner pequeños objetos y evitar que se extraviaran. (…) Se podían utilizar de cien maneras.”

Traven está formada por tres muebles basados en la utilidad, el entorno y el espacio de aprendizaje:

Burro

Lo que parece tan sólo un pequeño cesto, es un elemento que ofrece una interacción cambiante entre el objeto y el pequeño usuario. Puede guardar cosas en el interior, subirse en él y su escala lo hace muy dinámico y móvil.

Atrapa mariposas

Es un juguetero formado por cuatro canastas de diferentes tamaños, que pueden girar 360º para permitir crear diferentes escenarios y responder a diferentes necesidades y ambientes. Es una pieza que resalta estéticamente, tanto con juguetes y objetos como cuando se encuentra vacía.

Silla Luna

Es el mueble más grande de la serie. A pesar de que su función es aparentemente obvia, cuenta con espacio suficiente para dejar trabajar la imaginación de los niños. Mientras un adulto observa una silla, un niño encuentra un millón de posibilidades mucho más interesantes. Está hecho de lana natural.

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[12 de febrero de 2015]