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Cortesía del Palacio de Bellas Artes
Conaculta
Pinto mi Raya (Mónica Mayer y Victor Lerma), Con el FONCA y sin el FONCA (2013). Cortesía de los artistas.

Los retos de la Secretaría de Cultura. 3 especialistas opinan

27.11.2015

En el tercer informe de gobierno de septiembre de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto dio a conocer la creación de la Secretaría de Cultura, una polémica iniciativa cimbrada sobre las bases del Conaculta. Con más incertidumbres que certezas, la propuesta surge en medio de la insuficiencia: el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para cultura en 2016 es de 17 mil 32 millones de pesos, es decir 2 mil 206 mdp menos que en 2015. Sin embargo, expertos en legislación cultural señalan que es suficiente para crearla.

¿Tienen nuestras autoridades la capacidad para llevar a cabo tal reorganización? Consultamos a tres especialistas involucrados en la gestión cultural para conocer su opinión sobre lo que debe hacer esta nueva Secretaría para mejorar la cultura en México.  

 

Amanda de la Garza
Curadora

Por un lado, debe haber una profunda revisión sobre los mecanismos de trabajo y sobre algunos de los programas. Es decir, cuál sería el papel de la Secretaría de Cultura al conformar una colección pública de arte contemporáneo, que ha sido una de las grandes deudas del Estado en términos de colecciones con líneas de trabajo definidas. Una revisión del trabajo producido por el Sistema Nacional de Creadores y del FONCA podría generar una colección de arte público. También se podría hacer un seguimiento con otro nivel de infraestructura de este tipo de programas de apoyo a las artes.

Considero que más que recortar programas, la Secretaría tendría que reestructurar las lógicas de los que ya existen e impulsar actividades y programas que apunten a una verdadera descentralización en cuanto a financiamiento y distribución de la cultura. En gran medida, siguen habiendo problemas en términos de la descentralización porque a pesar de que se generan iniciativas, muchas de ellas son aisladas y no tienen continuidad.

 

Amanda de la Garza es curadora adjunta del MUAC desde 2012, donde ha coordinado y cocurado exposiciones trascendentales como William Kentridge. Fortuna (2015) y Harun Farocki. Visión. Producción. Opresión (2014). También destacan las cocuradurías con Cuauhtémoc Medina de Vicente Rojo. Escrito/Pintado y Jeremy Deller. El ideal infinitamente variable de lo popular que, después de presentarse en el CA2M de Madrid, fue inaugurada en agosto de 2015. Es egresada de la carrera de Sociología de la UNAM y cuenta con una maestría en Antropología Cultural por la UAM-Iztapalapa y en Estudios Curatoriales por la UNAM.

 

—Mariana Munguía
   Gestora cultural

Yo creo que se debería evitar la burocratización excesiva de las acciones de gestión cultural que hace el Estado, porque limitan en gran parte la efectividad de su fin. Creo que la Secretaría de Cultura debería promover más a las nuevas generaciones de artistas y profesionales dedicados a las artes: críticos, curadores, directores de teatro, actores, etc. Lo que debemos procurar es el futuro de la cultura, y siento que el Estado se ha quedado siempre un paso atrás sobre lo que está sucediendo en nuestro país. Las prácticas artísticas son una herramienta de cambio social y deben ser incorporadas por las instancias, deben ser aprovechadas, entendidas y traducidas en políticas que mejoren la situación de México.

Por otro lado, el hecho de que la Secretaría de Cultura se separe de la SEP, acto que más de un investigador ha criticado, es muestra clara de que hoy por hoy no van de la mano. ¡Y deberían! Las políticas nacionales tendrían que estar enfocadas en la integración de la producción artística del territorio. La economía debería incorporar los problemas de economía cultural; y la educación incorporar al arte, y resolver cómo debe influir de manera positiva en los programas educativos del país. En conclusión, se debería vincular al arte con otros ramos.

Aunque se propone como un beneficio administrativo, su creación no ha sido analizada a fondo y, por ende, desconoce las problemáticas que existen en los diferentes gremios y artistas mexicanos. Se debería hacer una negociación y gestión de recursos más cercana, no sólo para pelear recursos sino por la transparencia en torno a la administración de los mismos.

Finalmente, creo que el Estado debería abrirse al diálogo e incorporar la opinión popular. De esta manera, tratar de hacer lazos, lo cual no es enteramente su objetivo, y promover la interacción con el sector de artistas y fundaciones para estimular la colaboración.

 

Mariana Munguía Matute (Guadalajara, 1976) forma parte del Consejo de asesores de SOMA. Fue directora de Promoción y Difusión del Centro Cultural de la Universidad de Guadalajara (2005). Ha sido editora del Catálogo Antoni Muntadas, publicado por Turner y Conaculta (2004). Codinadora del I, II y III Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo (SITAC), organizado por el PAC (2002-2004). Fue Directora del Laboratorio Arte Alameda (LAA) en el periodo de 2006 a 2007.

 

 

—Graciela E. Schmilchuk Braun
Historiadora de arte

Sobre el proyecto de decreto de creación de dicha Secretaría enviado por el Presidente Peña Nieto a las cámaras, es evidente que lo redactó alguien ajeno a CONACULTA, pues contiene errores inadmisibles: omite mencionar al FONCA, al IMCINE, a la investigación artística, a los FAROS, entre otras cosas. Es decir, es evidente que no recoge propuestas de años anteriores que al menos se veían más informadas.

Independientemente de quién dirija o coordine los asuntos culturales (Secretaría de Cultura o SEP-CONACULTA), hay tareas fundamentales por delante. La creación y la creatividad deben florecer, más allá de los requerimientos o perversiones del mercado artístico. Para ello, la reflexión sobre los programas de educación artística en todos los niveles, puede y debe realizarse desde las escuelas, en diálogo con los CENIDI (Centros Nacionales de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, Música, Danza, Teatro), CEDARTS y FAROS.

Necesitamos repensar la difusión a través de museos de arte (presencial y virtual) y publicaciones impresas y digitales. ¿Qué mensajes están recibiendo los estudiantes de arte con la programación actual de los museos? Que para “triunfar”, ser aceptados, deben seguir lo mainstream. Ver una exposición fuera de ese marco es una excepción, y esto puede cambiar. La cantidad y diversidad de creadores es mucho mayor que hace treinta años, y esta realidad no se refleja en la difusión.

La formación de públicos de artes visuales, danza, teatro y música modernas y contemporáneas es una tarea prioritaria, y ya ha sido comprobado en múltiples estudios de públicos y de consumo cultural que el pilar principal de tal formación es la presencia constante de la educación cultural en los niveles de primaria, secundaria y preparatoria o bachillerato (por englobar todas las artes, incluidas las electrónicas y multimedia, así como el análisis y uso crítico del cine, la televisión y la internet, y las culturas urbanas).

En tanto, los centros de investigación y documentación construyen memoria, historia en diversos modos de creación, y en menor medida análisis teóricos de la problemática actual de las artes. Es preciso reabrir procesos de admisión para contar con investigadores jóvenes a fin de reforzar los estudios sobre las múltiples manifestaciones y problemáticas de las artes contemporáneas. Los CENIDI, con su trabajo documental, sus publicaciones y la asesoría de sus investigadores y los cursos y actividades de extensión académica alimentan los trabajos de críticos, curadores e investigadores de México y del mundo.

Pienso en un equilibrio real entre educación, investigación y difusión, que sigue siendo una aspiración, la mejor para las artes.

 

Graciela E. Schmilchuk Braun estudió Historia del Arte en Buenos Aires y Comunicación en París. Fue consultora de la UNESCO en París para la Comisión Internacional de Estudio de las Comunicaciones (1977-1979). En 1981 fundó los servicios educativos en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México. Ha publicado libros como Museos: comunicación y educación (INBA, 1987); Recepción artística y consumo cultural (En coautora. Juan Pablos, 2000); o artículos como “La gestión del arte público” en Gestionar el patrimonio en tiempos de globalización (UAM, Juan Pablos, 2010). Ha sido asesora de instituciones culturales nacionales e internacionales, y en 2004 creó el programa de arte contemporáneo de sitio específico Cambio de vía, para el Museo Nacional de los Ferrocarriles en Puebla.

 

 

 

 

 

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