Una de las diseñadoras mexicanas que ha permanecido con fortaleza en el medio es Natalie Amkie (México DF, 1987). La trayectoria de la egresada de Centro ha sido sorpresiva para muchos y distante para otros, sin embargo, su estilo se ha redefinido conforme pasan las temporadas, pero su esencia, mostrada con un toque de oscuridad, no pasa desapercibido. Las temáticas de su diseño suelen provenir de experiencias personales —lugar inevitable para los diseñadores.

Su nueva colección es un análisis de la memoria, las tradiciones y los símbolos de un recurrido ritual social: el matrimonio. Así, Amkie reconoce un momento crucial de su vida así como el significado cultural del compromiso a través de 42 looks que presentan un romance misterioso, sensual y fantasioso. Esta temporada es muy importante para Amkie, pues próximamente será inaugurada su tienda en línea con envíos internacionales, así como la distribución de su producción en distintos puntos de venta físicos en México.

“Creo que una de las características más bellas del diseño es que el creador sabe cómo lograr que un objeto cambie y se adapte a otra situación,” mencionó la diseñadora.

El otoño de Amkie es una mezcla de texturas artesanales que juegan a la perfección con piezas ready to wear. Los materiales se destacan por sí mismos. La seda viene en tules, organza, chiffón y satín, mientras que materiales más pesados, como lana de borrego y casimires tejidos, adquieren aspectos más delicados con la incorporación de encaje, guipur de color negro, gris y blanco, pedrería, lentejuelas y perlas.

Tanto sus prendas de diseño único como las nuevas alternativas listas para usarse, poseen colores típicos de esta festividad, como el hueso, marfil, dorado, plateado y nude que se funden con el carácter seguro del azul marino y rojo. La propuesta es un balance sutil entre las relaciones personales, la vestimenta y la cultura popular.

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[29 de mayo de 2014]