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Reseña: Maison Artemisia, comme à Paris

18.07.2014

Por un lado, todo apunta a que la francofilia en la literatura hispanoamericana está más que démodé: en el último par de décadas se ha escrito sobre viajes al norte y al sur de nuestro propio continente, a Asia, a sitios menos rimbombantes de Europa, incluso.

Pero París es una fiesta y París no se acaba nunca. En los últimos meses, blogs de moda y revistas dedicadas a lo chic no han dejado de publicar guías para emular el estilo de vida de la ciudad luz: desde cómo usar paños al cuello hasta cómo impresionar a las chicas de la tercera república, pasando por cómo andar de fiesta como un auténtico parisino.

Para esto último hay un atajo maravilloso en la Roma: Maison Artemisia. Con una decoración como de casa de familia vieja en los Champs Elysées y una carta de mixología de autor espléndida, pues no hay nada más bon vivant que disfrutar un trago en sus sabores y aromas, sin buscar adormecer la conciencia. Por el contrario.

Para los que les gusta el amargor de la ginebra, recomendamos el Salmoncito que debe su nombre el color de los trozos de pulpa de toronja que nadan entre agua quina, campari y jugo de la misma fruta. Para los que buscan algo ligeramente más dulce y fresco, no se pueden perder el Artemisia Sang, que lleva licor de granada, hierbabuena y toques de naranja y limón. Pero el más francés de sus tragos no puede ser otro que el Bellini de frutos del bosque, que mezcla burbujas de cava con frutos rojos macerados y un toque de casis.

Maison Artemisia no es, sin embargo, un lugar de noche. Es un establecimiento con mucha vida diurna y una excelente opción para pasarla bien desde temprano y compartir la mesa y la sobremesa, algo que tenemos en común en ambas culturas.

Su cocina es francesa de corazón, por supuesto, y se adapta según la temporada para ofrecer productos frescos. Recién acaban de cambiarla para recibir la temporada de las lluvias a través de tres platillos fuertes: pescado con hongos, pollo de leche relleno de hongos y tuétano con hongos.

Además de esas maravillas, probamos un par de sus clásicos: el maravilloso pulpo asado en su punto exacto y sin un gramo de grasa, y la costilla braseada, jugosa y llena de aromas.

Estas delicias son creación del chef Atzin Eduardo Santos Candia, quién tiene media vida de experiencia y se fogueó en la cocina de nada menos que El Bulli. Con un poco de suerte, se acercará a tu mesa para preguntar si todo está en orden y descubrirás además a una persona de lo más agradable, encantadora.

 
Tonalá 23, casi esquina Durango, Roma.

Tel. 5280 6699

Restaurante: L a V de 12:00 a 24:00 hrs. S de 13:00 a 19:00 hrs.

Coctelería y bar: M a S de 19:30 a 02:00 hrs.

Se recomienda reservar para el restaurante.

Costo aproximado: $300 a 600 por persona

www.maisonartemisia.com

FB /maisonartemisia


[18 de julio de 2014]

 

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