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Isamu Noguchi, con la pieza Contoured Playgrounds, en 1933
Isamu Noguchi, Equipamiento de juego (1940)
Isamu Noguchi, Maqueta del Pabellón EE.UU. (1970) © The Isamu Noguchi Foundation and Garden Museum, Nueva York
Isamu Noguchi, Riverside Playground (1960-64)
Isamu Noguchi, Play mountain (1933, Molde 1977)
Isamu Noguchi, Octetra (1968)
Isamu Noguchi, Play Cubes (1975-76), en Piedmont Park
Isamu Noguchi, Modelo para Playscapes Piedmont Park Atlanta Georgia (1975-76)
Isamu Noguchi: A Study of Space, por Ana Maria Torres. © New York: Monacelli Press, 2000
Isamu Noguchi. Art in the Park. A Children's Play Environment – Piedmont Park © Noguchi Plaza and Fountain Inc. – Architects
Exposición Los Parques de Noguchi, Museo Tamayo Arte Contemporáneo (2016) © Tamara Ramírez
Exposición Los Parques de Noguchi, Museo Tamayo Arte Contemporáneo (2016) © Tamara Ramírez
Isamu Noguchi, Slide Mantra Maquette (1985) © Noguchi Museum. Isamu Noguchi, Slide Mantra en Bayfront Park, Miami, Florida, EE.UU. © Wally Gobetz, via Flickr
Isamu Noguchi, Contoured Playground (1941). Exposición Los Parques de Noguchi, Museo Tamayo Arte Contemporáneo (2016) © Tamara Ramírez
Isamu Noguchi, Octetra (1968). Colección Museo Tamayo Arte Contemporáneo, INBA, Secretaría de Cultura © Tamara Ramírez
Exposición Los Parques de Noguchi, Museo Tamayo Arte Contemporáneo (2016) © Tamara Ramírez
Isamu Noguchi, Playcubes (1968). Colección Museo Tamayo Arte Contemporáneo, INBA, Secretaría de Cultura © Tamara Ramírez
Isamu Noguchi, Columpio c. (1975-76). Colección Museo Tamayo Arte Contemporáneo, INBA, Secretaría de Cultura © David Cruz Puebla

Los Parques de Noguchi, escultor del paisaje

Reseña 19.05.2016

Tamara Ramírez

Isamu Noguchi (1904, L.A. – 1988, N.Y.) es posiblemente uno de los escultores más importantes del siglo XX. Su obra, principalmente escultórica, se caracterizó por explorar y difuminar sus límites con disciplinas como la arquitectura, el paisaje, el diseño y la escenografía; y por integrar una mirada dualista (oriental-occidental), que desarrolló como consecuencia del sincretismo cultural entre sus dos países de origen: Japón y EE.UU. No muy seguido se presenta la oportunidad de que una visita al museo implique tocar las piezas en exhibición y jugar con ellas. No obstante, esta es precisamente la propuesta curatorial de Manuela Boscoso en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, con la exposición Los Parques de Noguchi. Apenas se entra al Museo, se percibe el título de la exposición. Su escala no devela la magnitud de la obra del multifacético artista a quien está dedicada.

Los Parques de Noguchi es una exposición lúdica que invita al público a tocar las piezas. Presenta la obra e investigación que el artista realizó durante más de 50 años que versa de parques infantiles y espacio público y de la idea del juego como una forma de aprendizaje colectivo: paisajes ideales en los que la escultura se integra a la vida cotidiana. La exposición incluye 50 objetos, entre maquetas, bocetos, dibujos, piezas e imágenes de archivo que permiten observar el proceso creativo de Noguchi, así como colaboraciones que realizó con otras disciplinas y artistas como Richard Buckminster Fuller, Louis Kahn, John Cage, y Martha Graham.

Lo más atractivo es, por un lado, el discurso curatorial que permite reconocer a unos de los precursores en arte público –de quien irónicamente poca obra se ha llevado a cabo, incluso después de la muerte del artista; y, por otro, la propuesta museográfica que permite un recorrido relativamente libre y cuya economía y distribución de piezas permite apreciar e imaginar la escala de la obra de Noguchi, como en Slide Mantra, una montaña abstracta de piedra con forma de espiral, en donde una escalera se transforma en resbaladilla e invita a subir y bajar infinita y continuamente.

Más allá de la casualidad y la coincidencia entre la planeación y el diseño arquitectónico del Museo Tamayo y la temática de la obra de Noguchi, el museo desintegra sus fronteras en el paisaje dando la sensación de que brota del suelo. La vegetación circundante establece entonces una relación entre el inmueble y el entorno, entre el arte y el paisaje. La obra de Isamu Noguchi encaja y desdobla el espacio expositivo del Museo Tamayo para dar cabida al estímulo por medio del juego y a nuevas posibilidades de relación con la obra de arte y el paisaje cultural.

El recurrido de la exposición abandona su espacio tradicional, y al igual que la escultura de Noguchi se expande en el museo e integra en el ambiente natural en el que éste está inmerso. El equipamiento para parques que adquirió Museo Tamayo como parte de su colección aparece, primero, en la explanada interior con Octetra (1968), figura roja de concreto que juega con la forma octagonal; y, posteriormente, en el exterior, en donde se puede jugar con Swing (1975-76), unos columpios color naranja; Playcubes (1968), cubos de cemento verdes y azules; y Play Scultpure (1975-76), una pieza de metal ondulante amarilla y negra.

Los Parques de Noguchi traza una espiral, como la de Slide Mantra, que invita a conocer al artista y su legado por medio del juego y de la utopía que el mismo escultor alguna vez ideó. Una propuesta de colectividad y de espacio público y natural, desde el arte y la escultura.

Los Parques de Noguchi se presenta del 11 de mayo al 09 de octubre de 2016 en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, en la Ciudad de México.

Tamara Ramírez

Se ha especializado en investigación y comunicación de historia del arte, arte contemporáneo, diseño, arquitectura y museografía. Trabaja como curadora, diseñadora y consultora de arte independiente. Actualmente es Coord. Web de la edición en línea de Código.

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