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Tacoa, Jardineira, (2015).©LGM Studio. Fotografía de arquitectura. Cortesía de Liga.
Tacoa, Jardineira, (2015).©LGM Studio. Fotografía de arquitectura. Cortesía de Liga.
Tacoa, Jardineira, (2015).©LGM Studio. Fotografía de arquitectura. Cortesía de Liga.
Tacoa, Jardineira, (2015).©LGM Studio. Fotografía de arquitectura. Cortesía de Liga.
Cortesía de Liga

Reseña: LIGA 18. Jardineira

02.06.2015

Gabriel Villalobos

Liga, el pequeño gran espacio de intervenciones arquitectónicas en la ciudad de México, ha cumplido cuatro años de existencia. El pasado 21 de mayo se celebró la inauguración de su exposición número 18, a cargo del despacho brasileño Tacoa. Con el título “Jardineira”, la pieza de los arquitectos Rodrigo Cerviño y Fernando Falcón materializa las cualidades plásticas de su trabajo: una relación estrecha con el suelo, el juego de planos horizontales, verticales e inclinados, y el uso de concreto armado. La intervención consiste en una banca-jardinera inclinada, integrada a la banqueta de Insurgentes.

Además de ser una adecuación discreta, elegante y útil al sitio, esta pieza destaca por estar fuera el espacio expositivo. Hasta ahora, los proyectos de Liga han consistido en modificaciones al espacio, utilizando diversos materiales y lenguajes. Han sido contados los proyectos que establecen un diálogo claro e intencionado con el exterior. Se podría decir que la primera intervención que evidenció a Liga como un espacio situado, entramado en un contexto urbano específico, fue Mirar hacia adentro, mirar hacia fuera (LIGA 13, 2014) del argentino Diego Arraigada. Aún en este proyecto, la relación entre el espacio y su entorno permaneció en lo visual.

La pieza de Tacoa es la primera en superar los límites físicos de la galería. Cerviño y Falcón han apreciado el potencial de este sitio en la transformación de su entorno —una sensibilidad característica de su práctica arquitectónica. Con la intervención, Liga se manifiesta no sólo como un espacio de divulgación, sino como sede de experimentación arquitectónica en la ciudad. Este proyecto constituye un nuevo horizonte en la capacidad de Liga de incidir en la cultura arquitectónica de nuestra urbe.

Por su parte, Jardineira tiene otra implicación interesante para este espacio como uno de naturaleza expositiva. Como concluye Guilherme Wisnik en su texto para este proyecto, el museo está ahora vacío. Si bien se han sobrepasado las fronteras del cubo blanco llevando el objeto expositivo al exterior, paradójicamente esta operación refuerza tales fronteras. La ciudad está afuera; mantenerse dentro de Liga significa mantenerse separado de la realidad —aquella donde tiene lugar la arquitectura. Sacar la intervención sugiere que sólo así un objeto expositivo se convierte en verdadera arquitectura; en caso contrario, permanece como mera representación. Este proyecto, entonces, revela y confronta los límites entre lo museístico, lo arquitectónico, y lo urbano.

 

Gabriel Villalobos es arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México y maestro en estudios de diseño por la Escuela de Diseño de Harvard. Es profesor adjunto de la UNAM y crítico de arte y arquitectura.


[3 de junio de 2015]

 

Gabriel Villalobos

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