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4 Years of Pito, colección Primavera-verano 2015 para mujeres. ©ZhongLin
4 Years of Pito, colección Primavera-verano 2015 para mujeres. ©ZhongLin
4 Years of Pito, colección Primavera-verano 2015 para mujeres. ©ZhongLin
4 Years of Pito, colección Primavera-verano 2015 para mujeres. ©ZhongLin
Bit Eater, colección Primavera-verano 2015 para hombres. ©ZhongLin
Bit Eater, colección Primavera-verano 2015 para hombres. ©ZhongLin
Bit Eater, colección Primavera-verano 2015 para hombres. ©ZhongLin
Bit Eater, colección Primavera-verano 2015 para hombres. ©ZhongLin
Bit Eater, colección Primavera-verano 2015 para hombres. ©ZhongLin
Bit Eater, colección Primavera-verano 2015 para hombres. ©ZhongLin
Bit Eater, colección Primavera-verano 2015 para hombres. ©ZhongLin

Reseña: 4 Years of Pito & Bit Eater, de Yii Ooi

13.02.2015

Carolina Haaz

En una entrevista, la escritora rumana Herta Müller comenta a propósito de la infancia que vivió durante el régimen totalitario de Ceaușescu: “mi única niñera fue mi jardín. Todas mis fantasías tenían que ver con mi inseguridad ante el mundo. Me sentía como una hormiga. Cuando veía una montaña o el mar experimentaba una sensación de vértigo. Entonces descubrí que no era eterna”.

En algunas prendas de 4 Years of Pito una hormiga camina entre plantas y asciende por las piernas de una joven mujer mientras al fondo se observa un río lapislázuli. Por lo demás, la imaginación infantil cuidadosamente urdida por Yii Ooi (Kuala Lumpur, 1988) en abrigos de bolsillos coloridos recuerdan, por su forma, a las mochilas para el almuerzo. La primera entrega femenina del diseñador malasio —de ánimo lúdico y deserotizante, que reconfigura la relación del cuerpo con la ropagravita en torno a la complejidad de la mente de un niño autista, Pito, que a su vez inspira otros personajes en kimonos anaranjados con un gran lazo azul.

Por su parte, el lado masculino, aunque andrógino, del trabajo más reciente del diseñador se denomina Bit Eater. El modelo porta en su ropa una serie de ilustraciones de alimentos. Se sabe: en alguna medida los desórdenes alimenticios son indicios de la esclavización de los cuerpos —dóciles— que, satisfechos, obedecen ciertas reglas no escritas por el sistema de la moda.

Un ejemplo: una camiseta de malla tiene sobre sí, en forma de parche, algunas siluetas de rebanadas de pan, creando un efecto de holograma. Otro: un suéter tejido muestra una lata, también tejida, de sardinas. En este ejercicio retrospectivo hacia la infancia, las texturas y la experimentación óptica redescubren, desde los sentidos, la idea de la comida.

Las imágenes de ambas colecciones dan vida a las fantasías del niño que hay en Yii Ooi. El ethos de su trabajo se encuentra en el caos que deambula entre la mente de ese niño y la del adulto. “A pesar de mi personalidad mórbida, siempre he tenido un corazón de infante”, comenta el diseñador en su biografía, “es sólo que lo había dejado en algún cajón”. Ahora el cajón resguarda a la prenda.

 


Carolina Haaz es coordinadora web de revista Código. Ha colaborado en publicaciones como FolioEl Fanzine y Frente.

 


[13 de febrero de 2015]

Carolina Haaz

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