Una vez más, la plataforma Nook se apuntala como una de las más importantes gracias a la esperada presentación de cuatro diseñadores mexicanos, imprescindibles para entender el panorama actual del diseño en nuestro territorio. Su quinta edición se llevó a cabo la semana pasada en el emblemático Hotel Reforma, en donde desfilaron las propuestas de Kris Goyri, Mancandy, Rolando Santana y Yakampot, de la venidera temporada Primavera 2015. En general, se observó una línea cómoda y al mismo tiempo pulida, lo cual demuestra que los diseñadores conocen bien a sus usuarios. Sin embargo, vale la pena recapitular algunas particularidades de cada colección.

Yakampot

El juego bélico y oriental, con un asomo de textiles tradicionales, fue representado por un séquito de modelos que portaron versiones contemporáneas de trajes samurái en vestidos de seda y conjuntos de lino. El diseñador chiapaneco, Francisco Cancino, delineó un hilo conductor moderno con signos contestatarios, yendo más allá de los estándares folclóricos. Con ello logró construir atuendos arriesgados, inspirados en “La transitoriedad”, un texto escrito por Sigmund Freud, el cual cumple 100 años y fue el punto de partida de la colección.

La riqueza de las fibras naturales fue aprovechada en lienzos lisos que muestran la silueta natural de la mujer. Asimismo, las cualidades del material fueron aprovechadas sutilmente, sin recurrir a los bordados acostumbrados de la firma. La paleta de color sorprendió al ser para una colección para la estación calurosa. En cambio, se vieron el púrpura, el negro y el azul marino frente a la luminosidad del gris mármol, el blanco y el nude. A ello se le sumaron estampados florales de tendencia oriental, agregando feminidad a las formas masculinas y envolventes. Un paso seguro para Cancino, aunque será interesante continuar con este diálogo enriquecedor de texturas en sus próximas entregas.

Kris Goyri

Esta temporada Goyri no se alejó del romanticismo. La colección está inspirada en el estado de Tabasco, es imaginada para una mujer soñadora, aunque ya madura. Un vestuario con prendas usables que se mimetizan en el contexto referido, con estampados inspirados en la naturaleza, la arquitectura y las texturas del territorio.

Las siluetas acinturadas fueron una constante, acompañadas de faldas tipo lápiz, jumpsuits de tiro alto, culottes y vestidos de manga corta de talle básico. Flecos, plumas y estampados encajaban a la perfección en una propuesta lista para ser vendida. Sin embargo, considero que faltó cohesión entre los ya conocidos pétalos de los vestidos de Goyri y la arriesgada gama de color, así como un mayor impulso experimental —y espero que, poco a poco, el diseñador continúe con este desprendimiento que ha tenido de su faceta más comercial. No dudo que sorprenderá más.

Mancandy

Andrés Jiménez, diseñador de la marca mexicana, reafirmó su acercamiento con las tendencias globales; especialmente la deportiva, la unisex y la urbana, de las cuales se ha apropiado. Casi como uniformes callejeros y provocadores, los atuendos de la colección fomentan la continuidad de su línea creativa, con el riesgo de convertirse en algo repetitivo.

Sin embargo, el código de la juventud propuesto por Mancandy alude a un discurso ideológico en el que se cuestionan temas cercanos a la sexualidad, la expresión personal, la inconformidad social y la igualdad de género. El término oversized fue un recurso central que para el diseñador, puede ser usado por ambos sexos. Textiles inacabados, hardware metálico, camisetas tipo pijama, vestidos camiseros, gabardinas y leotardos: se trata de una colección dispuesta a formar parte de una voz individual que promueva el acto de vestir para mostrar algo al mundo. En suma: demostró que los protocolos de vestimenta son inútiles. Si Jiménez continúa expresando sus inquietudes a través de esta disciplina, lo considero un punto afirmativo para obtener una mayor experimentación de diseño en lo que viene de su carrera.

Rolando Santana

La partida más segura del evento fue la colección de Santana. De excelencia en manufactura y producción, el diseñador morelense dio vida a una serie de vestidos —genéricamente— bonitos con reminiscencias de la época de los 60, en colores fríos, donde predominó el azul agua.

De minivestidos rectos con faldas a la cadera fruncidas a vestidos que llegaban al suelo, luciendo lentejuelas, el diseñador ofreció una amplia línea femenina, simple y optimista. Los bloques de color en composiciones geométricas estampadas obtuvieron balance con tonalidades que remitían al oleaje y la frescura del verano.

Al ser una colección más juvenil que la de su temporada pasada, creo que Santana tiene las herramientas para salirse un poco de las líneas estrictas que moldean su sello, sin sacrificar su fructífera carrera. Por el contrario: esto sería un paso hacia adelante para ofrecer a sus asiduos clientes una nueva propuesta, así como para atraer a nuevos mercados, interesados en encontrar piezas que, de verdad, garantizarán su uso recurrente.

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Olivia Meza de la Orta (México, DF, 1990) es editora de moda de la revista Código y Glup. Estudió Creación de Moda en IES Moda Casa de Francia y cuenta con más de 5 años de experiencia en el medio editorial. Ha impartido pláticas sobre periodismo y comunicación de moda en Dinámica en la Sala de Arte Público Siqueiros y en Taller Fashion Development. Actualmente es fundadora y directora del proyecto digital editorial MEOW.

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[28 de octubre de 2014]