Estas son las recomendaciones del equipo editorial de Código del mes de julio.

Verónica Anaya Canseco
Diseñadora editorial

—Película: Cada quién su cine, varios autores (2007)

Una película con 34 cortometrajes para conmemorar el 60 aniversario del Festival de Cannes. En la realización participaron 36 cineastas, entre los que están Lars von Trier, David Lynch y Roman Polanski. Se trata de una entrega políglota: en inglés, francés, italiano y español. La introducción es encabezada por una frase de Jim Harrison: “Él preguntaba por qué queríamos hacerlo todo grande, antes de ser capaces de hacer bien las cosas pequeñas.»

Abel Cervantes
Director editorial

—Televisión: The Wire

En los últimos tiempos los detectives han protagonizado, como ninguna otra figura, la pantalla chica. ¿Estamos en una época parecida a la de la década de los cuarenta del siglo pasado cuando «El halcón maltés» desató una oleada de películas sobre policías? The Wire (2002-08), serie de 5 temporadas que relata la vida de un grupo de detectives que inspirados por la tecnología capturan a los traficantes de droga más importantes de Baltimore, fue el nuevo catalizador de nuestros tiempos que detonó un renovado interés por las historias de persecuciones y asesinatos. (Además es una de las primeras series de nuestro tiempo en haber recurrido al formato de megafilme.) Pero su poder narrativo no puede reducirse a las anécdotas.

En este relato coral se desnuda la corrupción y otros malestares de la sociedad estadounidense poniendo atención en la policía, las drogas, la política y el periodismo. La primera temporada establece tres personajes principales: James McNulty, policía absolutamente genial que sustenta su personalidad en el abuso del alcohol, la inteligencia, su interés por las mujeres y su particular forma de irritar a cualquiera que esté cerca de él; el temible Omar, un matón negro gay que vive de robarle a los traficantes de droga más importantes de Baltimore; y Avon Barksdale, jefe de la mafia de la ciudad. A partir de entonces The Wire se convierte en una bola de nieve que arrasa cualquier convención que las series de televisión previas habían marcado como reglas ineludibles. La serie de David Simon se ha convertido en un clásico contemporáneo.

Andrea García Cuevas
Coordinadora editorial

—Exposición: Zona de riesgo en el Museo de Arte Moderno

Carlos Aguirre es, quizás, uno de los primeros artistas en México que podría considerarse «contemporáneo». Con su obra vuelven a ser y aparecer, desde una postura crítica y contundente, asuntos políticos, sociales y económicos pasados (relativos a las décadas de los 70, 80 y 90 de nuestro territorio) que se proyectan —al menos en el imaginario y en la memoria— como presentes. La exposición reúne trabajos en los que el tiempo parece ser un espiral, donde los acontecimientos —desafortunadamente— se repiten, como la matanza a civiles, la pederastia, la corrupción, etc. Pero también hay piezas actuales que nos hablan desde nuestro tiempo. Hay una obra en particular que me tocó las fibras: Ninguno por razones políticas II (1994), una ruina de barco flotante, que recuerda el nombre de 450 asesinados durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari. Una instalación fuerte en términos simbólicos. He ahí el poder del arte: el de confrontarte. Al entrar a Zona de riesgo no se advierten estilos o categorías con las que se suelen asociar al arte. Es una exposición contemporánea en el sentido más básico y amplio de la palabra.

Carolina Haaz
Coordinadora web

—Libro: Los condenados de la pantalla, de Hito Steyerl (Caja negra, 2014)

Un libro de ensayos de la artista visual y ensayista de origen alemán prologado por uno de los pensadores más relevantes del presente: Franco Berardi “Bifo”. ¿Quiénes (o qué) son los condenados de la pantalla? Steyerl denomina así a la imagen pirata, excesivamente reproducida en las entrañas de Internet. 

En “El arte como ocupación: demandas para una autonomía de la vida”, la autora apunta las siguientes instrucciones. El mensaje parece estar dirigido, sobre todo, a los integrantes de la generación que “Bifo” define como postalfa (una que, sobre todo en los países desarrollados, ha tenido más contacto con máquinas que con su familia; de escaso nivel de concentración y, por lo tanto, hábitos pobres de lectura):

«Tu teléfono es tu cerebro tomado por el diseño corporativo, tu corazón como producto, el Apple de tu ojo. Tu vida se condensa en un objeto en la palma de tu mano, presto a ser estrellado contra un muro y aun así seguir sonriéndote, hecho añicos, dictando fechas de entrega, grabando, interrumpiendo. Tenemos que reeditar. Reconstruir. Reorganizar. Destrozar. Articular. Alienar. Liberar. Acelerar. Habitar. Ocupar».

Puedes leer un adelanto aquí.

—Música

“Salad days” de Mac DeMarco.

Me gusta. No hay más. En especial, la canción “Chamber of Reflection»

Puedes escucharlo aquí:

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[1 de julio de 2015]