¿Puede el diseño ser una herramienta para el cambio social? Los ensayos desde nuestro país parecen aproximarse más a ello desde el carácter lúdico que desde otra rama más común en las ferias de diseño locales – la decorativa. La interacción es clave. Que un juguete inspirado en un sujeto radical pretenda promover la conciencia histórica a niños y adultos o un dispositivo sea capaz de convertir el ruido hogareño cotidiano en experimentación sonora no es menor. El diseño también debe responder a las necesidades del espacio público, promover el derecho al juego. Al igual que el arte, el juego es un ejercicio de aparente inutilidad donde reside la configuración de lo humano; es un agente unificador o una herramienta de transgresión política. Código selecciona 5 objetos lúdicos diseñados por mexicanos. La lista está ordenada alfabéticamente.

—Zona infantil (2015) de Juskani Alonso

Una nueva sección del Parque México fue diseñada por el estudio de Juskani Alonso. La propuesta persigue un espacio seguro, funcional y novedoso para la actividad de recreación infantil en la ciudad de México. Un ella, un módulo integra la totalidad del área para que los niños interactúen con sus propios movimientos. Sus unidades se sostienen con tubos de acero, además de contar con tres columpios pequeños y dos más para niños más grandes; una resbaladilla y una red para escalar o recostarse.

Más información

—Para que sea bueno lo que viene luego (2015) de Victor Hermosillo 

Victor Hermosillo lanzó una serie de juguetes infantiles que representa a la familia zapatista: Subcomandante Galeano, Subcomandante Moisés, Ramona, Esther y Tacho fueron construidos a partir de filtros de automóvil. En entrevista con Folio., Hermosillo explica que el material es usado “como metáfora de toda aquella entidad que es capaz de separar, aptar, discernir con la finalidad de otorgar claridad, es decir, de limpiar”. Los luchadores sociales se posicionan en un campo lúdico que propone crear un vínculo entre los niños y la realidad política.

Más información

—Electro-Domestic Synth Sequencer (EDSS) (2015) de José de la O

José de la O creó un dispositivo para generar música a partir de aparatos electrodomésticos (secadoras de pelo, licuadoras, aspiradoras, radios, etc.). Junto con su equipo de colaboradores, desarrolló un artefacto basado en las funciones de un secuenciador que recopila los ruidos típicos de las viviendas durante el habitar cotidiano para traducirlos en composiciones sonoras.

Si quieres jugar con algunos aparatos y crear música a partir del ruido, puedes crear tu propio EDSS. El estudio dispuso toda la documentación en código abierto y la puedes descargar aquí.

Más información
—Noé (2010) de Ariel Rojo

Noé es una alcancía de un “viene viene”, personaje del territorio mexicano de problemática existencia. “[M]uchos de ellos se cree que están vinculados con la delincuencia organizada en el robo de autos y otros delitos. En cualquiera de los casos también roban el espacio público”, menciona Rojo en su sitio web. El objeto de diseño habla de lo que articula el diseñador. También: habla de lo que no se habla, como la razón de fondo de la existencia de los franeleros y los comerciantes informales que se apropian del espacio público. De la falta de empleos y su precariedad; de las condiciones laborales de un trabajo que no es considerado (legalmente) un trabajo. Con ironía y rasgos simpáticos, Noé habla de la desigualdad.

—Poligon (2014) de Rodrigo Solórzano y Matthew White

Junto con el británico Matthew White, el diseñador mexicano Rodrigo Solórzano creó una colección de esculturas metálicas plegables. La serie consta de las figurillas de un gorila, un pingüino, un elefante, una ballenas, pulgas y hormigas. Las esculturas de metal son adquiridas en forma de láminas que se ensamblan con imanes. El carácter lúdico de Poligon interactúa de manera sencilla y estética con el usuario.

Más información

—
[8 de junio de 2015]