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Marepe (Marco Reis Peixoto) Presente para os presentes, 2002. © Cortesía de CIAC A.C., el artista y Galería Luisa Strina, São Paulo
Alighiero Boetti, Tutto (1988-1989). Cortesía de CIAC A.C. y Gladstone Gallery, Nueva York/ Bruselas. © Alighiero e Boetti
Carlos Garaicoa Calle Omoa, La Habana, 2012. Cortesía de CIAC A.C., el artista y Galería Luisa Strina, São Paulo © Carlos Garaicoa
Aaron Siskind New York, c. 1951. Cortesía de CIAC A.C. y Bruce Silverstein Gallery, Nueva York © Aaron Siskind Foundation
Wim Wenders After a Concert by “Die Toten Hosen” at the Westfalen Stadium, Dortmund, 2001. Cortesía de CIAC A.C. y James Cohan Gallery © Wim Wenders / Wenders Images, Berlín
Pablo Vargas Lugo, Bonampak News (2006). Colección CIAC
Ana Mendieta, Untitled (Silueta del laberinto (1976). Colección CIAC

Rastros y Vestigios. Indagaciones sobre el presente

25.04.2016

Después de presentarse en el Instituto Cultural Cabañas en Guadalajara y el Museo Amparo en Puebla, la exposición Rastros y vestigios. Indagaciones sobre el presente llega a uno de los recintos con mayor riqueza histórica y cultural de la capital mexicana: el Antiguo Colegio de San Ildefonso. En alrededor de 1,471 m2, rodeada por una arquitectura que se concibe a sí misma como el rastro y el vestigio de la conquista y modernidad mexicana, la principal premisa de la muestra es romper las barreras preconcebidas que existen alrededor del arte contemporáneo y acercar a un público mucho más amplio a este tipo de expresiones a través de un diálogo reflexivo.

Para la curadora Tatiana Cuevas, la exposición propone “enfrentarnos a un grupo de objetos que en primera instancia podría presentarse como extraños o ajenos, para especular sobre lo que quieren decir”. Así, el recorrido reúne cerca de 121 obras —entre instalación, fotografía, videos, pinturas y esculturas— pertenecientes a la Colección Isabel y Agustín Coppel (CIACI), de artistas como Francis Alÿs, Carlos Amorales, Joseph Buys, Alighiero Boetti, Félix González Torres, On Kawara, entre otros, donde se manifiesta una característica común: el paso del tiempo como detonador de la memoria.

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Una fotografía de la sala de un concierto después de haber sido ocupada por el público (Wim Wenders, After a Concert by “Die Toten Hosen” at the Westfalen Stadium, Dortmund, 2001), una escultura hecha con batas y sandalias de baño de hotel recogidas por el artista durante sus viajes de trabajo (Danh Vo, 28.5.2010, 2010), un rollo de papel que dibuja la actividad del corazón al unísono de un terremoto (Joseph Beuys, Diagrama terremoto, 1981), o un par de periódicos con inscripciones en código maya (Pablo Vargas Lugo, Bonampak News, 2006) convierten al espectador en un arqueólogo que ha de leer los símbolos que han construido la imagen, el ánimo y el presente de nuestra sociedad.

Para evitar generar empatías y posicionar la mirada en el terreno de la objetividad, Cuevas tomó la elección curatorial de prescindir de representaciones o alusiones a la figura humana. Alrededor sólo hay objetos e imágenes que se conciben como las huellas arquitectónicas, ideológicas o arqueológicas de acciones pasadas. La ausencia de cualquier referencia al ser humano genera, en palabras de la curadora, una suerte de desolación que nos empuja a activar uno de los principales objetivos de la muestra: observar, leer y descifrar aquellos rastros y vestigios.

La elección del recinto juega un papel importante. San Ildefonso permite generar un vínculo entre las piezas y el edificio en sí mismo. Explica Cuevas que “la arquería original —que se muestra sin tablaroca— o la estructura del edificio antiguo complementan la creación de un ambiente que te da la idea de estar rodeado de ruinas, de cosas que están ahí que son testigos de lo que sucedió. La arquitectura, principalmente, juega ese papel de testigo, pero en este caso fue muy rico poder incorporarlo al planteamiento de la muestra”.

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Alrededor de la Rastros y vestigios se pueden encontrar obras realizadas entre la segunda mitad del siglo XX y el presente. Algunas, incluso, no superan los 10 años de creación. ¿Cómo se constituyen las obras de arte contemporáneo como rastros y vestigios de la historia, la civilización y el presente? La respuesta de Cuevas revela un aspecto fundamental para la relación con el arte de hoy: “Hay que pensar en la idea de que los vestigios no se hacen con el tiempo, sino día a día. Y lo que dejas hoy puede ser un vestigio el futuro. Ese me parece un camino posible para que el público pueda acceder más fácilmente [a las obras]. Es la idea de lo que producimos hoy, será una huella mañana. Depende de ti si no te ocupas de entender esas huellas que se están dejando hoy: leemos periódicos, leemos novelas, consultamos otro tipo de productos que se están generando día con día. Éstos [las obras de arte] son otro tipo de objetos que hablan de este presente. Quiero invitar a pensar en esta situación, que los artistas viven y responden a nuestro mismo tipo y hacen lo mismo que nosotros para informarse. La relación no es tan ajena como se piensa.”

Para acompañar el recorrido, el Antiguo Colegio de San Ildefonso ofrece audioguías, tabletas con información complementaria y dispuestas alrededor de las salas y una aplicación gratuita para iOS y Android.

 

Rastros y vestigios. Indagaciones sobre el presente

Antiguo Colegio de San Ildefonso

Del 26 de abril al 21 de agosto

 

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