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The Visitors, por Ragnar Kjartansson en Hangar Bicocca

01.10.2013

“Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música.” —Aldous Huxley

En 1952 John Cage nos mostró el potencial del silencio para llenar el vacío con 4’33’’, una pieza musical de cuatro minutos y treinta y tres segundos en la que era preciso perderse para empezar a escuchar. En la sala no había más que silencio y —simultáneamente— el ruido intermitente de cada pensamiento.

Así como Cage entendió que el silencio y la música no son necesariamente fenómenos opuestos, Ragnar Kjartansson (Reikiavik, 1976) conduce a perderse a través de la repetición y la música. En su más reciente proyecto, The Visitors, el artista islandés inunda los espacios de exhibición del Hangar Bicocca con una instalación donde la música se hace presente visualmente, como si se tratara de un elemento escultórico.

A través de nueve videoinstalaciones se puede escuchar —¿observar?— la canción Feminine Ways compuesta, sin ninguna premeditación, por el mismo artista. La letra, un poema escrito por su ex esposa, es repetida constantemente por los nueve músicos que tocan diferentes instrumentos: “Once again / I fall into / My feminine ways… Once again / I fall into / My feminine ways… Once again / I fall into / My feminine ways…” La repetición aquí, casi como un mantra, consigue vulnerar el lenguaje y su sentido.

El sonido y las letras se convierten en imágenes mudas. ¿La narrativa? Ninguna y todas juntas. “[Al escuchar la pieza] puedes imaginar historias, pero no hay una sola”, dice Kjartansson al hablar de su obra anti-historias, mientras que Andrea Lissoni y Heike Munder —curadores de la muestra— apuntan que The Visitors produce un efecto casi hipnótico.

Del silencio al sonido o viceversa, la música invita a perderse. En el caso de The Visitors, también a renovar el sentido y producir significados inesperados.


Ragnar Kjartansson

Durante más de diez años Ragnar Kjartansson se ha dedicado a explorar la música como un vehículo para (re)interpretar los horizontes de sentido y conocimiento. Estudió Arte en la Academia de Artes de Reikiavik, en Islandia, y en la Real Academia de Estocolmo. Su obra ha sido parte de diferentes exposiciones y festivales, como Manifesta y la Trienal de Torino. En 2009 se convirtió en el artista más joven en representar a Islandia en la Bienal de Venecia. Este año fue invitado por Massimiliano Gioni a participar en la exhibición El palacio enciclopédico como parte de la 55 Bienal de Venecia.

Para Kjartansson la música es una metáfora de la sociedad perfecta: individuos creando en colaboración. Para The Visitors reunió a ocho músicos y amigos, entre ellos a Kristín Anna y Gyða Valtýsdóttir, de la banda islandesa Mùm, y a Kjartan Sveinsson, hasta 2012 tecladista de Sigur Rós.

El nombre del proyecto fue tomado del último álbum lanzado por ABBA en 1981: The Visitors. La referencia a este disco —que marcó el fin de la carrera del grupo sueco— también se relaciona con los conceptos de ailsamiento y derrota: “tener el presentimiento que todo está a punto de cambiar.”

Hasta el 17 de noviembre
www.hangarbicocca.org


[1 de octubre de 2013]

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