A escasas semanas de que se estrene The Hateful Eight —el 25 de diciembre en Estados Unidos y próximamente en salas mexicanas—, recordamos los filmes más controversiales del director estadounidense que lo mismo es aclamado por el público que vapuleado por la crítica.

—Perros de reserva (1992)

Uno de los títulos más importantes para la trayectoria de Tarantino aparece con él mismo en la primera escena: un grupo de amigos comen alrededor de una mesa bromeando sobre cuestiones de la cultura pop, como por qué Like a Virgin, de Madonna, trata de lo que realmente quiere una chica en un hombre. Lo interesante viene luego de los créditos iniciales. Mr. Orange (Tim Roth) se encuentra desangrándose en el asiento trasero de un coche, mientras Mr. White (Harvey Keitel) conduce frenéticamente. Se trata de una narración no lineal de los sucesos que ocurrieron antes y después del robo a una joyería organizado por Joe Cabot (Lawrence Tierney) y ejecutado por Mr. White (Harvey Keitel), Mr. Orange (Tim Roth), Mr. Pink (Steve Buscemi) y Mr. Blonde (Michael Madsen). En ocasiones Tarantino dedica escenas a manera de paréntesis para dejar que los personajes discutan temas nimios.

—Kill Bill: Vol. 1 (2003)

La violencia por la violencia. Violencia absurda, estilizada e irónica. Nada más. Todo comienza con una boda en un desierto norteamericano en la que todos son asesinados por Bill y su escuadrón. La única sobreviviente es «La novia» (Uma Thurman), a quien creyeron muerta pero realmente cayó en un profundo coma de cuatro años. Al despertar, busca venganza. La cinta se nutre de referencias a los espagueti westerns de Sergio Leone o los clásicos del kung-fu. El cineasta atenúa con gracia una de las escenas más agresivas, en la que se explica el origen de O-Ren Ishii «Cottonmouth» (Lucy Liu) a través de anime japonés.

—A prueba de muerte (2007)

Una de las películas más espectaculares de Tarantino. Estéticamente atractiva y técnicamente impecable. Kurt Rusell interpreta a un doble de películas que, por el simple gusto de matar, asesina a un grupo de chicas. Posteriormente, recibe su merecido a manos de otro grupo de mujeres. Las secuencias son fenomenales. Principalmente aquella donde Rusell choca su auto contra otro para propiciar una muerte sangrienta y desgarradora.

—Bastardos sin gloria (2009)

La historia comienza con la ejecución de la familia de Shoshann Dreyfus (Melanie Laurent), presenciada por ella en una Francia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. En otro lugar de Europa, «Los bastardos», un grupo de soldados judíoamericanos liderados por Lieutenant Aldo Raine (Brad Pitt), diseñan un plan para asesinar a los líderes del régimen. Bastardos sin gloria ofrece un giro violento a la historia de la ocupación alemana desde la mirada irrestringida de Tarantino —a los «bastardos» les gusta remover el cuero cabelludo de los nazis, mientras que Tarantino presta atención con detalle a estas tortuosas escenas. El filme está dividido en cinco capítulos organizados alrededor de temas específicos y conversaciones que, conforme van avanzando, muestran su convergencia.