A lo largo de once días, un grupo de personas contribuyó a deconstruir cuidadosamente una casa en Ciudad Juárez. Después, durante seis meses, colaboraron por una hora diaria para desplazar los restos de la edificación hasta el Museo Universitario de Arte Contemporáneo en la ciudad de México, donde serán exhibidos bajo el nombre de La promesa.

La instalación forma parte de una prolongada investigación que Teresa Margolles (Culiacán, 1963) inició hace años en Ciudad Juárez, sitio que pasó de ser únicamente una ciudad de tránsito a ser una promesa de oportunidades y expectativas que atrajo a miles de migrantes con esperanzas de prosperidad. Asoladas por la violencia del narcotráfico y la crisis económica, las comunidades que así se formaron constituyen ahora el fracaso visible de la promesa inicial de un futuro mejor.

En Ciudad Juárez hay más de 150 mil casas abandonadas y vandalizadas. Margolles eligió una de ellas, ubicada en la calle Puerto de Palos, en el suroriente de la ciudad. Desafiando la velocidad y la violencia con la que la destrucción ocurre realmente en la ciudad, la casa elegida fue demolida lentamente, detalle por detalle. Al destruir una casa —símbolo de protección y estabilidad— la artista reflexiona sobre lo que sucede con el individuo cuando la violencia invade su ámbito más cercano.

Durante los próximos meses, Margolles trabajará dentro de la sala, a la vista del público, para transformar los escombros en una obra que aún no quiere precisar para no limitar la experiencia. La pieza será inaugurada oficialmente a inicios de octubre, junto con la documentación en fotografía y video que conforma el proyecto y que muestra a Ciudad Juárez como un laboratorio y reflejo de dinámicas políticas, económicas y sociales que ocurren simultáneamente en otros lugares del mundo.

Imágenes: Cortesía MuAC.
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