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Galería Helly Nahmad en Londres, perteneciente a una de las familias implicadas en los Papeles de Panamá. © Benjamin Westoby para Artsy
Anthony van Dick, Margaret Lemon (circa 1638)
Francisco de Goya, Los desastres de la guerra (1810-15). Subastado en 2014 por Christie's por 261,660 euros. Comprada por Felicitas Holding
Manuel Serrano, La cacería del venado (1850). Subastada en 2014 por Christie's en 269,000 dólares
Amedeo Modigliani, Hombre sentado con un bastón (1918). Valuada alrededor de 25 millones de dólares. La obra desapareció en la Segunda Guerra Mundial, cuando fue confiscada a un judío por los nazis. Los Papeles de Panamá develaron que fue adquirida en 1996 por International Art Center, siendo el único dueño David Nahmad, quien fue demandado por el heredero de la obra desde hace años que reclama la propiedad
Mark Rothko Número 10 (1950). Subastado en 2015 por Christie's en 81.92 millones de dólares
Damien Hirst, For the Love of God, (2007). Cráneo con incrustaciones de diamantes. La pieza fue subastada en 10 millones de USD. Cortesía de Prudence Cuming Associates Ltd vía Getty Images
Damien Hirst, For the Love of God (2007)
Jorge Jiménez Deredia Génesis ensueño (2007). Subastada en 2014 por Chiritie's en 75,000 dólares. Comprada por Felicitas Holding

Papeles de Panamá. Mercado del arte y evasión fiscal

12.04.2016

 

El mercado del arte es uno de los mercados de bienes de consumo más atractivos tanto para quien esté interesado en invertir, como para aquel que quiera estudiar sus normas y particularidades. Invertir en arte ha parecido algo seguro, puesto que la ganancia se encuentra depositada en un bien único e irrepetible, provisto de un aura que da prestigio, estatus y enriquece el espíritu humano de quien lo posee. Invertir en arte es tener la garantía de que la obra que se ha comprado es muy posible que duplique su valor o incluso lo triplique. Es por ello que en épocas de crisis, invertir en arte es una apuesta menos riesgosa, sobre todo si sabes jugar con las reglas del juego del mercado del arte.

En 2008, por la crisis financiera a nivel mundial que hizo colapsar al sector inmobiliario de Estados Unidos, parecía que otros mercados, como el del arte, iban a la alza, sobre todo el de arte contemporáneo. En su momento, el periodista y crítico de arte británico Ben Lewis realizó un interesante documental The Great Contemporary Art Bubble (2009: BBC), en el que demostró los tejes y manejes que coleccionistas, marchantes, casas de subastas y bancos realizan para la transacción de las piezas artísticas.

Hace unos días el mundo se sacudió por el escándalo de lo que se ha denominado los Papeles de Panamá, una investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ, por sus siglas en inglés) que puso al descubierto las prácticas ilícitas de enriquecimiento y ocultación de patrimonio de empresarios, líderes políticos, artistas y deportistas de todo el mundo a través de las empresas offshore [1]. Este escándalo también involucró al mercado del arte, que para muchos especialistas en la materia, debería realizar ciertos ajustes y supervisar el tema de la especulación.

Hasta el momento se ha dado a conocer el caso del multimillonario ruso Dimitri Rybolóvlev, famoso por protagonizar uno de los divorcios más caros de la historia (4 mil 500 millones de USD) y que, de acuerdo con Los Papeles de Panamá, gracias al buffet de abogados Mossack Fonseca, ocultó patrimonio artístico de su ex esposa para evitar la repartición de estos bienes en el trámite de divorcio. Dentro de estas obras se encuentran las firmas de Pablo Picasso, Vincent Van Gogh, Claude Monet, Edgar Degas y Mark Rothko, entre otros.

Anthony van Dick, Margaret Lemon (circa 1638)

Vale la pena recordar que en la subasta de artistas de la posguerra de Christie’s (2015) en Nueva York, un Rothko se vendió por 81.92 millones de dólares, alcanzando casi el doble de su precio de salida. De acuerdo con la valuación de obras de arte, si una obra es vendida en un canal de distribución público, como lo es una casa de subastas de renombre internacional, el precio de venta se toma como base para iniciar un procedimiento de valuación de las obras que se encuentren en el mercado, de ahí la importancia de que los coleccionistas, marchantes, galeristas y los propios artistas estén interesados en mantener los precios de sus obras o incluso elevarlas participando ellos mismos o a través de otras personas en las subastas.

Es el caso de For the Love of God (2007) de Demian Hirst. Vendida a un consorcio de empresarios por 50 millones de libras, la pieza elevó automáticamente los precios de la obra de este artista y lo posicionó aún más en el mercado. Después se demostraría que Hirst y su galería son dueños de más de la mitad de dicha obra, una práctica habitual en el mercado en la que artistas, galerías, casas de subastas y coleccionistas aportan dinero para eventualmente alzar los precios de los artistas que tienen en su posesión.

Damien Hirst, For the Love of God (2007)

Otro factor de interés y problemática en el mercado del arte es la especulación que ocasiona la tremenda alza de precios. Como demuestra Ben Lewis en su investigación, los impactantes incrementos de ventas entre 2006 y 2007 de arte contemporáneo alcanzaron la cifra de 1.3 billones de USD. Si el alza incontrolable de los precios de algunos artistas tienen preocupados a los economistas, ahora hay que contemplar el enriquecimiento ilícito o de dudosa procedencia, lavado de dinero y ocultación del patrimonio que los Papeles de Panamá señalan.

Además del caso de Dimitri Rybolóvlev, también se ha dado a conocer que la empresa International Art Center —que se encuentra en Panamá—, la familia Thyssen-Bornemisza de España, el magnate chino del entretenimiento Wang Zhongjun y la nieta de Picasso, Marina Ruiz-Picasso, a través de del buffet Mossack Fonseca, han ocultado patrimonio al fisco, como señala Univisión Noticias en “#PanamaPapers expone el lado oscuro del mercado del arte”. Al parecer hay muchos nombres más en esa lista que están involucrados en la adquisición y movilización de obras de arte evadiendo impuestos.

México no está exento de señalamientos. De acuerdo con el artículo de Irving Huerta, “Dueño de TV Azteca usó empresas fachada para comprar arte y controlar un barco con bandera de Islas Caimán”, publicado recientemente por Aristegui Noticias, el propietario de Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego, creó una empresa que Mossack Fonseca gestionó: Felicitas Holding asentada en las Islas Vírgenes Británicas. Su propósito: tener una cuenta para participar en las subastas de las casas más importantes: Christie’s y Sotheby’s. A través de esta offshore, el empresario adquirió distintas piezas como  Los Desastres de la Guerra, de Goya, obras de Anthony Van Dyck, antigüedades de los siglos III y IV a.C. y trabajos del pintor mexicano Manuel Serrano, que suman alrededor de 1.15 millones de dólares.

Francisco de Goya, Los desastres de la guerra (1810-15). Subastado en 2014 por Christie's por 261,660 euros. Comprada por Felicitas Holding

¿Por qué se oculta este patrimonio a través de los paraísos fiscales? ¿Cómo se ve afectado el mercado del arte en ello? Una transacción legal y pública a través de las casas de subastas no se salva de la especulación y no cuenta con una regulación, ya que la obra de arte se considera un bien no fungible, único en su especie, que no puede ser repuesto por otro. Pero hay otras preguntas urgentes: ¿de dónde proviene el dinero?, ¿cómo se justifica?

Evadir impuestos y no declarar los bienes adquiridos estimula el alza de precios, lo que beneficia al propietario de la obra, porque el precio se mantiene o se eleva, en el mejor de los casos. ¿Si se ocuparan correctamente los impuestos para la sanación y buen funcionamiento del Estado, menguaría la evasión fiscal? ¿Se acortaría la brecha entre los muy ricos y la pobreza extrema? Eso es lo que subyace en el fondo.

Modigliani

A la izquierda: Amedeo Modigliani, Hombre sentado con un bastón (1918). Valuada alrededor de 25 millones de dólares. La obra desapareció en la Segunda Guerra Mundial, cuando fue confiscada a un judío por los nazis. Los Papeles de Panamá develaron que fue adquirida en 1996 por International Art Center, siendo el único dueño David Nahmad, quien fue demandado por el heredero de la obra que desde hace años reclama la propiedad de la obra.

A la derecha: Galería Helly Nahmad en Londres, perteneciente a David Nahmad. © Benjamin Westoby para Artsy.

 

[1] Sociedades o empresas ubicadas en Paraísos Fiscales, es decir países con poca o casi nula regulación fiscal.

 

María Eugenia Fragozo González es historiadora y consultora y valuadora de arte en Opus Artis/Arte que Trasciende. Tiene una especialidad en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca (España) y una maestría en Arte y Decodificación de la Imagen Visual por el Instituto Cultural Helénico. Ha impartido talleres relacionados con Arte en Casa Lamm y la Universidad de la Comunicación. Actualmente imparte el Diplomado en Valuación de Obras de Arte en Casa Lamm y en el Instituto Cultural Helénico.

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