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Ambrosi|Etchegaray, Cantera Estudio, Entorno Taller de Paisaje, MMX studio. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
Ambrosi|Etchegaray, Cantera Estudio, Entorno Taller de Paisaje, MMX studio. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
Armando Birlain López, David Martínez Ramos y Ximena Pérez Tamari. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
Armando Birlain López, David Martínez Ramos y Ximena Pérez Tamari. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
Carlos Rodríguez Bernal, SPRB arquitectos + MX_SI architectural studio. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
Carlos Rodríguez Bernal, SPRB arquitectos + MX_SI architectural studio. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
DCPP. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
FR62 taller de arquitectura. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
FR62 taller de arquitectura. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
TAX Taller de Arquitectura. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
TAX Taller de Arquitectura. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
CRAFT Arquitectos. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily
CRAFT Arquitectos. Propuesta para el concurso Papalote Museo del Niño Iztapalapa (2015). Tomadas de ArchDaily

Opinión: Papalote en Iztapalapa. ¿Anécdota o regeneración urbana?

13.10.2015

En septiembre de este año se dieron a conocer los finalistas del Concurso Nacional de Arquitectura Papalote Museo del Niño Iztapalapa. Presentada hace unos meses, la convocatoria busca sumar un nuevo proyecto arquitectónico en la delegación del Distrito Federal, como parte de una estrategia de acupuntura urbana que intentará revitalizar la zona. El museo formará parte del Centro de Transferencia Modal (CETRAM) en un conjunto conformado por un Centro comercial y el nuevo Papalote Museo del Niño Iztapalapa. 

El jurado, integrado por Miquel Adrià, Mauricio Amodío, Ernesto Betancourt, Fernanda Canales, Dolores Beistegui, Victor Legorreta y Benjamín Romano, seleccionó 7 propuestas. (Ver en galería.)

Los diseños finalistas pertenecen a los siguientes equipos: TAX Taller de Arquitectura; Alfonso de la Concha y Pablo Pérez Palacios; Ambrosi | Echegaray; CRAFT Arquitectos; Taller de Arquitectura Calíope Hernández Ávila + Oswaldo Acosta García; SPRB arquitectos + MX-SI architectural studio; Armando Birlain López, David Martínez Ramos y Ximena Pérez Tamariz.

Rodrigo Díaz, arquitecto y consultor en temas de movilidad y desarrollo urbano, reflexiona sobre la creación del recinto en una de las zonas más marginadas de la ciudad de México.

 

En nuestras ciudades la desigualdad social tiene su correlato con la distribución del equipamiento de calidad, que tiende a concentrarse en áreas cuyos habitantes tienen los recursos para acceder a ellos. Los programas recreativos y culturales no son ajenos a esta realidad: las zonas más desposeídas sólo tienen acceso a equipamiento para atender la pobreza, pero rara vez cuentan con programas de desarrollo artístico, cultural, o para el simple desarrollo de actividades de ocio entre sus habitantes. Lo mismo sucede con la arquitectura, comúnmente vista como una disciplina preocupada por el 5 por ciento que puede pagarla, mientras el 95 restante debe estar satisfecho con lo poco que la arquitectura pública pueda ofrecerle. Así, la construcción de un gran programa cultural en medio de un sector de bajos recursos siempre será una oportunidad para cambiar, hasta cierto punto, el destino de un área deprimida.

El proyecto del Museo del Niño Papalote en la populosa delegación de Iztapalapa recuerda bastante al Museo Interactivo Mirador (MIM), de programa muy parecido, ubicado en la comuna de La Granja en Santiago de Chile. Concebido como un espacio para fomentar el gusto de los niños por la ciencia y la tecnología, desde sus orígenes fue planteado como un elemento detonador de cambio en uno de los barrios más empobrecidos de la ciudad, una apuesta por reducir la brecha de la distribución de recursos educativos y culturales en una urbe altamente segregada. Premiada en Chile y el extranjero, esta obra de los arquitectos Juan Ignacio Baixas y Enrique del Río sigue siendo considerada, a 15 años de su inauguración, un “lunar exótico” para los habitantes de los conjuntos de vivienda de interés social situados a sus espaldas. Los vecinos perciben el edificio y su programa como un elemento ajeno, situado allí para el disfrute de otros, sin ser parte de la identidad de la zona ni un factor de mejora para la calidad de vida de su gente.

Museo
Museo Interactivo Mirador (MIM) en Santiago de Chile. Imagen tomada del sitio web Plataforma Urbana (www.plataformaurbana.cl)

Un caso distinto es el de la red de parques biblioteca de Medellín, Colombia, también insertos en medio de algunos de los sectores de más bajos ingresos de la ciudad y que, a diferencia del MIM, sí han sido apropiados por la comunidad que los alberga. En gran medida, esto es así porque forman parte de un plan integral en el que el programa educativo y cultural que se desarrolla en el interior de las bibliotecas públicas es acompañado de la construcción de parques urbanos en los lugares donde se insertan, lo que permite la realización de actividades recreativas o sociales al aire libre. Al igual que en el Guggenheim de Bilbao, el éxito de estas propuestas no es tanto fruto de su arquitectura —obra de profesionales como Gianzarlo Mazzanti, Ricardo La Rotta e Hiroshi Naito— sino del plan urbano integral en el que están basados y del proceso que los origina.

Taller de Diseño de la Empresa de Desarrollo Urbano, Parque Biblioteca José Horacio Betancur (2011) en San Antonio de Prado, Colombia
Taller de Diseño de la Empresa de Desarrollo Urbano, Parque Biblioteca José Horacio Betancur (2011) en San Antonio de Prado, Colombia. Tomado del sitio web de la biblioteca

Al ver los siete proyectos finalistas del concurso de arquitectura del futuro Papalote de Iztapalapa, salta la interrogante: ¿será este museo una anécdota más en el gris paisaje de la delegación? O, por el contrario, ¿se convertirá en un elemento regenerador de una zona físicamente deteriorada y socialmente marginada?

Es difícil saberlo, pero considerando las experiencias anteriormente descritas queda claro que su éxito dependerá en gran medida de la manera que el edificio, y sobre todo su programa, se integren a las actividades del contexto barrial. En este sentido, buena parte del potencial urbano y social del proyecto descansará en la relación que pueda establecerse con su vecino, el Centro de Transferencia Modal (CETRAM), punto que concentra miles de viajes cada día, y cuyos flujos, si son adecuadamente atraídos, pueden nutrir la potencial vida exterior del futuro Papalote. Después de todo, sus usuarios no serán sólo los que paguen por ingresar sino también aquellos que habiten su área externa.

La decisión de instalar un museo en Iztapalapa no debe ceñirse exclusivamente a la elección de un terreno para albergar un programa cultural: puede y debe marcar una ruptura en la forma de entender el rol del equipamiento educativo y cultural en la sociedad. Esa es la vara con la cual será medido el proyecto ganador.

 

 

 


Rodrigo Díaz es arquitecto por la Universidad Católica de Chile. Con un master en Planificación Urbana por el MIT, trabaja como consultor independiente en temas de movilidad y desarrollo urbano. Escribe en su blog Pedestre y otras publicaciones.

 

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Taller de Diseño de la Empresa de Desarrollo Urbano, Parque Biblioteca José Horacio Betancur (2011) en San Antonio de Prado, Colombia