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Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Bjarke Ingels, Pabellón Serpentine (2016). Serpentine Gallery 2016
Barkow Leibinger, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Barkow Leibinger, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Barkow Leibinger, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Asif Khan, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Asif Khan, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Asif Khan, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Yona Friedman, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Yona Friedman, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Kunlé Adeyemi, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Kunlé Adeyemi, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016
Kunlé Adeyemi, Casa de verano (2016). Serpentine Gallery 2016

Pabellón Serpentine 2016, de Bjarke Ingles Group

17.06.2016

A dieciséis años de haber sido iniciado por la directora Julia Peyton-Jones, Serpentine Gallery se ha convertido en una de las mayores atracciones del verano, tanto por su propuesta creativa como por los eventos que se llevan a cabo so pretexto del pabellón que cada año eminentes figuras de la arquitectura idean. Para la decimosexta edición Peyton-Jones – en su última dirección en Serpentine – junto a director artístico y curador Hans-Ulrich Obrist, invitaron al arquitecto danés Bjarke Ingels, quien proyecta la filosofía de su despacho BIG con la nueva propuesta para el Pabellón Serpentine: una obra sencilla pero con un potencial dramático.

Se trata de un muro construido con ladrillos y tubos de fibra de vidrio, cuya estructura se despliega en una pendiente inclinada para formar un espacio interior tridimensional y, a su vez, un exterior que se ensambla perfectamente con el verde paisaje. Así, además de ser una pieza con cualidades estéticas, también se hace consciente de su entorno. Por su parte, el interior –forrado y decorado con asientos de madera– sirve como una cafetería de día, mientras que por la noche, presentará distintos proyectos.

El Pabellón también es una manifestación de los valores del despacho que materializa estructuralmente espacios multifuncionales: un muro se convierte en una sala, abierto y transparente, opaco y traslúcido gracias a cualidades que son posibles por la habilidad de la pieza de crear diferencia a partir de la repetición. Después de su paso por los Jardínes Kensington, el proyecto será reconstruido en Asia y en Estados Unidos.

Para acompañar la propuesta de Ingels, este año se han comisionado cuatro casas de verano a los arquitectos Kunlé Adeyemi, Barkow Leibinger, Yona Friedman y Asif Khan. El diseño –inspirado en el estilo clásico del Templo de la Reina Carolina, construido en 1734– contrasta con el blanco de la pieza principal. A pesar de tener la misma base, cada pieza es una respuesta arquitectónica distinta, generando espacios que crean una variedad de experiencias en el visitante.

 

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