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Una mirada al futuro: El pabellón ruso en la Bienal de Venecia

06.09.2012

La Bienal de Venecia se ha constituido como uno de los escaparates más arriesgados y propositivos del arte y la arquitectura contemporáneos. En esta edición de la bienal, dedicada a la arquitectura, el pabellón ruso llamó especial atención en el jurado, que le otorgó una mención especial. Curado y construido por el despacho SPEECH Tchoban & Kuznetsov, el pabellón propone una reflexión arquitectónica sobre el pasado de Rusia y su futuro en el urbanismo como ciudad digital.

El interior de los tres cuartos que componen la sección i-city está cubierto de piso a techo con códigos QR que el público puede decodificar con sus celulares o con las tabletas que se proveen para ese propósito. La interacción propuesta más allá del “toca, juega y aprende”. Tchoban y Kyuznetsov pretenden hacer de los visitantes científicos o exploradores que vayan descifrando las estructuras QR. Los códigos albergan información sobre Skolkovo, una ciudad de la ciencia que se está desarrollando a las afueras de Moscú y que reunirá 500 compañías trabajando en tecnologías de la información e investigación biomédica, nuclear, energética y espacial, además de una universidad y un conjunto de residencias. Arquitectos como David Chipperfield, Rem Koolhas y Kazuyo Sejima, junto con despachos como OMA, SANAA y Herzog & de Meuron han contribuido con el proyecto que, idealmente, abrirá sus puertas en 2017.

Por su parte, i-land, en la planta baja, es una reflexión sobre el pasado soviético que articula un discurso alrededor de la labor científica rusa en la época de la guerra fría, cuando fueron creadas muchas ciudades secretas que funcionaban como centros de investigación científica cuyos nombres y ubicación permanecían encubiertos. El espacio, largo y oscuro, deja entrar rayos de luz por agujeros que cubren las paredes y se multiplican en el suelo reflejante, de modo que simulan el espacio —hay que recordar que, durante la guerra fría, los rusos exploraron el espacio antes que los estadounidenses—. Una vez que el espectador se acerca a estas estrellas, descubre que son peeping-holes por los que pueden mirar fotografías de estas ciudades secretas.

El ejercicio arquitectónico que llevó a cabo el despacho no sólo cuestiona las formas del presente y del pasado, como situaciones políticas o cotidianas, sino que abre nuevas brechas. El mundo cambia de una manera acelerada y el ritmo de las disciplinas creativas debe ir acorde a esas mutaciones, siempre de la mano de la tecnología. ¿Los creadores se han vuelto fanáticos de la ciencia ficción? Quizá sea mejor decir que reflexionan. Tal vez el presente ha dejado de ser lo primordial en las expectativas de la población en general, que espera ansiosa las siguientes optimizaciones, desde la nueva edición de algún smartphone hasta el lanzamiento de un hipotético auto volador.

No obstante, el acercamiento a los avances urbanísticos y digitales de Rusia no ha sido suficiente para acallar su situación actual. Durante la premiación del pabellón ruso, simpatizantes de la banda Pussy Riot protestaron contra el encarcelamiento de la banda punk. ¿Oportunismo político o acertada indignación? Habría que pensar si puede nivelarse la situación de las Pussy Riot con la premiación del pabellón.

Definitivamente, la Bienal de Venecia continúa dando sorpresas.

www.speech.su

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