Una exposición en homenaje a Óscar Hagerman en el Museo Franz Mayer muestra el trabajo que el arquitecto ha realizado en el ámbito del diseño.

En la práctica de Hagerman abundan los proyectos rurales y las colaboraciones con cooperativas de artesanos para producir muebles y otros objetos, como la Silla Arrullo, diseñada para la cooperativa Don Emiliano en 1968. Tras añadir recientemente una curvatura leve en el respaldo para hacerla más confortable, la silla ha funcionado como modelo para fabricarla en diversas comunidades del país, con un uso responsable del material y un diseño óptimo, de formas simples, pero muy funcionales.

«En diseño industrial nos enseñan a buscar cosas originales, pero la riqueza más grande es hacer un mundo que le pertenezca a la gente y lo sientan suyo, porque eso es lo que da felicidad», sostuvo el arquitecto en una entrevista.

La exposición de Óscar Hagerman, quien se ha posicionado como uno de los más destacados referentes del diseño en México, estará abierta hasta mayo.

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[12 de abril de 2013]