De acuerdo a su experiencia, ¿qué medidas deben adoptarse para preservar el Centro Histórico de la ciudad?, preguntó la revista Obras a Mario Pani en 1986. El arquitecto respondió, sin titubear, que habría que entender al Centro Histórico como una célula autosuficiente sin acceso de vehículos salvo los de tránsito local. “Hasta el momento, por desgracia, los usos sucesivos a los que este territorio ha sido sometido según las políticas imperantes —usos que han ido desde el asiento del poder político, religioso, comercial y financiero hasta refugio de marginados que le han deparado desde los más solícitos cuidados hasta el más inocuo abandono— más que estructurarlo lo han ido destruyendo. Lo anterior demuestra que cualesquiera que sean las políticas de rescate del Centro Histórico deberán asegurarle, antes que nada, un uso múltiple permanente no especializado que sea garantía para la conservación de sus valores artísticos, la calidad de vida de sus habitantes y promueva sus valores potenciales, sin considerar antagónica la conservación del patrimonio cultural y la construcción de nuevas instalaciones dentro de su zona. Es de lamentar que hasta la fecha los proyectos sobre el Centro Histórico no hayan pasado del fachadismo: decoración, pavimentos, faroles, etcétera, sin ir más a la médula del asunto”.

A 103 años del nacimiento de Pani (29 de marzo de 1911 – 23 de febrero de 1993) el fachadismo sigue siendo una estrategia política y el Centro Histórico continúa siendo la mejor locación. A través de una carta abierta, Fernando González Gortázar nos devolvió cierta memoria con un recuento de proyectos modernos de Barragán, De la Mora, Chávez Morado o Ramírez Vázquez, entre otros. En los noventa, Cuauhtémoc Cárdenas convocó a un bienintencionado concurso que quedó en una suma de ideas. En ese entonces Gortázar escribió que “el nuevo proyecto deberá conservar, con la más alta calidad arquitectónica, esa esencialidad, esa reciedumbre, evitando cualquier trivialidad decorativa o demagógica, y cualquier anacronismo. Si hace 15 años, por convocatoria expresa del gobierno del Distrito Federal, se obtuvieron no uno, sino tres excelentes proyectos finalistas en el concurso citado, ¿no parecería sensato que se echara mano de ellos y de sus autores, se les hicieran los ajustes necesarios, y se llevaran a cabo, aprovechando tardíamente los cuantiosos esfuerzos y gastos que realizaron las autoridades de entonces? o ¿por qué no se aprende aquella lección y se convoca a una nueva competencia de proyectos, abriendo espacio para una más justa distribución de las oportunidades de trabajo arquitectónico, en vez de concentrarlo en la desleal competencia de dos oficinas burocráticas?”. Gortázar no sólo lanzó estas conjeturas para increpar al actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal sino que confirmó que la memoria no existe en la política. Los tiempos sexenales rigen y los logros personales se palomean.

Cuando la memoria se debilita la única opción es la visión, diría Koolhaas. Cuando no existe ninguna de las dos, el problema es mucho más complejo. La segunda plaza más visitada del país, el Centro de Coyoacán, sufrió una transformación similar hace algunos años: se cambió el piso, las jardineras, el mobiliario, y aunque algunas modificaciones funcionaron, en su mayoría empobrecieron el carácter público y patrimonial de un sitio histórico; con pocas bancas y jardineras como banquetas. En su momento fueron parte de una disputa política por “liberar” el espacio público de ambulantes para luego amontonarlos en un tianguis formal; ahora sucede algo similar con los parquímetros… Lo más probable es que la ocurrencia pase de largo y el Zócalo mantenga su carácter camaleónico de fachadas efímeras y multiusos. La política actuará de la misma forma. Retórica de papel. En la mencionada entrevista, Pani terminaba diciendo que: “A veces todo eso se construye en papel… Papel que un día, tal vez, guiará a generaciones futuras”.

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Mira una galería de imágenes de los proyectos clave de Mario Pani en esta nota acerca de la retrospectiva que le dedica el museo MARCO de Monterrey.

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[25 de marzo de 2014]