Cn
Tienda Prada. Av. Presidente Masaryk, ciudad de México. Cortesía de Another Company.
Tienda Prada. Av. Presidente Masaryk, ciudad de México. Cortesía de Another Company.

Opinión: ¿Qué necesita la ciudad de México para ser capital de la moda?

24.02.2015

Gustavo Prado

Recientemente distintos medios influyentes, como The Business of Fashion, han mencionado a la ciudad de México como un lugar atractivo para la moda y el lujo. Sin embargo, ¿por qué se tiene esa idea?

Hace algunos años Valerie Steele, directora del Museo del Fashion Institute of Technology de Nueva York, visitó la capital del país. Recorrimos el Centro Histórico: las librerías de Donceles y las tiendas de ropa. Además de ciertas extravagancias que se pueden ver en esa zona, lo más relevante del paseo fue observar los edificios del Palacio de Hierro o el Emporio Mercantil —ahora Gran Hotel de la Ciudad de México—, entre otros.

Si nos visitara nuevamente, ¿qué debería conocer? La capital del país ha desarrollado espacios propicios para la moda: Santa Fe o Plaza Carso, por mencionar un par. Algunas zonas antiguas ocupadas por familias de clase media se han transformado en sitios gentrificados dedicados al ocio, con una oferta gastronómica formidable donde también tienen cabida tiendas de interiorismo. No obstante, adolecen de boutiques de diseñadores jóvenes que ofrezcan propuestas más allá de las camisetas y los accesorios.

Aunque el país sufre un problema de pobreza extrema, existen lugares exclusivos, como Interlomas. Se han establecido tiendas como Forever 21, American Eagle o Aéropostale. Tampoco son extraños los rumores sobre la apertura de un Uniqlo, otro h&m, otro Prada o incluso un Comme des Garçons. Señales del crecimiento de un pequeño núcleo con expectativas aspiracionales. Este fenómeno ha dado como resultado que en México se pueda ver a personas viajando en coches de 700 mil pesos usando bolsas de Tous (paradójicamente, en capitales de la moda como Nueva York o París la gente que utiliza el metro porta Balenciaga y Chanel).

Bolso de Robin Archives

Bolso de Robin Archives

 

Según el periódico The Economist, la mayoría de la población mundial pertenece a la clase media. Claro está, cada país tiene su propia clase media, y no necesariamente coinciden entre la de una región y otra. Si pensáramos en la ciudad de México como una capital de la moda, ¿cuáles serían sus sitios más significativos?, ¿las montañas destripadas de Masaryk donde se exhiben las versiones nacionales de Prada o Burberry?, ¿el extinto Chanel? En contraparte, ¿debemos concebir a nuestro territorio como el de las artesanías de la ciudadela o el del diseño de Lydia Lavín, Pineda Covalín, Carla Fernández y Yakampot?

Un ejemplo emblemático es el de la gastronomía. La ciudad cuenta con una propuesta de avanzada que, sin embargo, convive con cadenas como Starbucks. Así, va de lo sofisticado al fast food aspiracional. En la moda sucede algo similar. De esta manera, el reto consiste en construir un circuito que acoja diseños interesantes, sin ser marcas de lujo, que puedan distinguirse como “diseño mexicano”.

Si México quisiera posicionarse como un referente de la moda en el ámbito internacional, debería proyectar a los diseñadores de nicho a un nivel donde primero comerciaran en volumen y posteriormente construyeran imaginarios de marcas identificables en todo el orbe. ¿Quiénes lo han hecho? Japón con Issey Miyake, Yohji Yamamoto y Rei Kawakubo; Italia con Gianni Versace, Giorgio Armani y Miuccia Prada; Estados Unidos con DKNY, Calvin Klein y Michael Kors o Reino Unido con Vivienne Westwood, Alexander McQueen y Mary Quant. Nosotros no tenemos aún ningún referente de esta relevancia.

Carla-Fernández-Spring-Summer-2015-1FashionTrendy

Carla Fernández, Primavera-verano 2015. Cortesía de la diseñadora

 

Los caminos que estos países han transitado son distintos. Japón triunfó en París y posteriormente en su propio territorio. Italia usó el cine para dar el gran salto: Armani en American Gigolo y Valentino en la Dolce Vita, por ejemplo. Por su parte, Londres escuchó a sus jóvenes diseñadores, hizo eco de sus deseos y siguió una premisa fundamental: no intentes tener una voz singular, grita fuerte con el coro de tu generación, observa todas las manifestaciones de la moda, desde la contracultura hasta el high fashion, pasando por la calle… al final llegará la pasarela. Quizás este último sea el mejor modelo a seguir si México quiere convertirse en una capital de la moda.

_
Gustavo Prado es investigador especializado en moda y maestro en Cultura por la Universidad Iberoamericana. Recientemente presentó el documental Mextilo (2014), que explora la historia de la moda mexicana.


Este texto fue publicado en Código 85 — Economías para un mundo posible, ahora en circulación.

 

 

[24 de febrero de 2015]

 

Gustavo Prado

siguiente

Newsletter

Mantente al día con lo último de Gallery Weekend CDMX.

Bolso de Robin Archives