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Tomada de Rebelión, editorial de moda de Código 83 — Especial de moda. Estilismo por Zaid Ozuna. Dirección de arte por Olivia Meza. ©Sergio Orospe
Tomada de Rebelión, editorial de moda de Código 83 — Especial de moda. Estilismo por Zaid Ozuna. Dirección de arte por Olivia Meza. ©Sergio Orospe
Harper's Bazaar en español, mayo 2014
Palacio de Hierro, El libro Amarillo, Otoño-invierno 2014
Vogue México, diciembre 2014
Sietefilos, Pure art as a political form, Primavera-verano 2014. Cortesía de la diseñadora
Prenda de H&M México
Prada, Colección crucero 2015
Trista, Primavera-verano 2015. Tomada de www.trista.mx

Opinión: ¿Importa el lujo? La moda de la que queremos leer

25.11.2014

Olivia Meza

El pasado 24 de octubre el sitio en línea británico Business of Fashion —reconocido a nivel internacional como una importante fuente informativa del negocio de la moda de la que se nutren diseñadores, críticos y ejecutivos— publicó el artículo “Mexico Enters the Limelight, firmado por el periodista de moda Robb Young. En él se menciona el crecimiento de la industria y el favorecimiento que ha tenido el mercado de lujo recientemente. En el texto se incorporan opiniones de personalidades del sector como Brenda Díaz de la Vega, editora de Harper’s Bazaar en español (México); Kelly Talamas, editora de Vogue México; y Carlos Salcido, jefe de marketing de Palacio de Hierro. ¿Qué es lo que se dice? Que el territorio mexicano es un nuevo espacio para la oportunidad de inversión del sector industrial de la moda, gracias, entre otras cosas, a la situación de “paz y […] seguridad” que se vive en el país.

Lo anterior en palabras de Díaz de la Vega para BoF. Aquí la declaración íntegra:

“El crecimiento [de la industria de la moda] había sido muy lento hasta 2012, cuando el presidente Enrique Peña Nieto tomó el cargo [de la presidencia], porque aunque la economía había sido muy estable durante las dos últimas décadas, la inseguridad y la violencia se vieron incrementadas rápidamente. No fue sino hasta que Peña Nieto reinstauró la paz y la seguridad que las cosas comenzaron a mejorar y vimos el arribo de muchas marcas de lujo y de alta moda.”

Incluso si esto fuera verdad, México es un país que antes del período de gobierno presente ya contaba con una sólida base económica dentro de la industria de la moda. Tan sólo el año pasado se asentaron numerosas tiendas extranjeras en los centros comerciales de las capitales del territorio, mientras que algunas firmas de lujo ya podían encontrarse sobre las calles de Polanco, o en Saks Fifth Avenue, en la ciudad de México. Mi pregunta es: ¿realmente el panorama señalado por Young beneficia a los consumidores de moda o sólo a los trabajadores del sector?

Beatriz Torres, analista de Euromonitor, afirma que el mercado de la moda y el vestido en México registra ventas por casi 185,600 millones de pesos, gracias a la entrada de nuevas marcas. Aunque la cifra es significativa, ¿podemos conformarnos con la llegada del lujo y dejar a un lado nuestro verdadero compromiso con la disciplina? Y el compromiso es fortalecer el aspecto cultural de la moda mexicana, abordando a sus exponentes y sus necesidades desde el periodismo especializado.

Nuestro país apunta hacia una buena dirección. Así lo señala Kelly Talamas, pues “[l]a llegada de las firmas de lujo es el episodio más emocionante para México”. Y tal vez así lo piensa también el minúsculo sector que representa el 3% de la población más rica del país. Así es como Young ha quedado deslumbrado por la llegada de marcas de renombre internacional a México. Pero, ¿importa esto en un país de distribución desigual en el que son los menos los que pueden adquirir productos de marcas recién llegadas como Prada o Bally? Lo cierto es que la oferta de la moda sigue siendo limitada; no por sus creadores sino a causa de los periodistas y los consumidores.

Por otro lado, la conquista de las cadenas de fast fashion han formado parte del crecimiento que, bueno o malo, ha generado un impetuoso movimiento de consumo que afecta directamente a la economía del país. Pero si la economía ha ganado dinamismo en el sector, no se debe a la paz social de la que goza el territorio, sino a “las eliminaciones arancelarias de la industria extranjera del país, [que desconoce] la severidad que tendrán estas medidas sobre los diferentes procesos de producción que ocurren [en éste]”, según Ariadna Robledo, coordinadora de medios de Intermoda, uno de los eventos más importantes de la industria del vestido.

El diagnóstico que Young ofrece está basado en fuentes poco confiables sobre lo que sucede en nuestro país. Se difunde un tema frágil que yace entre la política y la falta de rigor del periodismo de moda en México. Las representantes de las revistas de moda más importantes a nivel nacional e internacional debieron aprovechar para dar un punto de vista enriquecedor para los lectores —de cualquier latitud—, que son los motores que realmente ponen en marcha a la industria.

Aunque se tocaron otros temas, como el posicionamiento de diseñadores nacionales y el malinchismo, la imagen mostrada es pobre e idealizada: se describe a un México de aspiración cosmopolita, dejando de lado lo que realmente importa: los esfuerzos creativos, tanto emergentes como consolidados, que nutren la identidad cultural de nuestro país desde la disciplina.


Olivia Meza de la Orta (D.F., 1990) es editora de moda de la revista Código y Glup. Estudió Creación de Moda en IES Moda Casa de Francia y cuenta con más de 5 años de experiencia en el medio editorial. Ha impartido pláticas sobre periodismo y comunicación de moda en Dinámica en la Sala de Arte Público Siqueiros y en Taller Fashion Development. Actualmente es fundadora y directora del proyecto digital editorial llamado MEOW.


[25 de noviembre de 2014]

 

Olivia Meza

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