Un dicho cubano afirma que la suerte está en los pies, Brasil tiene en las ojotas Havaianas una bandera a la altura de la bossa nova, la firma alemana School es sinónimo en el mundo occidental de tradición en el cuidado de los pies, tanto como sus compatriotas Adidas y Dr. Martens lo son respectivamente en deporte o en borceguíes industriales que, cambio de nacionalidad mediante, se hicieron calzado de culto rocker en la Gran Bretaña de los ochenta hasta hoy. Otra marca germana que conjuga diseño con confort e identidad nórdica es Birckenstock. Si bien cada cultura le imprime personalidad a su andar, Alemania se destaca por innovar en la comodidad, por una elegancia propia del confort racional expresado en los materiales y en las formas ergonómicas que declaran que lo que importa es estar bien, reivindicando una ética ecologista.

Ese es el tipo de sensatez de Trippen, marca alemana que dejó a Japón sin aliento, empezando por Issey Miyake, quien diseñó entusiasmado para ellos. Y ellos son Angela Spieth y Michael Oehler, dos berlineses fieles desde 1990 a la idea del diseño de zapatos cuyos componentes se pueden reponer al gastarse. Desde aquel entonces, apenas caído el Muro, la sustentabilidad no era una preocupación extendida, pero sí una alerta para quienes habían padecido los embates de la fusión de dos sistemas económicos opuestos.

En principio las regulaciones ambientales y los métodos de producción ecológica no sólo fueron respetados a rajatabla sino que también influyeron directamente en el diseño de Trippen. El resultado: un producto sustentable con una variedad casi imposible de imaginar. Las colecciones, pueden ser producidas en Alemania e Italia a precios competitivos. Tampoco se extinguen de una temporada a otra: permanecen o pueden ser encargadas, facilitando así la fidelidad de un usuario con cierto modelo de zapato. Hablan el idioma de Berlín.

A excepción de la fábrica ubicada a 80 kilómetros al norte de la capital alemana, las manufacturas se realizan en pequeños talleres familiares del norte de Italia. Este concepto de diseño de materialización compleja, ha garantizado un estándar de calidad altísimo. Trippen rompe la creencia popular que señala que, para ser exitosa económicamente, una compañía debe deslindar su producción. Por lo demás, su diseño combina sensibilidad con el medio ambiente, sustentabilidad y responsabilidad social. Con locales en Alemania, Gran Bretaña, Taiwán, Japón y Hong Kong, la marca alcanzó 450 puntos de venta en el mundo.

Además de los antecedentes históricos de modernidad del diseño alemán, hay uno que le da un linaje especial a Trippen: a comienzos de siglo XX la Fagus Factory, sita en Alfeld, supo ser una fábrica modelo que calmó la nueva sed de diseño racional anterior al Bauhaus. Allí se diseñaban zapatos, maquinaria y métodos para proveer a la industria del calzado. Fue un proyecto integral en el que la arquitectura tuvo gran peso: sin ir más lejos, la fábrica fue concebida por el mismo Walter Gropius. No hace falta decir que el edificio hizo historia. «Nos interesa ese vínculo con la planta Fagus. El abordaje holístico de la Bauhaus, junto con el principio de Louis Sullivan (la forma sigue a la función) son, definitivamente, influencias clave en el diseño de Trippen», señala, desde Berlín, Carola Unruh, a cargo de la comunicación de la firma.

El diseño de Trippen es muy singular: no intenta modificar formas o replicar tendencias sino que ofrece nuevas soluciones. Se inspira en estéticas por venir, sí, pero resiste la naturaleza de las modas. Las suelas son uno de sus punto fuertes: así como duran materialmente también es duradero su grado de novedad estética. Un ejemplo: los modelos cuyas bases están inspiradas en el calzado tradicional de Oriente, con tacos de goma partidos a modo de plataformas. Clásicos contemporáneos.

«Presentar diseños con nuevas ideas basadas en los mismos principios requiere mucha creatividad. El desafío pasa por la técnica del patrón. Con los años, Trippen desarrolló un estilo característico que no tiene nada que ver con los patrones de zapatos tradicionales», mencionan. Este patrón único experimenta con la forma y se inspira en topografías, climas o atmósferas. En los modelos existen aires taurinos, prerrafaelistas, bucólicos, precámbricos, neolíticos lo mismo que urbano futuristas, electrónicos o supersónicos. Los esquemas de color también son una variante importante de innovación made in Trippen.

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Carolina Muzi es periodista especializada en diseño, editora y docente universitaria de Historia del Diseño en la UNLP y UNDAV  de Argentina. Asimismo es curadora independiente.

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[9 de diciembre de 2014]