El año pasado murió Chris Marker. Desde entonces se han realizado homenajes en todo el mundo para recordar su obra. Así, en 2013 Ambulante proyectó algunos de sus filmes más representativos, entre ellos La Jetée, Sans Soleil, El fondo del aire es rojo y Nivel 5. Recientemente el festival dio a conocer Chris Marker Inmemoria, un libro que aborda desde distintos ensayos los intereses del director francés.

Decir que el cine de Marker es una reflexión sobre la materialidad de las imágenes y la memoria se ha convertido en un lugar común. Por ello es especialmente complicado escribir sobre él, uno de los autores fundamentales del siglo XX, que no sólo realizó trabajos cinematográficos sino que también se dedicó a la literatura, la reseña de películas, la fotografía y las artes visuales. Chris Marker Inmemoria logra sortear este problema ofreciendo perspectivas diferentes e interesantes. Por principio el libro muestra un ensayo de Marker, original de 1967, sobre México. Se trata de un pequeño texto que analiza, apoyándose en Octavio Paz, las imágenes que el mexicano ha proyectado sobre sí mismo, entre ellas las de la violencia, la revolución y la muerte.

Por otro lado, el libro examina una de las facetas más trascendentes del director francés. Desde el colectivo SLON Marker intentó hacer del cine una herramienta revolucionaria al alcance de cualquier persona. Siguiendo los conceptos de Walter Benjamin en La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, intentó dotar de poder a la gente a través de una cámara. El resultado de este intento fallido sería igualmente difuminar la frontera que divide al productor del espectador. En este sentido destacan los textos de David Čeněk y Trevor Stark, que revelan las maniobras que intentó Marker para lograrlo. (Este ejercicio que comenzó en 1967 en Francia tuvo repercusión unos años después en Mozambique, donde luego de la revolución figuras como Jean-Luc Godard y Jean Rouch intentaron que los habitantes de aquel país poseyeran una cámara para filmar los acontecimientos que daban vida al nacimiento de una nación. Asimismo, uno de los ejercicios más interesantes que recuperan parte de esta experiencia se pudo ver en México hace un par de años: Ensayo final para utopía de Andrés Duque reflexiona críticamente sobre este acontecimiento donde el cine, la historia y la política se fusionan.)

Chris Marker Inmemoria aborda la fascinación que el autor tenía por el yo, el doppelgänger, los desdoblamientos, las paradojas espaciotemporales y la relación con el otro. El libro expone una bellísima carta en donde el crítico y director de cine Mark Cousins revela los vínculos de su filme ¿Qué es esta película llamada amor? con Sans Soleil: ambos filmes utilizan la voz en off de una mujer como emisora y receptora del mismo mensaje que el espectador está viendo en tiempo presente. Por lo demás, Cousins, que grabó está película en México, evoca a Serguéi Eisenstein, una de las figuras más influyentes para Marker.

Este texto está acompañado por tres fotogramas de La Jetée, que muestran el momento en el que la protagonista de la película despierta de un sueño. Las imágenes son reveladoras: son las únicas del filme dotadas de movimiento (el resto está integrado por fotografías fijas). De esta forma las estampas del libro son más que un mero acompañamiento, y se constituyen en verdaderos agentes de sentido que se dirigen en la misma dirección que Marker proponía en sus películas.

La selección y edición, a cargo de Mara Fortes y Lorena Gómez Mostajo, es acertada y propositiva. Incluye las aristas más importantes de los objetivos estéticos y temáticos de Chris Marker al tiempo que ofrece testimonios de primera mano donde se descubren algunos de los fragmentos de la misteriosa personalidad del director. En ese contexto destaca el relato del chileno Patricio Guzmán, que fue visitado por Marker cuando éste le propuso exhibir su cinta El primer año (una reflexión sobre el inicio de Allende en el poder) en Francia o el vínculo que el español Isaki Lacuesta ha entablado con las imágenes del francés.

México es un país poco interesado en la publicación de libros sobre cine. Mucho menos en dar a conocer y fomentar la teoría en esta disciplina. Este libro no sólo es una propuesta para conocer el trabajo de Chris Marker, sino un magnífico ejemplar, excelentemente editado, que ofrece nuevos caminos de análisis sobre una de las narrativas más propositivas y fascinantes del siglo XX.

—
[16 de julio de 2013]