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La guerra de las galaxias: Episodio VII - El despertar de la Fuerza (2015)
La guerra de las galaxias: Episodio III - La venganza de los sith (2005)
La guerra de las galaxias: Episodio II. El ataque de los clones (2002)
La guerra de las galaxias: Episodio I - La amenaza fantasma (1999)
La guerra de las galaxias: Episodio V - El Imperio contraataca (1980)
La guerra de las galaxias: Episodio IV - Una nueva esperanza (1977)
La guerra de las galaxias: Episodio VI - El retorno del jedi (1983)

Opinión: Chewie, estamos en casa

05.05.2015

Abel Cervantes

Probablemente el éxito de La guerra de las galaxias (Star Wars) radica en su complejidad espaciotemporal. Me explico. Los teóricos de la narrativa distinguen tres tiempos en novelas, cuentos, películas y series de televisión: el tiempo de la historia (el orden en el que suceden los hechos), el del relato (en el que se cuentan los hechos) y el del discurso (en el que sucede el relato).

En La guerra de las galaxias el primero sucede “Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana” y, hasta el sexto episodio, acompaña la existencia de Anakin Skywalker, posteriormente Darth Vader; es decir, del 42 ABY (Antes de la Batalla de Yavin) al 4 DBY (Después de la Batalla de Yavin), según la nomenclatura ñoña de los creadores. El segundo sucede en alrededor de 14 horas, la suma de los minutos de los seis episodios. Finalmente, el tercero debe contarse desde 1977, cuando fue dada a conocer la primera parte de la saga, hasta la actualidad: 38 años y contando.

Para quienes crecieron con la primera trilogía (La guerra de las galaxias, El imperio contraataca, 1980, y El regreso del Jedi, 1983) los tiempos de la historia, del relato y del discurso se conectan eventualmente, haciendo del presente un espacio donde confluyen tres acontecimientos únicos. Así, el estreno del séptimo capítulo es la oportunidad de abrir un espacio donde esta tríada converja nuevamente. Algo muy parecido a lo que ha sucedido en las series de televisión de largo aliento (The Wire, Los Soprano o Breaking Bad, por mencionar las más destacadas), donde los personajes crecen junto a los espectadores en tiempo real, pero con la diferencia de que en éstas el tiempo del discurso ha alcanzado, a lo mucho, 8 años de duración —en Los Soprano, por ejemplo, que inició en 1999 y terminó en 2007—, mientras que La guerra de las galaxias está cerca de cumplir cuatro décadas. La guerra de las galaxias es el primer megafilme. También uno de los primeros productos cinematográficos donde el director es sustituido por el creador como el responsable del relato, como sucede en las series de televisión actuales.

Así las cosas, los personajes de la película se han convertido en figuras cercanas a sus espectadores no tanto por su complejidad ni por sus cualidades morales, tampoco por los hilos narrativos que tejen con otros personajes, a veces dignos de una telenovela mexicana, como cuando Darth Vader le dice a Luke Skywalker que es su padre, sino porque han acompañado a los espectadores por mucho tiempo.

En la última parte del tráiler del capítulo 7, filme dirigido por J. J. Abrams, que ha alcanzado millones de visitas alrededor del mundo, se pueden ver a un avejentado Han Solo (Harrison Ford) decirle a su inseparable Chewbacca: estamos en casa. Los fans de La guerra de las galaxias han expresado a través de las redes sociales la emoción que les han causado estas palabras, pero no por su trascendencia dentro de la trama, sino por motivos sentimentales, los mismos que uno podría tener cuando se encuentra con un familiar querido que no había visto hace mucho tiempo.

La guerra de las galaxias es una película entretenida que ha dejado millones de dólares a sus creadores. Uno de los productos más exitosos de Hollywood. ¿Vale la pena seguir asistiendo a los cines para saber qué pasó con los personajes que los espectadores conocieron durante su infancia? Aunque la respuesta es un rotundo no, las salas de cine de todo el mundo estarán llenas a finales de 2015.

 

 


Abel Cervantes es comunicólogo. Director editorial de Código, colaboró en reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo. Ficción (2012) y Documental (2014) con un ensayo sobre Carlos Reygadas y otro sobre Juan Carlos Rulfo, respectivamente.


[5 de mayo de 2015]

Abel Cervantes

Comunicólogo. Fue editor de las revistas La Tempestad, Código e Icónica. Colaboró en los libros Reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo: Ficción (2012) y Documental (2014) con un ensayo sobre Carlos Reygadas y otro sobre Juan Carlos Rulfo, respectivamente. Ha colaborado en distintas publicaciones relacionadas con arte, cultura y cine. Es profesor de ciencias del lenguaje, periodismo y cine en la UNAM.

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