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Lorena Wolffer, Estados de excepción (2014)
Lorena Wolffer, Estados de excepción (2014)
Lorena Wolffer, Tu país está en guerra con sus mujeres (2012)
Lorena Wollfer, Antimemorias. Enmiendas públicas (2011)

Opinión: ¿Arte político o activismo? Estado de excepción, de Lorena Wolffer

23.09.2014

Recientemente la artista Lorena Wolffer (México DF, 1971) fue reconocida en Londres con el premio Artraker 2014 —en la categoría de Impacto social— por su proyecto de intervenciones en espacios públicos Estados de excepción. Seleccionado entre 250 propuestas de 75 países, el trabajo destacó junto el de San Zaw Htway (Ye Township, Birmania, 1974), que durante su estancia como preso político entre 1999 y 2012 creó la serie Reciclando la dignidad de Birmania, y el de Nora y Fritz Best, que presentaron la serie de retratos de desplazados en Siria Mirror image.

Con su proyecto, Wolffer planteó una respuesta a la noción de estado de excepción desarrollada en el artículo 29 constitucional, donde se contempla la restricción o suspensión de los derechos y las garantías de la ciudadanía en caso de invasión, perturbación grave de la paz pública y situaciones de peligro o conflicto. Ante tal supuesto, la artista llama la atención sobre el régimen impuesto a las mujeres mexicanas, cuyos derechos fundamentales son sistemáticamente suprimidos independientemente de las condiciones extraordinarias planteadas en la Constitución. Así, ideó “estados de excepción a la inversa”: situaciones donde distintas mujeres fueran invitadas de manera fortuita a participar en comidas en espacios públicos y ejercer sus derechos de manera libre y segura. Al final de la convivencia, las comensales podían dejar sus testimonios escritos sobre el mantel.

La consideración de la obra de Wolffer en ese contexto —un premio y una exposición itinerante (Art for peace) que se ocupan del trabajo de artistas y organizaciones cuyas prácticas responden a situaciones de violencia estructural, conflicto y agitación— obliga a revisitar en nuestro entorno la potencia crítica y política de su trabajo. Si bien el enfoque de su propuesta no traza de manera literal la relación entre arte y política, sí pone en juego el tema del uso del espacio público, un señalamiento crítico sobre las omisiones estatales y la posibilidad de restituir la voz de las participantes. Además, no es menor que se le agrupe con proyectos que se ocupan de las problemáticas políticas de países como Siria, Irak, Birmania, Egipto, Paquistán, Colombia y Afganistán.

El proyecto supone varias preguntas que merecen ser formuladas: ¿en qué momento el ejercicio pasa de ser sólo una comida en la calle para convertirse también en un acto político? ¿Cómo la situación, que altera el orden cotidiano, afecta a sus participantes? ¿Quién es el escucha de los señalamientos que ahí se enuncian?

El acento no está en la comida sino en las preguntas detonadas por los encuentros. Evidentemente existen diferencias entre las comidas organizadas desde los años noventa por Rirkrit Tiravanija en espacios artísticos —donde el artista parece conformarse con generar experiencias de encuentro y hacer surgir de ellas nuevas relaciones— y los ejercicios del artista conceptual argentino Víctor Grippo, que en los años setenta horneó y repartió pan en la calle a fin de responder con un gesto sencillo a una legislación que impedía reunirse en espacios públicos.

Como propuesta fronteriza entre el arte y el activismo, ese linde en el que Wolffer concibe su trabajo, vale la pena cuestionar el alcance real de estos encuentros más allá del esfuerzo artístico y la experiencia social. ¿Hasta dónde sus participantes, cuerpos que aparecen y se hacen visibles en el espacio público para presentar una problemática compleja, logran generar un posicionamiento crítico que no acabe por ser absorbido por el ritmo cotidiano de la ciudad?

Estados de excepción mantiene un vínculo con otras obras de la artista mexicana, como Tu país está en guerra con sus mujeres (2012), donde desvía el sentido original de la propaganda de los programas públicos del gobierno para llevar la mirada hacia una realidad bastante distinta, o Antimemorias. Enmiendas públicas (2011), realizada en el Zócalo de la ciudad de México para visibilizar la violencia de género. En todos los casos, en distintas circunstancias y claves, se trata de insistir, de enunciar y reformular aproximaciones a las problemáticas. De generar esos diálogos donde se aprovecha la visibilidad del arte para señalar en público esos ámbitos donde el Estado no tiene incidencia por descuido u omisión.


Christian Gómez es comunicólogo y estudiante de la maestría en Historia del Arte en la UNAM. Editor de arte de La Ciudad de Frente, participa en el programa de mediación artística de Fundación/Colección Jumex.


[23 de septiembre de 2014]

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