En el artículo The New Normal publicado recientemente por The New York Times, Alex Williams ha puesto la mira en un nuevo término en la moda: el Normcore. Propuesta por la agencia de tendencias K-Hole, la palabra refiere el regreso a lo elemental: aquello que nos distingue como individuos y, a su vez, nos emplaza en un grupo. Se trata de una defensa de la identidad ante su distorsionada imagen individualista.

La aparición del Normcore no es fortuita, responde al vacío que adolece esta época después de una racha de excesos. Si anteriormente la gente nacía en comunidades donde eventualmente tenía que buscar su identidad, el proceso actual gira en dirección contraria. Lo que comenzó como una búsqueda de libertad personal se convirtió en una obsesión por ser “distinto”. El Normcore es su antitesis: renuncia a la exclusividad para exaltar la capacidad de adaptación. De esta manera, busca la libertad descentralizada, la que encuentra autonomía en lo común. Por lo demás, no excluye la diferenciación, sino que la concibe desde una perspectiva no lineal.

En su colección Otoño-invierno 2014, Rick Owens expone su postura con un discurso sustentado en la repetición: una tribu unificada con prendas similares que, sin embargo, enmarcan los rasgos particulares de cada integrante. Así, la diferencia no está en el objeto sino en el usuario que lo porta, mientras que la uniformidad otorga identidad y pertenencia.

Por su parte, J. W. Anderson reforzó la actitud Normcore en su última colección para hombre. A través de una adaptación lúdica, cuestionó la vestimenta típica de este género para posteriormente repetir las prendas. El diseñador irlandés hizo desfilar personajes que aparentaban estar clonados, cuyo único distintivo era un color que variaba entre uno y otro. La repetición reforzaba su postura.

Ambos autores confirman el fenómeno anunciado por The New York Times, aunque con perspectivas diferentes a las de las publicaciones de moda, que enfatizan el carácter genérico de prendas lejos de ser consideradas cool. No obstante, el Normcore trasciende la noción de una estética. Es una actitud transgresora que busca defender la identidad cuestionando los códigos de vestimenta impuestos por la moda. Asimismo, encarna el retorno de la reintegración a la comunidad como un acto de empatía.

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Natalia López es diseñadora de moda. Ha desarrollado proyectos para plataformas como Elle México y MBFW. Actualmente realiza una investigación sobre copias y duplicaciones en los procesos creativos.
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[5 de junio de 2014]