A menudo, Noam Chomsky se sitúa al filo de la polémica. La suya es una voz crítica que se ha caracterizado por mantenerse en tránsito constante entre la investigación lingüística y el activismo. Desde el interior de ese gran aparato económico y político que crece desde un nudo de contradicciones sociales —los Estados Unidos—, Chomsky ha pugnado por desatar los problemas que aquejan a su entorno desde la palabra. El hogar de su pensamiento ha sido el rebuscado y oscuro camino del lenguaje: las formas que se alzan en estructuras lógicas con la ayuda de bloques de sentido y significado, cuyos cimientos se encuentran en la historia y su cultura.

Ahora, Michel Gondry ha intentado capturar la resonancia de la voz crítica de Chomsky en un documental animado, con el título ¿Es feliz el hombre que es alto? (Is the Man Who Is Tall Happy?). El director francés —cuya película más célebre es la aclamada Eternal Sunshine of the Spotless Mind, donde los personajes de Jim Carrey y Kate Winslet viven el olvido como agonía—se embarcó en la pesquisa de representar visualmente la larga conversación que sostuvo con el octogenario.

Fue casi una carrera contra el tiempo. Gondry temía que la voz de un todavía muy lúcido Chomsky se apagara antes de que terminara de darle vida a sus imágenes. Cautivado por las ideas del lingüista sobre la mente humana, el cineasta dibujó a contrarreloj con técnicas tradicionales y ya casi en desuso, a partir de la entrevista filmada con una cámara de 16 mm.

El resultado es una crónica visual de la curiosidad de un hombre ávido por las respuestas de otro, además de un elogio a la inteligencia de Chomsky. Un punto se transforma en un línea que explota en muchas otras: a la opinión del filósofo le nacen ramificaciones.

El complicado proceso de dibujo es el propio de un artesano: Gondry manipula las formas al tiempo que Chomsky hace lo propio con el lenguaje. Con trazos que se aglutinan desde la punta del lápiz, el realizador ilustra no sólo las ideas, sino el movimiento y la hondura de los argumentos. Premisa a premisa, los razonamientos dibujan una explosión de líneas de color y se expresan en perspectivas o puntos de fuga.

La experiencia visual de la animación captura las ambiciones estéticas de Gondry, a la vez que pugna con el pensamiento puntual y esquivo de Chomsky. Más allá de la conversación amena que sostienen, el resultado es un documental que nos guía por su proceso de pensamiento a través de las imágenes: un compendio de ideas ilustradas por una mano igual de convulsa que el discurso del activista.

Is the Man Who Is Tall Happy? no está disponible en México todavía, pero sí un breve video en el que el director habla sobre los procesos artesanales de animación que utilizó para crearlo, otro en el que explica una escena específica y el trailer del documental (arriba, en la galería):

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[3 de marzo de 2014]