Además del mobiliario —generalmente poco funcional— que se encuentra en las calles de algunas ciudades del mundo, el diseño industrial dedicado al ciclismo ha centrado su atención en la figura del usuario como un deportista y en la eficacia del vehículo. Pero pocas veces se ha pensado de forma integral con respecto a la vida cotidiana de un ciclista urbano, sobre todo cuando se trata de espacios cerrados.

Frente a un contexto que busca fomentar y priorizar el uso de la bicicleta como principal medio de transporte, vale la pena pensar en los diferentes escenarios en los que se ve involucrado el usuario: desde el punto de partida hasta el arribo a su destino. Por ejemplo, si en una casa o en una oficina no hay espacio para aparcar sin temor al hurto , ¿en dónde se podría resguardar la bicicleta sin obstruir los espacios destinados a otros propósitos? Mejor aún, ¿puede la bicicleta tener su propio lugar dentro de la composición de un departamento cualquiera?

Recientemente el diseñador chileno Manuel Rossel, a través de su firma Chol1, dio a conocer una colección que sintetiza sus dos grandes pasiones: el diseño y el ciclismo. Se trata de una serie de muebles para bicicletas pensados para ser funcionales dentro de las dinámicas del diseño de interiores.

Aunque su objetivo busca dar solución al problema actual de los ciclistas con respecto a la falta de espacio común en las grandes urbes, la principal fuente de inspiración de Rossel fue un futuro imaginativo: en la sociedad del año 3000 las bicicletas regirán el transporte público e individual. Así, no sólo la cultura vial sino la ciclista en general tendrá que responder a sus propias necesidades —que hoy ya pueden imaginarse.

La colección sesión2 está conformada por cinco muebles móviles tallados en madera y confeccionados, según Chol1, de manera extraordinaria. La relación de las piezas con el entorno refuerza sus objetivos de estacionar e integrar la bicicleta en las salas comunes sin ocupar demasiado del espacio destinado a las actividades rutinarias del usuario.

Cada pieza posee una abertura rectangular para colocar la llanta del vehículo. Y, una vez acomodada, la bicicleta queda totalmente inmóvil y se fusiona con el entorno, mientras el mueble funciona como escritorio, banca o sillón. Además, el diseñador también creó tres muebles híbridos para bicicletas de ruta y de pista: Zen, Ángulo y Arrimo.

—B4NCA

De líneas livianas, este mueble funciona como asiento cuando la bici no descansa sobre la superficie.

—BÁ2ICO

Se trata de un buro de pequeñas dimensiones; se puede colocar en diferentes espacios y cuenta con un cajón para guardar elementos básicos. Al igual que la B4NCA, soporta a la bicicleta por una de sus ruedas.

—BUFF3T

Su diseño es decorativo pero también funcional. La estructura enmarca una estantería con 3 espacios, donde se pueden colocar libros, ornamentos y hasta equipos de música. Su base soporta todo el peso de la bici.

—DE5K

Esta pieza es la más arriesgada y compleja. Consiste en una estación de trabajo con una base superior para la bicicleta. Aunque el soporte y la posición lucen vulnerables, la aparente rigidez del soporte evita caídas por movimientos mínimos o bruscos.

—S1LLÓN

Es un mueble pensado, principalmente, para departamentos y casas. Se trata de un sillón convencional, con un soporte trasero para acomodar la bicicleta sin estorbar con el respaldo. También puede funcionar contra la pared o como separador de espacios.

Video de Chol1:

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[8 de abril de 2015]