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Moda y cine: 10 vestuarios que llegaron a la pasarela

12.08.2014

El cine es uno de los escaparates más ambiciosos de la moda. Convertir a los personajes en íconos de estilo que podrían perdurar a través del tiempo no es tarea fácil. Pero en algunas ocasiones, el vestuario ha trascendido en el medio audiovisual, por símismo y con naturalidad, en una cohesión de lenguajes oportuna. A continuación, diez películas donde la moda es situada como un referente estético y simbólico que ha dado pie a crear nuevos rumbos en la industria.

1. La ventana indiscreta (1954), de Alfred Hitchcock

Con base en la novela It Had to be Murder (1942), de Cornell Woolrich, el director inglés Alfred Hitchcock expuso uno de sus thrillers más aplaudidos por muchas razones: una de ellas es su estética. Lisa Carol, novia del protagonista interpretada por Grace Kelly, estigmatizó la sofisticación de la década de los 50, gracias a la estilista Edith James. Un cinturón de cuero negro, un escote de chiffón blanco, guantes largos de seda, un sencillo collar de perlas y labios rojos, marcaron el look de la mujer elegante de la época. Es difícil discernir cuántos diseñadores se han inspirado en este filme, pues es un sinónimo de elegancia y feminidad que encarnó la entonces futura Princesa de Mónaco.

Jeff: “¿Es esta la Lisa Freemont que no usa el mismo vestido dos veces?

Lisa: Sólo porque eso se espera de ella.

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2. Desayuno en Tiffanys (1961), de Blake Edwards

Se sabe que Audrey Hepburn es un ícono de estilo. La protagonista de la novela escrita por Truman Capote, Desayuno en Tiffanys (1958), dio vida al personaje de una joven ambiciosa que se introduce al círculo social en el barrio Upper East Side de Manhattan. Holly Golightly aparece frente a un aparador de la joyería Tiffany’s desayunando un bagel y un café, vestida por el mismo Hubert de Givenchy, quien aportó elegancia y simplicidad a un look emblemático, muy moderno para su tiempo. El couturier diseñó dos vestidos sin mangas para la película. El primero es un vestido largo de corte recto, en color negro, que cae al suelo con un suntuoso escote en la espalda —que fue coordinado con un par de gafas de carey de Oliver Goldsmith, simulando al modelo Wayfarer de Ray Ban—, un par de guantes de seda, un collar de perlas y un tocado de diamantes. Holly luce el vestido mientras se baja de un taxi sobre la desierta 5ta Avenida a las primeras horas del amanecer. El otro little black dress de Givenchy está hecho de seda con un peplo en el dobladillo que simula una falda muy corta. El enorme sombrero con lazo color crema satinado, zapatos bajos de cocodrilo, nuevamente guantes negros y lentes extra grandes, enmarcaron el sello contemporáneo de la década. En el libro, Audrey Style de Pamela Keogh Clarke, escribe: la asociación Hepburn-Givenchy alcanzó el apogeo de elegancia refinada como la resaca de Holly Golightly, la cual provocó una corrida de collares de perlas de imitación, vestidos sin mangas y gafas de sol de gran tamaño que continúa hasta nuestros días.

Breakfast

 

3. Belle de Jour (1967), de Luis Buñuel

Esta cinta marcó el comienzo de lo que sería una relación cercana entre Catherine Deneuve e Yves Saint Laurent. El diseñador argelino se encargó de la imagen de la actriz durante muchos años, convirtiéndola en el epítome de la burguesía chic. Bajo la dirección de Luis Buñuel, Saint Laurent convenció a Deneuve de no usar faldas demasiado cortas en la película, ya que era un momento en el que las minifaldas estaban de moda. De ser así, la cinta jamás se convertiría en obsoleta y serviría como un referente para un determinado momento histórico. Y así fue. Entre los archivos del diseñador, la casa francesa ha retomado elementos de esta colaboración que marcó su historia: la modernidad clásica. Aquí se mostró uno de los atuendos más irónicos de YS, el vestido safari. La ultra sofisticación de la ropa en todo el filme aportó un surrealismo único, típico de Buñuel. El joven diseñador, Joseph Altuzarra, se inspiró en los vestidos negros de este filme para su colección de Otoño-invierno 2012/2013; incluso Stefano Pilati, anterior director creativo de YSL, mostró el característico bon chic bon genre de Deneuve. La cartera que aparece en la película con las insignias del diseñador se produjo en grandes volúmenes y hasta el día de hoy permanece en venta.

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4. Annie Hall (1977), de Woody Allen

Annie Hall es una de las obras referentes de Woody Allen. Tal vez, gracias a este filme, la primera imagen que tenemos de Diane Keaton es una en la que viste de chaleco, corbata y pantalones con pinzas. A esta cinta se le atribuye la introducción del estilo masculino y británico en la moda femenina.

Caracterizado por los chalecos, las corbatas, las bufandas, los sombreros y los pantalones anchos, el estilo de la película es responsabilidad, en gran medida, de su protagonista. Keaton vestía en muchas ocasiones su propia ropa, prendas que la diseñadora de la película no quería autorizar pero a las que Allen daba el visto bueno.  “Olvídate de las marcas. Muévete como una persona real, no te preocupes por las palabras y vístete como quieras”, decía el director. Muchos de los looks son de Ralph Lauren, el modisto con más peso de la cinta y al que Keaton adoraba por su comodidad y su estilo nada pomposo, como son, por ejemplo, las camisas de Annie. Sin duda, el estilo Annie Hall fue un comienzo elemental del uso de prendas masculinas en el guardarropa femenino, diseñadores como Miuccia Prada en Miu Miu, Balenciaga y por supuesto, Ralph Lauren, la ha reinterpretado.

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5. Los guerreros (1979), de Walter Hill

El código de la vestimenta tiene más relevancia que nunca en Los guerreros, cinta de acción basada en la novela homónima de Sol Yurick, inspirada en la epopeya narrada por Jenofonte en la Anábasis. Nueva York en los años 70 alberga a las pandillas más temibles entre la juventud, convocadas a tomar la ciudad por Cyrus, líder de los Riffs, la banda más poderosa de la calle. A propósito de esta selección, esta película refleja la importancia de la pertenencia a un grupo o una comunidad basada en la vestimenta: el uniforme representa poder. Marcas del streetwear, principalmente, han adoptado esta esencia en su filosofía de diseño, por ejemplo Hood by Air, KTZ, Surface to Air o incluso la reciente colección de Raf Simons y Sterling Ruby.

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6. Twin Peaks: Fire Walk With Me (1992), de David Lynch

En la reciente colección Otoño-invierno 2014 de Kenzo los diseñadores Humberto Leon y Carol Lim retomaron una de las obras más importantes del director y artista David Lynch. Esta serie de televisión estadounidense, dio paso una película en 1992 y fue dirigida por el mismo Lynch, llamada Twin Peaks, Fire Walk With Me, donde el misterio de Laura Palmer se ve cada vez más profundo. El surrealismo de la cinta cobró vida en las texturas y materiales sorpresivos en los abrigos tejidos de Kenzo, así como en la estridente paleta de color que simula la iluminación de la película. Además, el set donde desfilaron las chicas Kenzo, así como la música de fondo, fueron diseñados por Lynch.

Lynch

 

7. Las vírgenes suicidas (1995), de Sofia Coppola

Todos recordamos la canción Playground Love de Air sonando entre cuatro hermanas que visten camisones blancos con holanes de los años 40, mientras Lux, protagonizada por Kristen Dunst, vive un intenso amor adolescente con Trip (Josh Hartnett). Esta película, dirigida por Coppola, se basó en la novela homónima de Jeffrey Eugenides, retratando así la represión y la ceguera religiosa de una familia que convive en un ambiente de cambios y adolescencia en la década de los 70. El filme trascendió al convertirse en una referencia visual, no sólo de la ropa sino de todo el concepto que, acompañado de las siluetas del guardarropa sesentero, presentó los aspectos cursis de la feminidad; todo bajo una paleta de color pastel. La diseñadora de vestuario, Nancy Steiner, incorporó un matiz virginal a la cinta al vestir a las chicas en vestidos y camisones largos y blancos, de pieles pálidas y sin maquillaje. Encajes, tules y estampados de la casa londinense Liberty abundan en todo el largometraje. Laura y Kate Mulleavy, la dupla de Rodarte, las trajo nuevamente en su colección Otoño 2010, mientras que Marc Jacobs dio vida a las hermanas Lisbon en su campaña para Daisy Dream, que fue dirigida por su gran amiga Coppola.

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8. Despistadas (1995), de Amy Heckerling

En el verano de 1995 Despistadas nace inspirada en la novela Emma (1815), escrita por Jane Austen. El título se convirtió en uno de los más importantes de la década para la industria de la moda, pues de ahí se derivaron una gran cantidad de tendencias que hoy en día puedes encontrar reinterpretadas en tiendas de centros comerciales. Sin duda, un chick flick difícil de olvidar. Los famosos sacos (Twin Sets) de tartán, mochilas transparentes, calcetas arriba de la rodilla, el estampado de arlequín en distintos colores, mini faldas y ombligueros, fueron básicos del vestuario de los personajes de la película. La irónica belleza noventera de Cher Horowitz, encarnada por Alicia Silverstone, es memorable. Recordemos cuando Cher baja las escaleras en un mini vestido de tirantes blanco de Calvin Klein, mientras su coprotagonista Paul Rudd queda asombrado. Hoy en día los noventas están de regreso y, sobre todo, apegados al estilo de esta cinta. La marca californiana Wildfox sacó una colección completa inspirada especialmente en la película, rescatando incluso sus frase más célebres. Asimismo, distintas editoriales de moda se han inspirado en el filme para sus recientes publicaciones. En lo personal, diría que es parte de mi glosario pictórico.

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9. Los juegos del hambre (2008), de Gary Ross

La cultura contemporánea sigue cobrando frutos. Esta cinta, protagonizada por la ganadora del Oscar, Jennifer Lawrence, sirvió como inspiración para que el diseñador vanguardista de Nueva York, Thom Browne, creara una colección llena de elementos de la realeza victoriana, rostros empolvados y extravagantes volúmenes que entallaban la cintura de la mujer. Precisamente fue Elizabeth Banks, la presentadora de este concurso en el filme, quien representaba a la sociedad del capitolio, llena de excesos y opulencia, una característica de la vestimenta de la corte de Luis XIV —entre más, mejor— y que en la cinta lleva la bandera del exceso más atrevido e irreverente.

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10. Los excéntricos Tenenbaum (2011), de Wes Anderson

Vimos a los muchachos de la familia Tenenbaum desfilar por la Primavera masculina de Prada 2013 —en esa ocasión, también desfilaron mujeres. La vibra de la cinta de Anderson fue un poco literal y homogénea, permitiendo un nuevo diálogo con la moda sobre la equidad de géneros en el armario. Colores como el camello, rojo, azul marino y blanco simbolizan esta cinta protagonizada por Gwyneth Paltrow y Owen Wilson. Sin embargo, Miuccia siempre defendió el hecho de que no estaba basada en la película, sino que había más investigación detrás. Como sea, por su cualidad estética, uno de los filmes más populares de Anderson desfiló de pies a cabeza en este drama sentimental y un tanto irónico sobre el regreso a los básicos.

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[12 de agosto de 2014]

 

 

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