Inspirada en la pérdida de un familiar, la diseñadora Mia Cinelli implementó una nueva forma de sobrellevar con mejor ánimo el duelo. El objeto pretende activar, a través de su forma, la memoria física del contacto fraternal.

El emulador de abrazos es una frazada acolchada, fabricada con lana y poligránulos que le otorgan un peso aproximado de 6 libras. Al diseño se integran dos brazos y manos artificiales con un peso promedio humano, que pueden ser entrelazados entre sí. El objetivo de Cinelli es hacer que el usuario sienta, de la manera más real posible, el recuerdo táctil del acto. Y ha descubierto que este objeto, aún en su fase prototipo, efectivamente genera un alivio al dolor físico, y emocional.

La frazada de Cinelli empieza a ser usada en terapias para aliviar los síntomas del estrés y la ansiedad, así como en tratamientos terapéuticos de condiciones clínicas como Déficit de Atención, Hiperactividad, Autismo, y en Trastornos de Procesamiento Sensorial.

El objeto, cuenta la diseñadora, se inspira en las muestras de afecto que recibía del padre de su novio. “Cuando él murió, me quedé con un gran vacío por la ausencia de su personalidad… Yo quería sentir su presencia, así que hice unas manos para agarrar”. Además, comenta, una vez que la frazada ha sido removida del cuerpo, el usuario quedará con una sensación de ligereza. ¿Será que el diseño puede sustituir las interacciones entre los cuerpos?