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Menos autos, más peatones y ciclistas: Nueva York, Londres y Hamburgo

15.01.2014

Desde la fundación de la Ford Motor Company en 1903, gran parte de las estructuras urbanas se han pensado en beneficio de las vías para los automóviles.

Frank Lloyd Wrigth, por ejemplo, señaló al automóvil como un elemento central al momento de planificar ciudades y propuso el concepto de ciudad de corte horizontal, donde el transporte de los habitantes fuera motorizado.

Si bien la congestión vial y el impacto ambiental del transporte motorizado han hecho evidente la urgencia de replantear este esquema, son pocas las ciudades donde estas políticas son visibles y prioritarias.

En los últimos meses, tres grandes ciudades han apostado por fortalecer las alternativas a los autos y revalorizar las rutas peatonales o ciclistas: Nueva York, Hamburgo y Londres.

01. Redes elevadas para bicicletas en Londres, por Foster + Partners

Interesado en dar prioridad al aprovechamiento sustentable, el despacho Foster + Partners dio a conocer un proyecto —»Cycling Utopia«— para transformar los ferrocarriles de Londres en ciclopistas. Junto con la firma Exterior Architecture y los consultores de transporte Space Syntax, los arquitectos diseñaron un plan que, en caso de ser aprobado, conectaría a más de seis millones de habitantes por medio de una red elevada de vías exclusivas para bicicletas que transitarían por encima de las ya existentes líneas de ferrocarriles suburbanos de Londres, para contrarrestar así la restricción física que el espacio de las calles de la ciudad representa para los ciclistas.

El proyecto funcionaría como una alternativa al congestionamiento en las vías automovilísticas: una ruta libre de automóviles que garantice seguridad a los ciclistas. Dentro de las ventajas que ofrece está el fomento del uso de la bicicleta, que significaría, además, elevar la calidad de vida londinense. Las acciones del plan están dirigidas también a erradicar la segregación de la población, que contaría con una opción más para tener acceso al centro de la ciudad.

El proyecto podría realizarse en los próximos veinte años. De hacerse realidad, SkyCycle se extendería a lo largo de 220 kilómetros y proporcionaría una alternativa más segura y barata que las carreteras. Se tendrían acceso a la vía por 200 puntos de entrada, todos conectados a la calle a través de rampas y plataformas hidráulicas.

Si bien, como su nombre lo indica, la propuesta es utópica, el análisis de las desventajas y los riesgos es extenso. La seguridad de los ciclistas, el costo de construcción y mantenimiento de las vías, la eficiencia de los puntos de acceso y la conveniencia de construir rutas diferenciadas están entre las principales controversias.

www.fosterandpartners.com

02. Un Times Square permanentemente peatonal

Nueva York tiene la mira en las vías peatonales. Ahora, se ha decidido que uno de los sitios icónicos de la ciudad se convierta en una plaza peatonal permanente. El Departamento de Transporte tomó la decisión después de considerar que por cada diez automóviles circulaban setenta peatones en la zona. El despacho Snøhetta propuso una superficie ininterrumpida que unifica el área, transforma la atmósferade la zona y refuerza el papel icónico de la plaza como escenario al aire libre para actividades culturales y de entretenimiento. La primera fase del proyecto ha sido concluida a tiempo para los festejos de fin de año; se espera que para 2015 esté finalizado.

La transformación de las calles antes congestionadas por los autos en espacios públicos peatonales ha sido un gran éxito, pues el incremento de visitantes que recorren las calles a pie ha generado un crecimiento del 70% en los ingresos de los comercios. La iniciativa ha sumado a sus ventajas la disminución de accidentes relacionadas con el tráfico.

Como parte de la remodelación, se colocaron adoquines de hormigón prefabricado y bancas de granito que reemplazan la pintura, las bancas y las mesas que fueron parte del proyecto piloto “Green Light for Midtown” en 2009. Los adoquines tienen discos de acero incrustados que captan y esparcen las luces de neón en el pavimento; los bancos son la columna vertebral de la infraestructura para eventos, pues dirigen la atención y distribuyen a los visitantes.

El proyecto busca mejorar la utilidad del espacio, proporcionar las instalaciones adecuadas para los nuevos eventos públicos y hacer permanentes las mejoras temporales que la ciudad puso a prueba en 2009.

www.snohetta.com

03. Hamburgo sin autos en 20 años

La segunda ciudad más grande de Alemania apuesta por las ciclopistas y los espacios para peatones. Con el denominado “Green Network Plan” se tiene como objetivo reducir al mínimo la necesidad de usar automóviles durante los próximos veinte años.

El proyecto pretende convertir la ciudad en un sistema integrado único. Otras ciudades como Londres ya cuentan con anillos verdes, pero la red de Hamburgo ofrecerá una mayor cobertura uniendo las afueras de la ciudad con el centro. Si todo marcha de acuerdo al plan, en quince o veinte años se podría explorar la ciudad totalmente a pie. La ciudad alemana sigue así una tendencia que ya es visible, por ejemplo en Copenhague, y que consiste en construir caminos para bicicletas que vinculen las zonas periféricas con el núcleo de las ciudades para convertir al auto en un transporte casi innecesario.

Hamburgo tiene dos grandes núcleos verdes, al norte y al sur. Casi el 40% de la ciudad está compuesto por zonas verdes, jardines, instalaciones deportivas, cementerios y plazas, por lo que se ha decidido unir estos espacios con vías peatonales y hacer énfasis en el uso de la bicicleta. Para crear una red integral se trabajará con una persona de cada uno de los siete municipios de la región metropolitana y se construirán nuevos espacios verdes. Esto último tiene como finalidad prevenir las inundaciones y regular el clima de la ciudad, ya que la temperatura media de Hamburgo ha aumentado alrededor de 1, 2 °C; además, el nivel el mar se ha elevado aproximadamente 20 centímetros en los últimos 60 años y se espera que para 2100 el nivel aumente 30 centímetros.

Los circuitos conectarán incluso los hábitats de los animales, con lo que varias especies podrán atravesar la ciudad sin riesgos. Los beneficios también son económicos, pues entre las previsiones se encuentra la llegada de personas competentes y con altos niveles de educación, por ser una ciudad con buena calidad de vida y clima agradable. Además, el plan ofrecerá oportunidades para hacer caminatas, nadar, practicar deportes acuáticos, hacer picnics, visitas restaurantes, relajarse, convivir con la naturaleza e incluso ver animales salvajes dentro de la urbe. Esto último es una de las consecuencias inesperadas del calentamiento global: una mezcla poco común de soluciones futuristas y de oportunidades de volver a la naturaleza.


[15 de enero de 2014]

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