El ganador del premio Pritzker en 2009, Peter Zumthor (Basilea, Suiza, 1943) fue recientemente anunciado como el acreedor de la medalla de oro 2013 de la RIBA —Royal Institute of British Architects— por su aporte a la arquitectura moderna. La medalla le será entregada en el próximo mes de febrero.

“El trabajo de Peter Zumthor renueva la relación con la tradición de la arquitectura moderna, que hace hincapié en el sentido de su lugar, la comunidad y el material. Sus escritos se concentran en la experiencia de diseñar, construir y habitar, mientras que sus obras están comprometidas en un rico diálogo con la historia de la arquitectura. Estaré encantada de hacerle entrega de la Medalla de Oro”, dijo Angela Bradly, presidenta de la RIBA.

Radicado en la Villa de Haldenstein en Suiza, Zumthor tuvo acercamiento con la arquitectura desde muy temprana edad. De padre ebanista, aprendió el oficio artesanal desde los doce años. Tras estudiar arquitectura y diseño industrial en el Instituto Pratt de Nueva York, se desempeñó como curador y conservador de monumentos en Suiza, lo que lo llevó a abrir su propio despacho en 1979 y adquirir rápidamente renombre internacional.

Su práctica también se extiende a la escritura y la educación, lo que lo ha llevado a  publicar títulos en los que se exalta la experiencia de conocer la arquitectura a través de sentimientos y sensaciones  —su principal motivación al momento de echar a andar un nuevo proyecto—, así como antologías de sus propios trabajos. Su carrera en el magisterio lo ha llevado a impartir clases en Harvard, La Universidad Técnica de Munich, El Instituto de Arquitectura del Sur de California en Los Ángeles y actualmente en la Academia de Arquitectura de Mendrisio en Suiza.

En arquitectura sus obras se distinguen por el vanguardismo, el desapego de lo comercial y la mimetización con el entorno. Concibe sus obras para sentirse y vivirse; poseen funcionalidad y contenido. Rige su trabajo con tres simples reglas: no trabajar por dinero, no trabajar para la milicia y sentirse seducido por el lugar en donde se planea construir el proyecto. Su formación como ebanista le permite destacarse en el trabajo artesanal con la madera. Además, gracias a su manejo de la luz y la oscuridad, crea atmósferas que ofrecen experiencias poco comunes.

“No investigo, pues soy muy malo en eso.  Sólo paseo por el lugar, escucho, siento y dejo que me hable un poco. De pronto, todo sucede, las ideas vienen naturalmente. No sé cómo ni dónde, supongo que es un proceso natural”, explica.

Entre sus proyectos más reconocidos se encuentran los baños termales de Vals, el Museo Kolumba en Alemania y el Museo Kunsthaus Bregenz en Austria. Su trabajo se puede ver a lo largo de  Europa y recientemente en Estados Unidos y Chile.

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[25 de octubre de 2012]