Man Ray: 5 aportaciones al mundo del arte
“La naturaleza no crea obras de arte. Somos nosotros, y la facultad de interpretación peculiar de la mente humana, los que creamos obras de arte”.
El 27 de agosto se cumplen 126 años del natalicio de Man Ray (Filadelfia, Pensilvania, 1890 – París, 1976). Conocido principalmente por su obra fotográfica, se ha convertido en una de las figuras más influyentes en el arte moderno y contemporáneo gracias a sus experimentos y propuesta estética fotográfica. Su trabajo, que comprende desde pinturas, y fotografías, hasta filmes y poesía, lo convierte en uno de los mayores exponentes del dadaísmo y surrealismo.
Código seleccionó las cinco aportaciones más importantes de la obra de Man Ray al mundo del arte por las que ha dejado su marca tanto en la cultura popular como en el pensamiento artístico moderno y contemporáneo.
1. Manipulación de fotografías
La experimental obra fotográfica de Man Ray es considerada precursora del surrealismo en la fotografía. Gracias a ésta, la corriente logró no sólo alcanzar este medio, sino popularizarse en el entorno artístico. Acorde a los ideales de esta vanguardia, en las fotografías de Ray se mezclan la realidad con la imaginación y el mundo de los sueños.
El artista pasaba horas en su cuarto oscuro experimentando con diferentes químicos y métodos para editar sus imágenes. Incluso rompía con la regla de oro del cuarto oscuro: nunca prender la luz. El legado más importante de sus experimentos fotográficos son los rayogrammes —fotografías capturadas sin el uso de una cámara y únicamente con el uso de luz y objetos. La manipulación de imágenes no es muy diferente a la que se hace actualmente con imágenes digitales, en donde los filtros y la modificación de valores, como el contraste y la saturación, buscan alcanzar los mismos efectos e incluso la mezcla entre la realidad y los sueños.
2. El valor artístico de la fotografía
Si bien la pintura era su gran afición, la obra más conocida de Man Ray es su fotografía.Para el artista, la tecnología representaba una herramienta que le permitiría convertir la vida cotidiana en una obra artística y llevar al arte fuera de los museos. Las esculturas que de otra manera son inamovibles, eran llevadas alrededor del mundo por la fotografía, a los ojos de todos. Los ideales de Ray frente al valor de la imagen fotográfica y su utilidad contribuyeron a borrar la línea de superioridad entre la pintura y ésta, y resaltaron no únicamente su capacidad reproductora, sino también sus infinitas posibilidades creativas.
3. La fotografía como prueba de la existencia
Ray nunca rechazó la naturaleza representativa de la fotografía y también se dedicó a ser el “fotógrafo no oficial” de su grupo de amigos en el París de los años 20. Escritores, pintores y editores como Pablo Picasso, Henri Matisse, Gertrude Stein, Ernest Hemmingway y James Joyce son sólo algunas de las personalidades en la gran lista de retratados por el fotógrafo norteamericano. El famoso retrato Rose Sélavy (1922), un álter ego de Marcel Duchamp, juega con la idea de la fotografía como una prueba histórica y de la existencia. Idea que resuena y cuestiona toda evidencia fotográfica e incluso ilumina la obsesión moderna de enmarcar el ser en las redes sociales.
4. El arte como plataforma comercial
La obra de Man Ray no se limitó a los altos círculos artísticos de la época, en su portafolio se encuentran también trabajos que realizó en el sector comercial, que no sacrifican su conocida estética. Una compañía que buscaba promover el uso doméstico de la electricidad le comisionó una colección de Rayogrammes, Électricité. Asimismo, colaboró como fotógrafo de moda en revistas como Vogue, Vanity Fair y Harper’s Bazaar.
En la fotografía comercial de Ray se pueden rastrear aspectos fundamentales de su fotografía artística, como su indiferencia hacia la categorización de lo cotidiano y las bellas artes, permitiendo que su obra se insertara en la expresión popular. Esto influiría a artistas como Andy Warhol y a toda la generación del arte pop años más tarde. Man Ray desafió el imaginario artístico tradicional y difuminó sus límites en la experiencia cultural, llevándola tanto al ámbito de lo colectivo como de los medios masivos de comunicación, incluso, la publicidad.
5. La idea sobre la obra de arte
Hoy en día la noción del discurso del arte no es nueva, no obstante viene de una línea de pensadores que se puede rastrear en su historiografía. Uno de los movimientos que más ha reafirmado esta idea es el surrealismo —corriente que considera a la razón como una limitante de la imaginación y que plantea que el trabajo artístico debe liberarse de ésta y crear libremente. Man Ray no es la excepción, su visión de la fotografía, lo canónico y lo comercial desembocan en estas ideas de la obra de arte.La gan variedad de disciplinas en las que se desarrolló son reflejo de su pensamiento: la pintura, fotografía, literatura o cine, fueron herramientas que le sirvieron para expresar sus ideas. El valor de la obra de arte, entonces, no proviene de su materialidad, sino del discurso que llevó a su creación.
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[26 agosto 2016]
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