Grupo Bello puerto presenta su nuevo proyecto, que cautiva a primera vista: Malamén, un restaurante ubicado en el número 112 de la calle Emilio Castelar.

El diseño de mobiliario, realizado por Ricardo Casas, da la bienvenida a los ojos de los comensales con su paleta monocromática y una curiosa iluminación que se puntualiza, mesa por mesa, por medio de lámparas pendientes hechas con botellas, para contrastar la frialdad del exterior con la luz ámbar y los sofás largos en tono sepia. En el interior, se resguarda una serie de objetos rescatados que pertenecían a “la Mala”, personaje central de este restaurante: una leyenda gastronómica cuya vida y milagros son inciertos: la historia es suya y de todos.

“Se dicen muchas cosas de Malamén. Por ejemplo, que vivió 107 años y nació un 23 de agosto. También se dice que era zurda, con un olfato privilegiado y ojos color miel. Pocas personas saben quién es en realidad. Un mito, una leyenda: la tía de uno de los socios, la amante del bisabuelo de otro. Pero eso sí, todos coinciden en un libro de recetas que encontraron en un ático oscuro de una vieja casa de Reforma. Y en los platillos que de ahí salieron y dieron a luz a este lugar y a su menú.”

Los pocos objetos que conservaban los familiares de la Mala se encuentran en display en el lugar y dotan de un aire nostálgico al restaurante que nos transporta a los inicios del siglo pasado, sin perder de vista los acentos contemporáneos que llegan desde los trazos de Marco Colín, quien adorna las paredes de Malamén con más de 150 ilustraciones que crean una teoría sobre la apariencia de este misterioso personaje.

Así como la decoración es un pastiche de recuerdos, la comida que podrás disfrutar —directo del recetario de Malamén— es un collage gastronómico: sabores y recuerdos de aventuras y amores que te contarán una historia por medio de fusiones exóticas de tres continentes: Europa, Asia y América.

Twitter: @malamenmx

—
[25 de octubre de 2013]