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Vista de la instalación America Is Hard to See (2015), Whitney Museum of American Art. (c) Nic Lehoux. Imagen tomada de whitney.org
MACBA (2013). (c) Tamara Ramírez
Sincrónico (2015), Fundaicón Alumnos47. Curaduría de Jessica Berlanga. Tomada de la web de la Fundación
Proyecto líquido (2016), Fundación Alumnos47. Curaduría de Jessica Berlanga. Tomada del Facebook de la Fundación
El orden natural de las cosas (2016), Museo Jumex. Co-curaduría por José Esparza Chong Cuy. Imagen tomada de moritzbernoully.com
La revolución permanente. Pedro Reyes (2014), Museo Jumex. Curaduría por José Esparza Chong Cuy. Imagen tomada de archivo.fundacionjumex.org
Isaac Julien, Playtime & Kapital (2016), MUAC. Curaduría por Amanda de la Garza. Imagen tomada de la web del Museo
Vicente Rojo. Escrito / Pintado (2015), MUAC. Curaduría por Amanda de la Garza. © Oliver Santana. Imagen tomada de la web del Museo
Tótem. Sebastián Romo (2016), Museo Universitario del Chopo. Curaduría por Esteban King. Imagen tomada de la web del Museo
Omar Bocanegra, Libro λ. Serie logoclastas (2012). Pieza de la exposición Transcripciones (2015), Museo Universitario del Chopo. Curaduría por Esteban King. Imagen tomada de la web del Museo
Ergo, materia. Arte povera (2010), MUAC. Co-curaduría por Alejandra Labastida. Imagen tomada de la web del Museo
Teoría del color (2014), MUAC. Co-curaduría por Alejandra Labastida. © Oliver Santana. Imagen tomada de la web del Museo
Arte Correo (2010), Museo de la Ciudad de México. Curaduría por Mauricio Marcín. Imagen tomada de post.at.moma.org
Aeromoto, biblioteca especializada en arte contemporáneo (2015-presente). Co-fundador Mauricio Marcín. Imagen tomada de gastv.mx
OBJECTSFOODROOMS (2015), Proyecto Paralelo. Co-curaduría por Violeta Solís Horcasitas. Imagen tomada de proyectoparalelo.mx
Satélite, iniciativa curatorial de Violeta Solís Horcasita. Imagen tomada de satelitemx.net
Pablo Helguera, The text is incomprehensible —it must be an exhibition catalogue, “Artoons”, Volumen 3 (2010). Imagen tomada de artpulsemagazine.com
Pablo Helguera, Drinks, Snacks & Curatorial Degrees, “Artoons”, Volumen 2 (2009). Imagen tomada de pablohelguera.net

Los retos de la curaduría en México. 7 curadores opinan

23.08.2016

Frente a un escenario nacional en el que abundan no sólo los museos sino los proyectos curatoriales, vale la pena preguntar qué es la curaduría y hacia dónde debe apuntar en México.

Código consultó la opinión de 7 curadores que constituyen una nueva generación tanto para la práctica institucional como independiente. El orden es alfabético.

 

1. En un momento en el que aparentemente todo se puede curar, ¿cómo se entiende la práctica curatorial hoy día?

 —Jessica Berlanga (Ciudad de México, 1979)
Directora creativa de la Fundación Alumnos47

No creo que se pueda curar todo, es un gran malentendido. Yo apostaría porque la curaduría se entienda como un proceso de colaboración en el que se experimenten y generen nuevas relaciones tanto materiales como intelectuales y afectivas. Es en esa integración de relaciones en las que se puede diferenciar la curaduría de un montón de otras prácticas que podrían parecer curatoriales.

Hay tres temas súper importantes para la práctica curatorial: no ilustrar a través del montaje de objetos, sino producir ideas. Por otro lado, es fundamental pensar en la curaduría como una serie de estrategias y relaciones para que el arte aparezca en lugares inesperados. Y finalmente, cómo crear nuevos contextos para producir conocimientos a distintos niveles. Sí, la curaduría cuenta con sus propias especificidades que no aplican para otro tipo de trabajos o aproximaciones.

 

—José Esparza Chong Cuy (Baja California, 1984)
Curador asociado del Museum of Contemporary Art Chicago

Contrario a lo que muchos opinen, es posible que su proliferación en otras áreas propicie  que en un futuro su práctica en el arte sea más arriesgada, abierta e inclusiva. Hay proyectos en otros campos —desde la moda hasta la música— que se permiten tomar ciertos riesgos que la curaduría institucional del arte no considera.

Me sorprende ver resistencia a nuevas voces o nuevos formatos, sobretodo porque esto es contrario a lo que la historia del arte nos ha demostrado. Nos parezca interesante o no, debemos dejar atrás esa resistencia a la pluralidad. En este caso, a permitir que otros utilicen conceptos que creemos que son propios del mundo del arte. Pensar que la curaduría es exclusivamente para quienes trabajan en el circuito de museos, galerías y exposiciones de arte va en contra de lo que, en mi opinión, es el mensaje más potente de las nuevas generaciones: apertura, flexibilidad y espacio para todos.

He estado leyendo sobre la historia del Field Museum de Chicago y su primer curador botánico, Charles F. Millspaugh. Esta institución se estableció en 1893 durante la Exposición Universal de Chicago y fue entonces cuando Millspaugh comenzó a solicitar donaciones de plantas de otros países y regiones para permanecer en Chicago y formar parte de la colección botánica del Field Museum. Hasta ahora, es de los curadores más interesantes con los que me he encontrado, y su fuerte eran las plantas, no el arte.

 

—Amanda de la Garza (Monclova, 1981)
Curadora asociada del Museo Universitario Arte Contemporáneo

 La curaduría es un término que se ha extendido mucho más allá de las artes visuales, se ha convertido en un concepto común que refiere a una selección y construcción del gusto, por así decirlo, en diferentes áreas que pueden ir desde el arte hasta la comida, la ropa, etc. Asimismo, se ha vuelto un término para designar un gran número de propuestas o de prácticas que antes no lo consideraban o donde ni siquiera existía la idea de que algo pudiera ser curado de manera autoral.

Existe un cierto abuso del término, pero sancionar o determinar cuál es el correcto uso de la curaduría o no es algo que no se puede controlar. Cada quien define la práctica curatorial con respecto al campo de acción en el que se desenvuelve. Y en relación al arte y los museos, es un ejercicio con un desarrollo histórico diferente y específico.

 

—Esteban King (Ciudad de México, 1986)
Coordinador de proyectos y exposiciones de ESPAC

No hay un solo tipo de práctica curatorial ni una sola manera de entenderla. Sin embargo, de manera general, la curaduría es una herramienta de investigación y búsqueda que permite articular discursos complejos. Más que por la firma autoral, pienso el trabajo curatorial y de exhibiciones como un ejercicio colaborativo en el que entran en contacto múltiples agencias que permiten generar puntos de encuentro y reflexiones que es difícil entrelazar de otro modo.

 

—Alejandra Labastida (Ciudad de México, 1979)
Curadora asociada del Museo Universitario Arte Contemporáneo

El problema no es que la noción de curaduría sea aplicada a una variedad creciente de actividades, sino que frente a esa apropiación generalizada la respuesta sea una especialización y profesionalización inversamente proporcional de la práctica curatorial relacionada con el arte. Pero eso sólo quiere decir que nos enfrentamos a los mismo obstáculos que el resto de nuestra generación.

 

 —Mauricio Marcín (Tapachula, 1980)
Curador en el Museo Experimental El Eco

Se entiende –¡oh infortunio!– como un ejercicio de poder. En nuestra era adicta a la glosolalia todos quieren acaparar el discurso y erigirse como tendencia. No sobra decir que esto es terrible. El 99.99 % de las palabras y de las fotos de Instagram no están dirigidas a nadie. No sirven a nadie salvo al big data que se ocupa con eficacia de que los cerebros consuman más hamburguesas, cada vez más obesos.

Sólo la patafísica y el pánico han entendido el nuevo siglo.

 

—Violeta Solís Horcasitas (Ciudad de México, 1979)
Curadora independiente

La práctica curatorial es un campo abierto donde tienen cabida la interpretación, la investigación, la creación y el acompañamiento a procesos artísticos. Siembre he entendido la curaduría en términos de composición y la mayoría de los proyectos que realizo me gusta verlos y desarrollarlos desde la colaboración, ya sea con otros actores, disciplinas y herramientas.

Esta es justo una pregunta que hago en #Clips, un proyecto nuevo de la iniciativa curatorial Satélite que dirijo, en el que me di a la tarea de entrevistar a una parte sustancial de curadores en México.

 

 2. ¿Cuál es el papel de la curaduría en términos educativos y/o de comunicación?

—Jessica Berlanga

Retomaría la importancia de producir ideas y no sólo ilustrarlas. Mientras más se contextualice en la curaduría, aunque sea para descontextualizar después, más se va a poder producir conocimiento nuevo. Otro reto es cómo se investigan todas las ideas y los conceptos que están en juego dentro de una propuesta artística. Como proceso pedagógico, lo importante está en la investigación que te planteas como curador y en cómo piensas comunicar esas ideas no a públicos —a mí no me gusta pensar en públicos—, sino a otros sujetos críticos.

 

 —José Esparza Chong Cuy

Suponiendo que hablamos de la curaduría como el ejercicio de organizar exposiciones, creo que esta pregunta tiene que considerar que un proyecto curatorial tiene finalidades distintas según donde se presente.

No es lo mismo organizar una exposición para un museo, una bienal, una galería comercial, un espacio independiente, etc. Yo trabajo para un museo que presenta diversas exposiciones con finalidades distintas —mientras unas intentan atender a un público más amplio y ofrecen pistas que dan un acceso más inmediato al mensaje del trabajo presentado, hay otras que se permiten ser más abstractas. Creo que es difícil reducir la práctica curatorial a un solo rol porque se asumiría que el público que visita las exposiciones es homogéneo.

Es importante recordar que además de organizar exposiciones, la curaduría institucional también atiende a las colecciones. Este es un proyecto completamente distinto al de organizar una exposición, su finalidad va dirigida a la permanencia de un grupo de obra.

 

Amanda de la Garza

Más que una vía de comunicación, la curaduría lo que establece es una relación con el público. La curaduría es una acción pública. Es decir, presenta algo para un público que a veces es definido y otras veces es abstracto —porque no conoces directamente a todos aquellos receptores o las personas que van a ver lo que tú estás mostrando en el espacio público, en un museo o en la obra de un artista. En ese sentido, tiene un papel muy importante en términos de generar un discurso sobre un período, un artista o la relación de una obra en la ciudad, por ejemplo, en el caso de comisiones de arte público donde también existe un proceso curatorial.

Actualmente existen prácticas como la curaduría educativa, que son relativamente nuevas, que también establecen una reflexión sobre procesos comunitarios o cómo el público puede integrarse de una manera mucho más activa en el museo o en otro tipo de proyectos.

 

—Esteban King

Sería fundamental que existiera una vinculación mayor entre el ámbito curatorial y la mediación educativa. Definitivamente es importante que dentro de la misma curaduría se generen espacios de reflexión y diálogo que vayan más allá de la experiencia objetual y que hagan énfasis en el intercambio de ideas, experiencias y visiones del mundo.

 

—Alejandra Labastida

Aquí vamos al juego de acumulación de posgrados que responde primariamente a una estrategia de aplazar la entrada de las nuevas generaciones al mercado laboral. Se forman nuevos curadores al mismo tiempo que se reducen drásticamente los presupuestos de cultura. ¿En dónde van a trabajar? Existe toda una infraestructura a nivel internacional de convocatorias abiertas, becas de investigación, premios y residencias, que intenta dar cabida a las nuevas generaciones y que todavía no existe en México. El espíritu de la convocatoria abierta de Apexart en Nueva York es mi favorito, sólo se centra en el concepto de la propuesta curatorial y pide explícitamente dejar fuera cualquier dato curricular, no importa si eres curador certificado o cocinero.

 

—Mauricio Marcín

El papel de la curaduría pedagógica es similar al que desempeña un estómago en un cuerpo. Por ello, la cultura llega al pasivo espectador ya digerida. Ese proceso de deglución ha eliminado todos los nutrientes. Se puede deducir lo que al público le queda de ese proceso. 
Sin embargo, la acción es la única forma de tomar una posición. Quien no sea capaz de tomar una posición está condenándose a callar, a ser un idiotes aristotélico. Eso supone grandes peligros.

 

—Violeta Solís Horcasitas

En México es mucho más complejo definir este tema, vivimos en un país donde la educación es mínima, precaria y generalmente se entiende como una colección y memorización de datos más que como un modelo crítico que fomente y desarrolle el pensamiento de los individuos. Por esta misma razón, la curaduría puede y debe trabajar muy de cerca con los procesos educativos. Y repito: entendiendo el proceso educativo como una manera de elaborar procesos de pensamiento críticos.

 

3. ¿Cuáles son los retos de la curaduría actual en México?

 —Jessica Berlanga

Uno enorme es cómo integrar la escisión de género y los estudios postcoloniales en las curadurías. Hay muchas exposiciones que aunque se aproximan a las nociones de poder y de estructura de jerarquía a través de las piezas, no integran a la curaduría en sí. El reto es cómo integrar estos discursos de género y de postcolonialismo a los procesos de investigación y a tus propias metodologías, y no sólo buscarlo en las piezas.

Otro es que el arte expanda sus relaciones: diversificar las relaciones con otros sujetos críticos. Dejar de pensar en públicos o audiencias que se vuelven tan abstractos.

Es importante generar más aproximaciones desde la transdisciplina, es desde ahí que se puede abordar la diversidad y lo complejo de la cultura contemporánea. Apostaría siempre por la transdisciplina, buscar nuevos contextos y crear una experiencia única a través de una propuesta curatorial en lugares donde no se cree que el arte aparece.

 

—José Esparza Chong Cuy

Es una pregunta grande, pero si se tuviera que reducir a su origen, diría que tiene que ver con las instituciones. Para ver verdaderamente una transformación en el campo curatorial en México, las nuevas generaciones tienen que inventarse nuevos modelos de cómo trabajar para lograr cambiarlas desde fuera. Ya hemos comenzado a ver que nuevos proyectos previamente descartados como “poco serios” empiezan a tener más presencia, pero el reto verdadero —además del reto real de conseguir financiamiento— consistirá en mantener su espíritu sin reproducir el modelo que rechazaban originalmente.

 

 —Amanda de la Garza

Los retos están relacionados con repensar los formatos de exhibición. Percibo una consolidación en términos de una práctica curatorial a nivel institucional por el fortalecimiento de un circuito artístico, de museos, etc., pero, por un lado, se tiene que repensar o generar nuevas propuestas para entender una curaduría de tipo mucho más abierto, experimental. Por otro lado, como es un campo en construcción, también sería interesante pensar en una posible historia de la curaduría en México y cómo se relaciona con un circuito internacional. México no está aislado y menos en este momento que ocupa un lugar privilegiado en términos de la atención hacia el circuito local o la escena mexicana.

 

Esteban King

De nueva cuenta, no creo que haya un solo reto o un solo tipo de curaduría en México. Sin embargo, sí me parece que es importante pensar la curaduría y las exhibiciones como puntos de encuentro e intercambio de ideas, más que como experiencias solamente objetuales. Algo cierto es que la curaduría sigue siendo un lugar lleno de contradicciones y conflictos, donde coexisten una gran diversidad de prácticas a veces encontradas. Así, también es necesario seguir pensándola desde una perspectiva crítica y autorreflexiva.

 

—Alejandra Labastida

Uno de los retos es abrir canales que permitan sobrevivir fuera de la institución.

 

 —Mauricio Marcín

El mayor reto es resistir (y desaparecer). Resistir (y desaparecer) ante el embate del capital y los gobiernos que buscan aniquilar la creación de conocimiento. Unos pocos saben muy bien que la estupidez facilita el control. Los retos son políticos y cívicos: se puede curar lo que existe y se puede incentivar la creación. Conviene más provocar e incitar la producción cultural y menos administrar la existente.

Un mundo desjerarquizado no necesita a la curaduría selectiva, solo precisa canales de comunicación directos. Ese mundo anhelado se construye con la vitalidad de las iniciativas autogestivas, que insolentes proponen modelos atómicos y solidarios. En el diálogo fraterno encuentran la virtud.

 

—Violeta Solís Horcasitas

Hay varios y dependen del contexto. Uno importante y que preocupa es la poca libertad que los curadores tienen dentro de los museos, ya sean institucionales o no. Otro, ligado al anterior, es que los curadores, así como los artistas y en general la gente dedicada al arte en México —un país que año con año recorta su presupuesto a la cultura—, se ven desplazados por propuestas insulsas y poco críticas. No hace falta más que revisar los proyectos que en los últimos años se han realizado en la plancha del Zócalo o en el Monumento a la Revolución para darse cuenta del tipo de proyectos que el gobierno considera como “cultura” y a los que sí se destina capitales importantes, mientras los museos sobreviven gracias al trabajo casi probono de la mayoría de la gente del sector. Otro punto más a considerar es que dentro de los apoyos estatales, llámese Jóvenes Creadores, Sistema Nacional, etc., no hay un rubro para la curaduría.

 

[23 agosto 2016]

 

 

 

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