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Maurizio Cattelan (Padua, Italia, 1960). Imagen tomada de ildiavolocompramaver.com
Maurizio Cattelan (Padua, Italia, 1960). © Pierpaolo Ferrari
Maurizio Cattelan, Bidibidobidiboo (1996). Imagen tomada de artberlin.de
Maurizio Cattelan, Novecento (1997). © Paolo Pellion di Persano. Imagen tomada de the-art-markets.com
Maurizio Cattelan, Si un árbol se cae en el bosque y no hay nadie alrededor, ¿hace un sonido? (1998). Cortesía de Galerie Perrotin
Maurizio Cattelan, Sin miedo al amor (2000). Cortesía de Galerie Perrotin
Maurizio Cattelan, La hora nona (1999). Imagen tomada de collezionedatiffany.com
Maurizio Cattelan, Him (2001). Imagen tomada de ilprimatonazionale.it
Maurizio Cattelan, Untitled (2004). Imagen tomada de fondazionenicolatrussardi.com
Maurizio Cattelan, L.O.V.E. (2011). © Zeno Zotti. Imagen tomada de 1fmediaproject.net
Maurizio Cattelan, Trabajar es un mal trabajo (1993). Bienal de Venecia. Imagen tomada de italianarea.it
Maurizio Cattelan, Turista (1997). 47 Bienal de Venecia. Imagen tomada de perrotin.com
Maurizio Cattelan, Madre (1999). 48 Bienal de Venecia. © Attilio Maranzano. Imagen tomada de perrotin.com
Maurizio Cattelan, Hollywood (2001), 49 Bienal de Venecia. © Armin Linke. Imagen tomada de perrotin.com
Maurizio Cattelan, Los Otros (2011). 54 Bienal de Venecia. Imagen tomada de dueminutidiarte.com
Maurizio Cattelan + Pierpaolo Ferrari, Toiletpaper (2010–). Imagen tomada de toiletpaper.com
Maurizio Cattelan, vista de la exposición Maurizio Cattelan: All (2011-12). Museo Solomon R. Guggenheim. © David Heald. Imagen tomada de guggenheim.org
Maurizio Cattellan, I’ll Be Right Back (1989). Galería Neon. Imagen tomada de pagesofexhibitions.net
Maura Axelrod, Maurizio Cattelan: Be Right Back (2016). Still de la película
Maurizio Cattelan, América (2016). Museo Solomon R. Guggenheim. © Kristopher McKay. Imagen tomada de guggenheim.org

Los 7 momentos más controversiales de Maurizio Cattelan

03.11.2016

Irreverente, polémico e insolente, Maurizio Cattelan (Padua, Italia, 1960) ha cuestionado lo políticamente (in)correcto desde su discurso artístico. Conocido por su arte provocador y poco sutil, ha recurrido a técnicas, medios y conceptos que le permiten intervenir desde la cultura popular y la historia, hasta la religión, los mitos y la realidad. Con un enfoque reflexivo y lleno de humor, su obra ofrece un discordante panorama de la sociedad y una crítica a la autoridad y el abuso de poder.

Seleccionamos los 7 momentos más controversiales de Maurizio Cattelan, lo que contempla sus obras más emblemáticas y los momentos más importantes en su trayectoria.

 

1. Meditación sobre la mortalidad

Maurizio Cattelan ha abordado ampliamente esta temática en su obra a partir de la taxidermia, con la que presenta un estado de vida aparente de seres que en realidad están muertos. Algunas de sus obras están diseñadas para conectar a seres humanos y animales, a través de la proyección de emociones humanas. En Bidibidobidiboo (1996) transforma una cocina en un espacio surreal al colocar una arquilla con la cabeza recargada en una mesa, con una pistola a sus pies. En Novecento (1997) un caballo de carreras llamado Tiramisú cuelga del techo y sus extremidades se alargan hacia el piso, aludiendo a una sensación de desesperanza y resignación. Si un árbol se cae en el bosque y no hay nadie alrededor, ¿hace un sonido? (1998) no es sino un burro con la cabeza arqueada hacia abajo, que lleva a cuestas una televisión: evocando cínicamente la imagen de Cristo en un burro el Domingo de Ramos, alude a cómo la cultura de medios es el nuevo objeto de las alabanzas. En Sin miedo al amor (2000) la escultura de un elefante se esconde bajo una sábana blanca: la poderosa naturaleza del animal se muestra en su estado más vulnerable.

Maurizio Cattelan, Novecento (1997). © Paolo Pellion di Persano. Imagen tomada de the-art-markets.com

 

2. Esculturas satíricas. Del ícono al sacrilegio

El artista italiano ha realizado una serie de controversiales esculturas de cera en las que cuestiona tanto la autoridad de icónicas figuras en comprometedoras posturas, como el contexto en el que vivimos. Entre ellas sobresalen La hora nona (1999), en la que representa al Papa Juan Pablo II derribado por un meteorito, con la que hace referencia a la hora de la muerte de Cristo en la cruz. Him (2001), escultura de un joven estudiante que está arrodillado y rezando, en la que todo parece normal, excepto que el rostro ha sido reemplazado por una versión muy realista de Adolfo Hitler. Sin título (2004) es una instalación en la que tres maniquíes de niños tamaño natural cuelgan del árbol más antiguo de Milán. Y L.O.V.E. (2011), una escultura de mármol con el dedo medio levantado y el resto cercenados, se encuentra apuntando a la Bolsa de Valores italiana, en Milán.

Maurizio Cattelan, La hora nona (1999). Imagen tomada de collezionedatiffany.com

 

3. La Bienal de Venecia

Cattelan ha participado en cinco ocasiones en la Bienal de Venecia con interesantes e irreverentes propuestas. En 1993 presentó Trabajar es un mal trabajo, el artista subcontrató a una agencia de publicidad para que instalara un cartel publicitario en el que se promocionaba un nuevo perfume, con lo que se burlaba de la escena del arte. Cuatro años después reapareció con Turista, la pieza compuesta de palomas “re-llenas” colocadas en las tuberías superiores del aire acondicionado del pabellón italiano revelaba su presencia al público por medio de excrementos ficticios en el piso. En la 48ª edición de la Bienal presentó Madre (1999), un performance de gran poder dramático: varias veces, durante los tres días de apertura, un faquir era enterrado completamente en arena; sólo sus manos permanecían visibles, asomándose e inmóviles. Para la siguiente edición propuso Hollywood (2001), instalación en la que utilizó el signo de Hollywood y lo colocó sobre el basurero más grande de la capital de Sicilia. Su última aparición en la Bienal fue en 2011, con Los Otros: 2,000 palomas embalsamadas y colocadas sobre las vigas del pabellón central daban la bienvenida a los visitantes. Era una clara referencia a Turista, pero también un indicador de la paranoia que surge al sentirse vigilado por extraños.

Maurizio Cattelan, Turista (1997). 47 Bienal de Venecia. Imagen tomada de bluartbook.com

 

4. Proyectos editoriales. Las revistas Permanent Food y Toiletpaper

Además de museos, galerías, ferias, bienales y espacios públicos, Cattelan también ha incursionado en el área editorial. Con Dominique Gonzalez-Foerster y Paola Manfrin, realizó la publicación de 15 números de Permanent Food (1996-2007), una revista realizada a partir de las páginas de otras publicaciones.

En 2009, gracias a la editorial que realizó para el número de arte de W Magazine, conoció al fotógrafo Pierpaolo Ferrari, con quien fundaría la revista Toiletpaper el siguiente año: una publicación bianual realizada completamente con imágenes que es, por sí misma, un objeto de arte. Cada pieza, creada desde cero y a partir de un tema, parte de un concepto que fusiona la esencia del ámbito comercial con un enfoque ingenioso y surrealista, lo que dota de una extraña y genuina ambigüedad a la publicación. Con un alto valor de producción y un agudo sentido del humor, su estilo es inmediatamente reconocible y refleja las raíces artísticas de Cattelan y fotográficas de Ferrari. Además de Toiletpaper, el dúo ha colaborado con T Magazine, Dazed y Wallpaper*. Ambas publicaciones pueden consultarse en permanentfood.tumblr.com y en toiletpapermagazine.org.

Maurizio Cattelan + Perpaolo Ferrari, Toiletpaper (2010–). Imagen tomada de toiletpaper.com

 

5. Maurizio Cattelan: All, retrospectiva en el Museo Solomon R. Guggenheim

Con tan sólo 51 años, Maurizio Cattelan anunció su retiro del arte: ¿Era la retrospectiva en el Museo Solomon R. Guggenheim una celebración de este acontecimiento? Retomando 128 de las piezas que realizó durante 21 años de prolífica actividad, la muestra realizada en 2011 presentaba casi la totalidad de su trabajo —dos piezas quedaron fuera, pues el préstamo fue negado por sus dueños— en una narrativa que concentraba y pendía, literalmente, toda la obra en la rotonda central del museo. Maurizio Cattelan: All (2011-12) consistía en una instalación que intervenía el “hueco” de uno de los espacios arquitectónicos dedicados al arte más famosos del mundo. Los objetos, acomodados en una suerte de móvil, generaban una composición visualmente compleja: el efecto inicial era sorprendente, pero de acabados disruptivos e irrespetuosos.

Maurizio Cattelan, vista de la exposición Maurizio Cattelan: All (2011-12). Museo Solomon R. Guggenheim. © David Heald. Imagen tomada de guggenheim.org

 

6. Maurizio Cattelan: Be Right Back, Maura Axelrod (2016)

Escrito y dirigido por Maura Axelrod, el documental narra la vida personal y artística de Maurizio Cattelan. El título del filme debe su nombre a una exposición que realizó en 1989, en la que colocó un letrero en la puerta de una galería de arte cerrada: los mecenas esperaron fuera de la galería a un artista que no llegaría, pues dentro no había arte. La voz de distintas figuras de la escena del arte contemporáneo proporcionan una visión de la trayectoria que ha seguido; incluso, Massimo De Carlo, su dealer en Milán, hace una sutil distinción: “Él ha dedicado su vida a tener éxito en el arte, quizá más que al arte mismo”.

Aunque Axelrod muestra mucho del trabajo de Cattelan, quedan fuera muchos de los primeros trabajos que realizó, con los que capturó la atención del medio artístico. En su lugar, se incluyen anécdotas personales, los precios de su obra y los comentarios de coleccionistas que poseen algunas de sus piezas. No obstante, algunas de las entrevistas permiten apreciar la ambivalencia entre el encanto y el mérito de su obra, así como los tintes de celebridad y el poder de permanencia que subyacen en su personalidad como artista. Hacia el final, se advierte cómo el discurso más potente de la obra de Cattelan no se percibe en la reacción que generan a primera vista, sino en la risa que se apaga una vez que se digiere el discurso latente de cada propuesta.

 

7. Retiro del arte… Y luego, América

El artista italiano ha anunciado en repetidas ocasiones su retiro del arte. Cada jubilación, irónicamente, ha estado acompañada de un irreverente regreso a la escena. La última reaparición , tras cinco años de ausencia, consiste en un proyecto, actualmente en curso, para el Museo Solomon R. Guggenheim: América, con la que el artista reemplaza uno de los baños públicos del museo con una réplica, completamente funcional, de 18 quilates de oro macizo. De naturaleza colaborativa, la pieza invita a los espectadores a hacer uso de la instalación, de forma individual y privada, permitiendo tener una experiencia de intimidad única con una obra de arte —auténticamente sin precedentes. Con una clara referencia y transgresión a la Fuente (1917) de Marcel Duchamp, Catttelan reinstaura la función del objeto aludiendo creativamente también a otra conocida pieza: Mierda de artista (1961), de Piero Mazoni.

Maurizio Cattelan, América (2016). Museo Solomon R. Guggenheim. © Kristopher McKay. Imagen tomada de guggenheim.org

 

[3 noviembre 2016]

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Maurizio Cattelan, Novecento (1997). © Paolo Pellion di Persano. Imagen tomada de the-art-markets.com

Maurizio Cattelan, La hora nona (1999). Imagen tomada de collezionedatiffany.com

Maurizio Cattelan, Turista (1997). 47 Bienal de Venecia. Imagen tomada de perrotin.com

Maurizio Cattelan + Pierpaolo Ferrari, Toiletpaper (2010–). Imagen tomada de toiletpaper.com

Maurizio Cattelan, vista de la exposición Maurizio Cattelan: All (2011-12). Museo Solomon R. Guggenheim. © David Heald. Imagen tomada de guggenheim.org

Maurizio Cattelan, América (2016). Museo Solomon R. Guggenheim. © Kristopher McKay. Imagen tomada de guggenheim.org