El High Line de la ciudad de Nueva York es para mí el proyecto más representativo de la década. Es un parque de 2.33 kilómetros construido en un tramo de la antigua vía de ferrocarril elevada llamada West Side Line, que corre a lo largo del lado oeste de Manhattan; fue rediseñado y planteado como una vía verde elevada. La vía férrea se comenzó a construir originalmente en 1929, pero debido a diferentes circunstancias en los noventa quedó abandonada. En 1999, los residentes de la zona propusieron la idea de convertir la vía abandonada en un parque o zona verde y fue finalmente en 2004 que el gobierno del estado de Nueva York apoyó la idea con fondos.

El parque fue diseñado por la firma neoyorkina James Corner Field Operations  y por los arquitectos Diller Scofidio + Renfro, con diseño de plantas por Piet Oudolf de los Países Bajos y diseño de ingeniería por Buro Happold. El reciclar el antiguo ferrocarril en un parque urbano ha estimulado el desarrollo económico a lo largo de la línea, devolviéndole a la ciudad algo más que solamente áreas verdes. Además, es un muy buen ejemplo de colaboración entre la iniciativa privada, el gobierno y la gente para regenerar una zona de la ciudad.

Michel Rojkind (ciudad de México, 1969) es arquitecto y design principal de rojkind arquitectos. Fue seleccionado “Emerging Voices” (Nueva York, 2010) y su despacho fue considerado en 2005 una de las mejores diez firmas “Design Vanguard”. Además, rojkind arquitectos ha sido nominado, entre otros reconocimientos, para el Premio Marcus (EEUU) y el Premio Iacov Chernikhov (Rusia).