Anish Kapoor es uno de los artistas contemporáneos con mayor reconocimiento en nuestros días, sin embargo, sus piezas no son de las que sorprenden al instante. Es necesario algo de tiempo para comprenderlas —si es que en algún momento se llegan a comprender por completo (yo creo que no)—. Toma algo de esfuerzo de nuestra parte, pues su obra es una visión del mundo; se siente más como un sistema filosófico que como arte. Es, en cierta forma, lo que el arte debería ser. Aunque nació en la India (en 1954), sería un error buscar las respuestas a las preguntas abiertas por sus piezas en algún supuesto orientalismo; en un trasfondo de religiosidad particular (Hindú), pues su alcance es mucho mayor. Puede pensarse desde un costado religioso, pero entendiendo la religiosidad como algo mayor, como un re-ligar al ser humano con lo espiritual.

Para Monumenta 2011, Anish Kapoor es el artista elegido para apropiarse de los 13,500 m² de la nave del Grand Palais de Tokyo en París. Creó una enorme escultura de P.V.C. de 33.6 x 99.89 x 72.23 metros llamada Leviathan. Y la pieza hace honor a su nombre: como un monumental monstruo, devora a los visitantes y les permite transitar en su interior, que, así como podríamos imaginar las entrañas del gigante marino del que toma su nombre, iluminan de rojo a los espectadores. Leviatán está asociado a temas como el Apocalipsis, a lugares como el Infierno y a personajes como Satanás, y aunque la intención de Anish Kapoor al retomarlo no es clara (nunca lo será), definitivamente logra transmitir algo poderoso.

Monumenta 2011 termina el 23 de junio.

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