Cn
Izabela Bolos, Leaning Bench (2014). Cortesía de la diseñadora
Izabela Bolos, Leaning Bench (2014). Cortesía de la diseñadora
Izabela Bolos, Leaning Bench (2014). Cortesía de la diseñadora
Izabela Bolos, Leaning Bench (2014). Cortesía de la diseñadora
Izabela Bolos, Leaning Bench (2014). Cortesía de la diseñadora

Reseña: Leaning Bench, de Izabela Boloz

20.08.2014

Anestesiados por la cantidad de asientos que anualmente ofrece el mercado global —prueba de que el fetiche proyectual entre arquitectos y diseñadores sigue siendo, uf, el banco—, no es curioso que un nuevo ejemplo llegue desde Eindhoven. Con un ánimo eminente de ruptura, como si no lo hubiera entre las academias europeas, sobre todo desde que Li Edelkoort guió su destino al despunte del siglo XXI e instó a los estudiantes a experimentar sin freno, la sutil provocación del Leaning Bench mantiene la tendencia al alza.

Este banco de la diseñadora polaca Izabela Bołoz (Wałbrzych, Polonia, 1986), flamante egresada de la Academia de Diseño de Eindhoven, corona su tesis de investigación sobre el balance y la estética minimalista en el mobiliario. Inspirada en lo cotidiano, lo mínimo, las alteraciones del paisaje a través del movimiento del Sol o el paso del tiempo, Bołoz produjo una pieza que gira alrededor de una suave y fundamental noción: el apoyo.

Con dos patas delanteras y un respaldo inclinado que lo hace funcionar solamente cuando se sostiene contra una superficie perpendicular al suelo, el Leaning Beach efectúa una doble operación por demás sofisticada: la del diseño, que se materializa en una pieza de 130 centímetros de largo, 85 de alto y 45 de profundidad; y la de la teoría, que se sostiene en la semántica: al sentarse el usuario realiza una acción corporal que activa su funcionamiento.

Pensado como soporte para meditar o esperar, y para lugares como corredores, vestíbulos o salas de hotel y museos, el banco estilizado es apto para exteriores e interiores. Sus dos extremidades se curvan delicadamente para hacer sostén del respaldo contra la pared, logrando al mismo tiempo estabilidad a partir de la interacción con el muro. Además, los apoyos tienen gomas para evitar el deslizamiento. Al sentarse el usuario se hace responsable de sus acciones. Este fenómeno parece un tributo a La mecanización toma el mando, texto fundamental de Sigfried Giedion que en 1948 exploró por primera vez las genealogías del confort en Oriente y Occidente, llegando a las siguientes conclusiones: mientras que para los orientales el acto de sentarse involucra a los músculos, para los occidentales éstos se entregan a un soporte. Con Leaning Bench ambas ideas parecen entablar un diálogo efectivo.

 

Leaning Bench (2014)


Carolina Muzi. Periodista especializada en diseño, es editora y docente universitaria de Historia del Diseño en la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional de Avellaneda, ambas en Argentina. Es curadora independiente.


[20 de agosto de 2014]

 

 

 

siguiente

Newsletter

Mantente al día con lo último de Gallery Weekend CDMX.