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Christian Dior, Primavera-verano 2015 alta costura
Christian Dior, Primavera-verano 2015 alta costura
Christian Dior, Primavera-verano 2015 alta costura
Giambattista Valli, Primavera-verano 2015 alta costura
Giambattista Valli, Primavera-verano 2015 alta costura
Giambattista Valli, Primavera-verano 2015 alta costura
Maison Margiela por John Galliano, Primavera-verano 2015 alta costura
Maison Margiela por John Galliano, Primavera-verano 2015 alta costura
Maison Margiela por John Galliano, Primavera-verano 2015 alta costura
Valentino, Primavera-verano 2015 alta costura
Valentino, Primavera-verano 2015 alta costura
Valentino, Primavera-verano 2015 alta costura
Chanel, Primavera.verano 2015 alta costura
Chanel, Primavera.verano 2015 alta costura

La salvación de la moda: alta costura 2015

09.04.2015

Olivia Meza de la Orta

¿Qué sería de la moda sin la alta costura? En una industria que hoy se rige por el fast fashion, el cambio no parecería ser sustancial. Sin embargo a partir de 2014 la haute couture presentada en París desató una nueva ola de interés que se ha visto reflejada, sobre todo, en Internet. Este año Li Edelkoort (Holanda, 1950) —autora y líder de opinión en tendencias— publicó Anti_ Fashion. Un manifiesto para la siguiente década, con diez razones fundamentales por las que considera que el sistema de la moda es obsoleto, profesando —entre otras cosas— el regreso de la alta costura como una salvación de la disciplina. “Después de todo, es en el taller de costura donde encontraremos el laboratorio de este trabajo de amor y pasión. De pronto, la profesión del couturier se convertirá en una exclusiva y respetada forma artesanal que servirá de inspiración”, mencionó Edelkoort. El trabajo lento y cautivador del atelier expresa la nobleza del oficio en un ambiente pervertido por el marketing y la publicidad. La moda ha sentido su esencia primigenia; el sentido de sorpresa y ensueño.

Adquirir o no una prenda de alta costura es lo menos importante. Acaso lo más emocionante para el usuario es practicar la contemplación de las colecciones repletas de detalles exquisitos, formas inimaginables y su cercanía con las artes. Actualmente dieciséis casas de moda pertenecen a la Chambre Syndicale de la Haute Couture. Rescatamos cinco propuestas presentadas este año por la notabilidad de sus estéticas.

 

—Giambattista Valli

Hace tres temporadas (de alta costura) que el italiano dio un vuelco a su firma homónima. Las siluetas son femeninas y modernas, con intrincadas texturas. El lenguaje de las prendas pasa de un tono conservador, visto en fases anteriores de la firma, hacia uno más liviano. Para esta entrega Valli se inspiró en la exposición Impossible Conversations: Schiaparelli & Prada —presentada por el Metropolitan Museum of Art en 2012. La distancia entre las épocas de Elsa Schiaparelli y Miuccia Prada convergen en la serie del diseñador italiano, con tul, pedrería y raso de seda que marchaba en tonalidades pastel y un velo negro adornado con un moño. La simplicidad de las formas, a pesar de las elaboradas técnicas de costura, fue una de las grandes aportaciones de Valli.

cuerpoGiambattista-Vali

 

—Chanel por Karl Lagerfeld

Presenciar uno de los shows de Chanel es una experiencia visual espectacular. Lagerfeld sabe cómo sorprender al público y, aún cuando parece que todo está visto, llegan presentaciones como la de Chanel Alta Costura 2015. Y es una colección contradictoria, tomando en cuenta que Gabrielle Chanel —fundadora de la firma— detestaba los adornos excesivos y su revolución de la moda se basó en un estilo sobrio y elegante. Pero hace tiempo que Lagerfeld se despidió de esta premisa, adaptándose a una era en la que el savoir faire (término francés que refiere al quehacer artesanal) está prácticamente olvidado. No obstante, el diseñador lo recuerda con determinación en esta entrega: las flores en su versión más romántica cobran vida en un edén de tweed, tul, seda, lentejuelas y estampados plastificados.

Chanel-cuerpo

 

 

—Maison Margiela por John Galliano

Una de las colecciones más esperadas fue el debut de John Galliano para Maison Margiela. La versión de alta costura de la firma, llamada Artisanal, es un enfrentamiento —¿o, simplemente, un encuentro?— entre las propuestas formales del Martin Margiela y el diseñador gibraltareño. Si bien no se trata de una colección romántica, Galliano despertó los corazones más escépticos, acostumbrados a la monotonía que la industria de la moda vive en el presente. El sello creativo de Galliano pudo sobresalir de mano de un legado reconocido por cuestionar y confundir al espectador a través del diseño. Materiales inesperados como el látex y el plástico coronaron a la seda y el terciopelo, que desfiló en cuestión de minutos. Un acto de furia frente a una civilización en decadencia y una defensa de la alta costura a través de lentejuelas y el excéntrico estilismo a cargo de Pat McGrat y Simon Webster. Hay belleza en lo raro; se vio con la reina enmascarada que culminó el desfile.

Margiela

 

—Christian Dior por Raf Simons

Camaleónico, audaz y de aguda sensibilidad. Tres características que permearon la entrega de la casa Dior por el diseñador belga. “Mis primeros desfiles de alta costura fueron ejercicios para entender su historia. Mientras más entiendas, más podrás ver en lo que se puede convertir”, comentó Simons al periodista Tim Blanks, luego del desfile. El atelier da un paso adelante junto con el legado del mismo Christian Dior, capturado por Simons en una interpretación del savoir faire en el presente. Simons se inspiró en David Bowie, icono de la música que ha permanecido como una de las figuras más emblemáticas del rock y, por supuesto, de la moda. ¿Dónde está Bowie? En los enteros de lycra estampados con movimientos psicodélicos, pasando por impermeables de plástico plagados de flores, hasta mini vestidos atestados de exquisitos brocados y texturas florales; puntos altos que caminaron sobre botas de látex y tacones transparentes.

Christian-Dior

 

—Valentino por Pierpaolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri

La desmesura creativa de la dupla italiana ha convertido a la conservadora firma en un sinónimo de juventud bajo técnicas inimitables. En esta entrega, Chiuri y Piccioli plasmaron la obra de Marc Chagall en auténticos bordados de algodón y seda que evocan la abundancia de las modas pasadas.

La riqueza en el textil y el diseño se vio complementada por inesperadas siluetas y un aire ruso que cimenta el surrealismo de Chagall en un trabajo indumentario. Transparencias asiduas a la firma fueron protagónicas a la par con lana de borrego, cuero y terciopelo: ambos sentidos destacaron el equilibrio entre la fluidez y la fuerza de la prenda.

Valentino

 

 


[9 de abril de 2015]

Olivia Meza de la Orta

Es editora y periodista de moda.

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