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La pasarela en el museo: Curadurías de moda en el siglo XXI

07.11.2012

Alexander McQueen, Jean Paul Gaultier, Yves Saint Laurent, Balenciaga, Yohji Yamamoto, Comme des Garçons, Chanel y Chloé son algunas de las marcas que ocupan ahora algunos de los museos más importantes del mundo, que antes estaban exclusivamente dedicados a exhibir arte (da click aquí para leer sobre estas exposiciones).

¿Será que la moda ha alcanzado finalmente un grado semejante al arte? La profesora británica Lou Taylor, una de las historiadoras de la moda más importantes del Reino Unido, observa que cuando los museos de arte se multiplicaron hace 150 años y prosperaron diversas disciplinas académicas, el estudio histórico del vestido quedó al margen.

Fue hasta 1930 que los museos de Londres, París y Nueva York comenzaron a formar colecciones de indumentaria más seriamente. El panorama cambió gracias al trabajo de una generación de curadoras e historiadoras. Ana Buck fue la primera curadora del vestido en la Gallery of English Costume en Platt Hall, mientras que Doris Langley Moore buscó arduamente un hogar para su impresionante colección de vestidos hasta alojarlos en el Costume Museum en Bath en 1963; Madelaine Blumstein y Natalie Rothstein realizaron un trabajo pionero en el Victoria and Albert Museum; Madelaine Delpierre logró financiar el Musée de la Mode et du Costume de la Ville de Paris y más recientemente Ruth Barnes, Valerie Guillaume, Judith Clark y Amy de La Haye han incursionado en la curaduría de moda.

Fue De la Haye, historiadora y curadora del vestido, quien rompió finalmente con los límites de la política en las colecciones en los museos cuando, en 1994, presentó la exposición Street Style en el Victoria and Albert Museum. Esta exposición mostró prendas que representaban la cultura radical y subcultural de los jóvenes británicos y estadounidenses de la postguerra, evidenciando el modo en que el diseño británico impactó el del resto del mundo a finales del siglo XX.

Los estudios de Lou Taylor acerca de la cultura material y el consumo han transformado la historia del vestido en el mundo. Su convicción es que el estudio de la ropa que ha sobrevivido al paso del tiempo ofrece una comprensión de una época y de una comunidad.

«Sí, la moda debe ser tomada en serio como un arte y disfrutar de algunos de los méritos que realmente merece. Las exposiciones tienen que ser curadas de forma correcta y apropiada con una aguda visión creativa e innovadora», dice la historiadora de moda Amy de la Haye. De La Haye argumenta que el reto para los curadores es encontrar maneras de desafiar al público de manera intelectual y encontrar enfoques curatoriales y una teoría crítica relevante que contribuya al debate de la moda.

Exposiciones como The House of Viktor and Rolf presentada en el Barbican en 2008, Savage Beauty de Alexander McQueen en el Museo Metropolitano de Nueva York y la exposición The Fashion World of Jean Paul Gaultier: From the Sidewalk to the Catwalk, que realiza una gira mundial en estos momentos, son un claro ejemplo de exposiciones que han sido curadas con una innovadora visión y un enfoque creativo tanto a nivel de instalación como a nivel curatorial.

En el caso de McQueen la exposición recibió mas de medio millón de visitantes durante los 84 días que estuvo en exhibición y tuvo que extender su periodo de exhibición durante una semana más. La moda en los museos no sólo está atrayendo nuevos públicos, también representa una importante fuente de ingresos para estos recintos. Solamente en entradas la exposición de Alexander McQueen generó cerca de 8 millones de USD.

Los museos deben continuar siendo desafiantes y astutos en su programación y atender a todo tipo de audiencias ávidas de nuevas propuestas y tendencias innovadoras. ¿Será la moda el camino a seguir?

Haz click aquí para conocer cinco de las muestras de moda más importantes que han tenido lugar en los últimos meses.


[7 de noviembre de 2012]

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